Tiene mordiente, tiene fuerza, tiene ganas de comerse el mundo y está bien consolidada en el listado de las cien especies invasoras más dañinas del mundo. Es la especie invicta de las llamadas hormigas de fuego, la más agresiva de un tipo de hormigas conocido por su peligrosa picadura. Aunque sus raíces están en Suramérica, ha colonizado diversas regiones del mundo gracias a sus virtudes para la guerra, ya que fuera de su hábitat no pelean entre sí sino que buscan aliadas entre sus primas genéticas.
El primer paso fue secuenciar su genoma hace tres semanas, lo que sirvió para descubrir que la invicta está diseñada para conquistar el mundo por medio de megacolonias que se extienden a lo largo de kilómetros. Ahora, un grupo de investigadores ha recopilado información genética de 2.144 colonias en 75 localizaciones para descubrir su estrategia para conquistar el mundo, en un estudio que publica hoy la revista Science.
Esta peligrosa hormiga viajó en 1939 desde su Argentina natal hasta EEUU en barco, donde estableció una de sus megacolonias a lo largo de toda la costa sur, desde Virginia hasta Texas.
Desde allí, donde se invierten cada año 4.300 millones de euros para combatirla, la Solenopsis invicta colonizó en pocos años China, Australia, Nueva Zelanda y Taiwán. Curiosamente, la llegada de las hormigas a esta isla no se hizo en el mismo viaje que las llevó a China, sino que saltaron el Pacífico desde una subcolonia creada en California. El análisis de la expansión de las invicta, gracias a los medios de transporte humanos, facilitará datos para combatir a esta especie invasoras y a otras similares.
El experto en estos insectos de la Universidad Autónoma de Barcelona Xavier Espadaler explica que la invicta logra conquistar tantos territorios porque cuenta con numerosas reinas que son más fértiles de lo habitual. Y añade: "Son muy agresivas, al mínimo síntoma de alerta segregan feromonas que sirven de señal de alarma para el resto, que acude en masa. Si un hombre pisa un montículo, en pocos segundos tendrá la pierna llena de picaduras".
La invicta cuenta con un aguijón que inyecta un veneno que puede llegar a matar a una persona alérgica. Sólo hay documentado un caso de ataque de estas hormigas en Europa, que tuvo lugar en Málaga en 2006, cuando una trabajadora del muelle que descargaba maderas procedentes de Suramérica sufrió una grave reacción alérgica a causa de varias picaduras.
Esta hormiga demanda un clima cálido y húmedo, por lo que no ha consolidado ninguna colonia en Europa. Según explica Espadaler, una familiar cercana, del mismo género Solenopsis, tiene una pequeña colonia en un jardín de la isla de Gran Canaria.
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