Jake Reilly solía enviar más de 1.500 SMS al mes, conectarse cada día más de hora y media a Facebook, leer los tuits que enviaban las 250 personas a las que seguía y hablar de 600 a 900 minutos por teléfono. El 1 de octubre del 2011, decidió cortar con todo. Desactivó su móvil. Su Facebook. Su Twitter. Su Spotify. Todo. Y avisó de que no estaría localizable hasta finales de año.
Quería volver a tener “relaciones con personas, y no con perfiles”, “mirar al mundo en lugar de leer sobre él en el móvil”. Transcurridos 90 días, el estudiante de Chicago, de 24 años, descubrió que tenía “más tiempo libre” y que estaba más “en paz y tranquilo consigo mismo”. Aunque la experiencia no fue fácil. Al menos al principio. Cuenta en un vídeo colgado en su web que todo empezó un día en el que estaba en su apartamento con sus mejores amigos y se dio cuenta de que en lugar de hablar entre ellos estaban pendientes del móvil.
Así empezó su 'Amish Project'. “Primero pensé en apagar sólo el teléfono. Pero llegué a la conclusión de que si no tenía móvil la gente iba a enviarme mails o un montón de mensajes a Facebook. Así que lo corté todo”, afirma en Yahoo! Pero quería seguir comunicándose con sus amigos, así que ideó sistemas para poder hacerlo en versión analógica: escribiendo mensajes con tiza en las aceras, enviando cartas, pegando notas en el ascensor de la universidad o llamando por teléfono desde una cabina pública. Confiesa que así descubrió quién estaba dispuesto a invertir tiempo en relacionarse con él y asegura haber recuperado la relación con su novia. Critica Facebook, que considera “superficial” porque “todo el mundo muestra una imagen edulcorada de sí mismo”.
Pero después de fiestas, el Reilly 2.0 ha vuelto. A Twitter. Para contestar a la gente que dice estar de acuerdo con él. A través de Twitter y Facebook. Para ver todas las reacciones que han generado los tuits sobre el tema escritos por su padre, Rick Reilly, columnista de ESPN.com con más de 42.000 followers. Para comentar los mails que ha recibido y leído. Para responder a los comentarios que le hacen en YouTube.
Dice que su vida después de la desconexión es “diferente” pero que, a veces, se ve a sí mismo haciendo lo que hacía antes, sólo que ahora es más consciente de ello. Irse para conseguir estar. Más aún.
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