Una tecnología desarrollada por investigadores brasileños permite producir a escala comercial la harina de chontaduro, un palmito muy común en la Amazonía y en algunas regiones tropicales, y de gran riqueza nutritiva.
La harina del chontaduro (Bactris gasipaes Kunth), también conocido como pupuña o pijuayo, es una alternativa a la harina de trigo y puede ser utilizada como ingrediente para los mismos productos, pero con la diferencia de ser más rica en vitaminas y nutrientes.
La tecnología para la producción de esta harina fue transferida a la empresa Néctar Frutos de la Amazonía por el Instituto Nacional de Pesquisas de la Amazonía (INPA), informó hoy esta estatal dedicada a la investigación sobre la biodiversidad en la mayor selva tropical del mundo.
El respectivo contrato de transferencia de tecnología, que le permite a la empresa privada tener una licencia sobre la patente del INPA, fue suscrito esta semana en Manaos, la mayor ciudad de la Amazonía, informó el 'Instituto.
El acuerdo permite que la patente del INPA sea convertida en un producto comercial a ser fabricado en la Amazonía y comercializado en todo Brasil.
La tecnología desarrollada por Jerusa Andrade, investigadora del INPA, produce harina de chontaduro a partir de un proceso de deshidratación del fruto sin cáscara de la palma.
Según el propietario de Néctar Frutos de la Amazonía, Marcio Navegantes, el objetivo de la empresa es lanzar en un año la harina del chontaduro en el mercado regional y desarrollar otros productos derivados de la planta, como dulces y jaleas.
"La harina es algo primario. Después queremos desarrollar los derivados, como la colada, la harina para tortas y los panes integrales", aseguró el empresario.
Según un estudio de investigadores brasileños, las mujeres que amamantan y se alimentan con dietas ricas en harina de chontaduro producen leche de mejor calidad para sus bebés.
Las mujeres que consumen harina de chontaduro durante el período en que dan de mamar producen una leche en un 20 por ciento más rica en vitamina A que las que no consumen el alimento, según el estudio de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), una estatal vinculada al Ministerio de Salud.
"Es posible obtener excelentes resultados nutricionales con la harina de chontaduro sin intervenir drásticamente en los hábitos culturales y de alimentación y nutrición de nuestra población", aseguró Tania Maria de Carvalho Batista, responsable por la investigación de la Fiocruz.
"El producto puede ser consumido con frutas o mezclado en panes y tortas, así como en platos típicos o como acompañamiento de pescado", agregó.
El contrato de transferencia de tecnología permitirá que los productos desarrollados por el INPA lleguen por primera vez al mercado y sean producidos a escala comercial tras 57 años de existencia del organismo.
Hace cinco años el INPA ya le había concedido una licencia a otra empresa para desarrollar una sopa de piraña desarrollada por el Instituto, pero la muerte del propietario de la firma beneficiada interrumpió el proceso.
El Instituto prevé que hasta marzo del próximo años otros doce productos desarrollados y patentados por sus investigadores pueden ser licenciados.
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