Las acciones de Oracle se han desplomado hasta los 25 dólares por título después de que el gigante del software sorprendiese ayer a Wall Street con unos resultados trimestrales peores a lo esperado. Y es que, por primera vez en diez años, la compañía liderada por Larry Ellison ha sido incapaz de cumplir sus propias previsiones de ventas.
Aunque en apariencia este Q2 ha sido sólido, con 8.800 millones de dólares en ingresos y 2.200 millones de dólares en beneficios, ha decepcionado profundamente a los analistas, que consideran a Oracle una empresa referente dentro de la industria tecnológica en base a su posición como tercer mayor fabricante de software.
El nerviosismo de los inversores apunta a que 2012 puede ser un año complicado, ya que a estas alturas deberían haberse cerrado grandes acuerdos que garanticen una estabilidad futura. Precisamente la lentitud a la hora de firmar nuevos contratos, con el escrutinio adicional por parte de los clientes, es la razón que ha esgrimido Oracle para explicar su batacazo.
Como consecuencia, los de Redwood Shores han perdido un 13,7% de su valor en bolsa, que en términos numéricos ronda los 17.000 millones de dólares, y según añade Forbes su CEO es hoy unos 4.000 millones de dólares menos rico de lo que era este martes.
Pero Oracle no está sóla en esta caída. Tal y como apunta Reuters, otros grandes nombres como Hewlett-Packard, Dell, Red Hat, Intel y Texas Instruments han advertido acerca del impacto de la crisis económica y el empeoramiento de las condiciones de negocio a nivel mundial.
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