"Hay un intento de engañar a los votantes y estafar a los inversionistas".
Estas duras palabras corresponden a la prestigiosa revista británica The Economist que en su más reciente edición de este viernes clic anunció que dejaría de utilizar las estadísticas oficiales argentinas al considerar que no tienen credibilidad."No observamos un pronto retorno de números creíbles", aseguró la publicación.
El artículo repasa lo ocurrido desde 2007 al darse la intervención gubernamental del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) y las acciones judiciales iniciadas en 2011 por las autoridades en contra de aquellas consultoras privadas que publicaban datos divergentes en cuanto sobre la inflación.
El costo de la vida es donde mayor diferencia existe entre las estadísticas del Indec y el resto.
El último boletín del organismo coloca la inflación anual por debajo de 10%, mientras que cálculos privados (que se publican sin dar autoría para evitar sanciones) duplican dicha variación.
"Al mal informar sobre el comportamiento de los precios se ha estafado por miles de millones de dólares a quienes poseen bonos cuyo rendimiento está atado a la inflación", asegura la publicación británica.
¿Impacto?
"Sin duda que el Economist tiene peso, pero no creo que se de una reacción significativa del gobierno", señaló a BBC Mundo el economista y analista financiero Nicolás Bridger."Desde que se observó la manipulación de estadísticas el tema ya ha aparecido con insistencia en los medios locales. Esto no es nada nuevo. No creo que provoqué un cambio", agregó.
"Creo que al gobierno le importa esto porque la opinión pública está interesada en el tema, pero no creo que le quite el sueño", indicó Abraham Gak, quien dirige el Plan Fénix (un grupo de economistas progresistas afín al oficialismo).
"Algunas circunstancias invalidan un aspecto de las estadísticas, pero sería exagerado que la totalidad de la información del INDEC está equivocada, que no refleja la realidad, o que son manipuladas", dice Gak.
Aunque los indicadores de pobreza e indigencia se ven influenciados por los cálculos de inflación, el cuestionamiento de consultoras privadas suele ser menos tajante cuando se trata de los valores de producto interno bruto, balanza de pagos o balanza comercial.
"Nuestra objeciones se centran en el cálculo del índice de precios y no afecta otros análisis del Indec", apuntó Gak.
Las observaciones del Plan Fénix sobre las cifras de inflación se refieren a la metodología que se utiliza para las estimaciones del costo de la vida.
"No hay información pormenorizada de cómo se calcula y eso impide saber dónde estaría la falla", dice Gak.
¿Política por los números?
En 2012 se cumplieron cinco años de la intervención del INDEC por parte del gobierno y muchos economistas y analistas privados han acusado al gobierno a lo largo de los años de haber politizado las estadísticas.The Economist afirma que "una de las mejores oficinas de estadísticas de América Latina ahora tienen sus edificios empapelados con afiches de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y los funcionarios independientes fueron reemplazados por ‘Cristinistas’".
BBC Mundo se comunicó con el INDEC para conocer su postura sobre los señalamientos de la publicación especializada, pero no obtuvo respuesta.
En el último año el ente gubernamental ha venido trabajando en la creación de un nuevo índice de precios nacional (y no sólo limitado a Buenos Aires) que podría "sincerar" el valor de la inflación.
Técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) incluso han venido colaborando en la elaboración de dicho índice.
Tras la evaluación anual que hizo el FMI del INDEC, a principios de febrero el organismo multilateral "se lamentó de la falta de progreso en alinear la inflación con las estadísticas internacionales", pero "tomó nota de la intención de las autoridades de tomar medidas correctivas".
En sus informes anuales, el ente multilateral suele acompañar a las estadísticas argentinas con un asterisco, en el que aclara que las estimaciones privadas suelen ser significativamente más elevadas.
Bonos
De acuerdo a la información oficial la deuda pública nacional argentina asciende a US$175.000 millones, de los cuales 21% - unos US$37.000 millones- son papeles cuya ganancia varía según la inflación."Es relativamente baja la cantidad de inversionistas con estos bonos, por lo que la falta de credibilidad en las estadísticas más bien impacta en otros lados", asegura Bridger.
Según el economista, "se siente más en su influencia sobe el riesgo país ya que encarece el financiamiento que puede procurar el Estado en los mercados".
Y agrega: "además a mayor riesgo país también hay un impacto importante en proyectos de inversión privados".
El gobierno argentino –pese a recibir críticas de opositores y hasta de algunos de sus partidarios- ha señalado repetidamente que no hay un problema de credibilidad con los números de los indicadores económicos.
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