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2012/01/06

Un estudio desvela el origen de las hormigas 'supersoldado'

La única sociedad que hace sombra a la humana en complejidad y dureza es la de las hormigas. Estos insectos organizan comunidades de millones de individuos en torno a reinas, líderes por cuya prosperidad velan las castas obreras encargadas de conseguir alimento y las guerreras que procesan la comida y defienden el hormiguero. Como el hombre, las hormigas han inventado la división del trabajo y el dominio de unos sobre otros.
Entre las clases dominantes, una extraña subcasta ha aparecido y desaparecido a lo largo de la historia de las Pheidole, un género de hormigas que abarca 1.100 especies que viven en todo el mundo, incluida España. Se trata de los supersoldados, con cuerpos mucho más grandes que el resto de soldados y unas enormes cabezas con forma de escudo. Con sus testas taponarán las entradas del hormiguero ante el ataque de hormigas legionarias nómadas que se ganan la vida organizando marabuntas e invadiendo ciudades ajenas.
Los supersoldados son viejos conocidos de los entomólogos, no así los mecanismos biológicos que deciden su destino, es decir, cuándo una larva de soldado se convierte en la de un supersoldado. Tampoco saben por qué de las muchas especies de Pheidole sólo unas pocas poseen una subcasta de este tipo de superhormigas.
Un grupo de investigadores liderado por Abderraman Khila, de la Universidad McGill de Canadá, desvela hoy en Science el remoto origen biológico de esos gigantones. Su equipo encontró algo muy parecido a súuersoldados en una colonia de Pheidole morrisi, una especie que, en teoría, carece de esta subcasta defensora.
Los investigadores creyeron que las superhormigas con las que se toparon respondían a un cambio en el medio ambiente que podría haber reactivado la maquinaria biológica que fabrica supersoldados en lugar de soldados rasos.
Eso mismo fue lo que comprobaron. Añadiendo una hormona a larvas de P. morrisi, engendraban individuos enormes y con desmesurados cabezones a modo de parapeto. La teoría decía que las morrisi habían perdido la capacidad de crear supersoldados a lo largo de la evolución, pero la práctica mostraba que esa capacidad se puede recuperar. Al añadir la hormona a otras especies de Pheidole sin casta de supersoldados estas volvían a producirlos. La explicación de Khila es que el paquete genético necesario para hacer supersoldados ha permanecido intacto, pero desactivado, en ciertas especies desde que este género de hormigas desarrollaron el primer individuo super para proteger sus nidos. Además han rastreado el árbol genealógico de las Pheidole para poner fecha aproximada a esa primera aparición: hace al menos 35 millones de años. 

2011/07/20

Desvelado el secreto de una hormiga que practica el sexo ‘a escondidas’

Los científicos piensan que los organismos que se reproducen sin sexo tienen un mayor riesgo de extinción, debido a la pérdida de diversidad genética y a la imposibilidad de adaptarse a cambios en las condiciones ambientales. Es por eso que los expertos llevan tiempo dando vueltas al caso de la Mycocepurus smithii, una hormiga cultivadora de hongos que ha logrado una distribución geográfica muy extensa (desde Argentina hasta México) y cuya eproducción se creía que era estrictamente asexual, entre otras cosas, por la ausencia de machos en las poblaciones.
Un estudio publicado hoy en la revista PNAS ha descubierto que el secreto del éxito ecológico de esta hormiga es, precisamente, el sexo. Y es que no todas las colonias de M. smithii son asexuales, ya que han encontrado cuatro grupos que habitan alrededor del río Amazonas y el río Negro que sí utilizan el sexo para reproducirse.
Los científicos realizaron un análisis genético de 1.930 hormigas de 234 nidos en distintas zonas de Suramérica y descubrieron que existían colonias de hormigas con genes recombinados (signo de reproducción sexual) y colonias con genes clónicos (asexual). Para asegurarse, diseccionaron el abdomen de cuatro hormigas reinas de las poblaciones amazónicas y encontraron ovarios funcionales y restos de semen. Este último hallazgo confirma la existencia de machos en las poblaciones sexuales, algo que nunca se había podido corroborar.

Invasión de clones

La existencia de poblaciones sexuales en la zona amazónica y bastante cerca unas de otras es, según los investigadores, la clave del éxito de esta especie. El estudio sugiere que las M. smithii migran desde la zona amazónica, donde la reproducción sexual les ha aportado diversidad genética y capacidad de adaptación, hacia otras regiones. Una vez allí, se reproducen asexualmente y crean poblaciones clónicas.
Estas últimas están formadas por hormigas genéticamente iguales. Pero, a pesar de compartir los mismos genes, hay hormigas reinas y trabajadoras. El estudio abre las puertas a futuras investigaciones en las que se utilizará M. smithii como modelo para estudiar la influencia del ambiente en la diferenciación de castas.

Publico 

2011/02/25

La hormiga conquistadora muestra su estrategia

Tiene mordiente, tiene fuerza, tiene ganas de comerse el mundo y está bien consolidada en el listado de las cien especies invasoras más dañinas del mundo. Es la especie invicta de las llamadas hormigas de fuego, la más agresiva de un tipo de hormigas conocido por su peligrosa picadura. Aunque sus raíces están en Suramérica, ha colonizado diversas regiones del mundo gracias a sus virtudes para la guerra, ya que fuera de su hábitat no pelean entre sí sino que buscan aliadas entre sus primas genéticas.
El primer paso fue secuenciar su genoma hace tres semanas, lo que sirvió para descubrir que la invicta está diseñada para conquistar el mundo por medio de megacolonias que se extienden a lo largo de kilómetros. Ahora, un grupo de investigadores ha recopilado información genética de 2.144 colonias en 75 localizaciones para descubrir su estrategia para conquistar el mundo, en un estudio que publica hoy la revista Science.
Esta peligrosa hormiga viajó en 1939 desde su Argentina natal hasta EEUU en barco, donde estableció una de sus megacolonias a lo largo de toda la costa sur, desde Virginia hasta Texas.
Desde allí, donde se invierten cada año 4.300 millones de euros para combatirla, la Solenopsis invicta colonizó en pocos años China, Australia, Nueva Zelanda y Taiwán. Curiosamente, la llegada de las hormigas a esta isla no se hizo en el mismo viaje que las llevó a China, sino que saltaron el Pacífico desde una subcolonia creada en California. El análisis de la expansión de las invicta, gracias a los medios de transporte humanos, facilitará datos para combatir a esta especie invasoras y a otras similares.
El experto en estos insectos de la Universidad Autónoma de Barcelona Xavier Espadaler explica que la invicta logra conquistar tantos territorios porque cuenta con numerosas reinas que son más fértiles de lo habitual. Y añade: "Son muy agresivas, al mínimo síntoma de alerta segregan feromonas que sirven de señal de alarma para el resto, que acude en masa. Si un hombre pisa un montículo, en pocos segundos tendrá la pierna llena de picaduras".
La invicta cuenta con un aguijón que inyecta un veneno que puede llegar a matar a una persona alérgica. Sólo hay documentado un caso de ataque de estas hormigas en Europa, que tuvo lugar en Málaga en 2006, cuando una trabajadora del muelle que descargaba maderas procedentes de Suramérica sufrió una grave reacción alérgica a causa de varias picaduras.
Esta hormiga demanda un clima cálido y húmedo, por lo que no ha consolidado ninguna colonia en Europa. Según explica Espadaler, una familiar cercana, del mismo género Solenopsis, tiene una pequeña colonia en un jardín de la isla de Gran Canaria.

Publico

2011/02/09

Mutis y el reino de las hormigas

"¡Oh, Santo Dios! ¡Cuánto tiempo y constancia se necesitan para ir descubriendo los arcanos de la naturaleza!"
La frase es de 1780, cuando su autor, José Celestino Mutis, llevaba ya casi dos décadas intentando descubrir los secretos de la naturaleza en la selva de lo que es hoy territorio colombiano.
Mutis es celebrado como uno de los primeros naturalistas de América y era conocido hasta ahora fundamentalmente como un gran botánico.
Pero un nuevo libro revela otra gran pasión del hombre que llegó muy joven, deslumbrado, a tierras americanas: el estudio de las hormigas.
Según documentos que han sido escasamente divulgados durante siglos Mutis fue un pionero en mirmecología, como se denomina al estudio de las hormigas.
Y estos estudios cobran vida en el libro "Reino de hormigas. José Celestino Mutis y el amanecer de la historia natural en el Nuevo Mundo".
El libro, que hasta ahora sólo se ha publicado en inglés, es fruto de la colaboración de sus dos autores, el investigador español José María Gómez Durán y el biólogo estadounidense Edward O. Wilson.

Saltos de alegría

Mutis era ya un doctor de prestigio cuando en 1760, con 28 años, decidió irse a América como médico del recién nombrado virrey del Nuevo Reino de Granada.
Al poco tiempo de llegar recibió una carta del naturalista sueco Lineo, fundador del sistema utilizado hoy en forma universal para clasificar plantas y animales.
Lineo le pidió a Mutis que le enviara plantas del Nuevo Mundo y le encomendó una memoria sobre las hormigas americanas.
"Allí empieza esta curiosísima aventura de Mutis, quien comienza a recoger hormigas en el Río Magdalena", dijo a BBC Mundo Gómez Duran.
"Mutis debió quedar absolutamente fascinado cuando llegó a América. Todo era nuevo, con decir que cuando le enviaba cajas de plantas a Lineo, éste daba saltos de alegría", según documentos de la época.
En sus múltiples aventuras, Mutis llegó al Cerro del Sapo, en el actual departamento colombiano de Tolima, "donde estuvo seis años y según él mismo fueron sus años más felices".

Las temibles legionarias

Las hormigas de los trópicos tienen una importancia extraordinaria, con una biomasa superior a la de los vertebrados. Esto significa que si se pusieran en una balanza todos los vertebrados de la selva y las hormigas, estas pesarían más.
Y en época de Mutis las hormigas no sólo eran omnipresentes sino a veces temidas y una de las especies más famosas era la de las llamadas legionarias.
"Se les llamaba hormigas de visita en el siglo XVIII porque en los poblados, cuando llegaban esas files de cientos de miles de hormigas, la gente se salía y dejaba la casa abierta, las legionarias se llevaban todo tipo de insecto, incluso asustaban a las ratas", explica Gómez Durán.
Y cuando las hormigas se iban, volvían a entrar los habitantes.
Mutis resolvió uno de los grandes enigmas sobre las legionarias, que a diferencia de la mayoría de las especies, no tienen un nido en el suelo o en un árbol.
"Son hormigas nómadas y Mutis descubrió que cuando reposan crean entre ellas mismas una masa, una bola de hormigas vivas. En el centro de la masa que se agarra, por ejemplo, de un tronco caído, es donde están las larvas", cuenta Gómez Durán.
La imperiosa necesidad de alimentar las larvas es lo que lleva a las grandes avanzadas de estas hormigas "que se llevan por medio todo lo que encuentran".

Discípulos fusilados

El nuevo libro hace realidad un sueño incumplido del propio Mutis, quien habría enviado dos veces a Europa estudios que se perdieron en la larga travesía por mar.
Es de alguna manera, "el libro que a Mutis le hubiera gustado escribir", señala Gómez Durán.
Otro de los grandes proyectos de Mutis fue documentar la flora del entonces virreinato de Nueva Granada mediante la Expedición Botánica, una misión científica subvencionada por la Corona española.
Mutis se había rodeado de discípulos nacidos en lo que es hoy Colombia y Ecuador. Falleció en 1808 a los 76 años y durante los movimientos de independencia a comienzos del siglo XIX varios de sus discípulos fueron fusilados.
Según el investigador español, el legado de la Expedición Botánica llego a Madrid en 105 cajones que fueron abiertos en presencia del rey.
Pero estos quedaron luego en el olvido por prácticamente un siglo y medio, "hasta que el extraordinario historiador colombiano Guillermo Hernández de Alba, ya a mediados del siglo XX, comienza la transcripción de los diarios en el Jardín Botánico de Madrid", cuenta.

El legado de Mutis

José Celestino Mutis fue, para Gómez Durán, "una persona de gran honestidad intelectual, que abarcó muchisimos temas, dejando un interés por la ciencia que se difundió en forma maravillosa en la Colombia del siglo XVIII".
Mutis nunca llegó a recibir el reconocimiento de las academias de ciencia europeas de su época, pero según Gómez Durán, hubiera estado encantado de ver ahora su nombre asociado al de un científico tan prestigioso como Edward Wilson.
Tal vez uno de los grandes legados de Mutis sea el de mostrar que la ciencia, ante todo, es un empeño de extraordinaria pasión. En las palabras de Edward Wilson, "sigue viva la memoria de Mutis como un científico pionero, que luchó prácticamente solo, jamás vencido por las enormes dificultades en descifrar las maravillas su entorno, que lo deslumbraban".

BBC Mundo

2011/02/01

Un genoma hecho para conquistar el mundo

Investigadores de EEUU y Europa desvelan hoy los genomas completos de tres especies de hormigas, dos de ellas invasoras, que podrían ayudar a mantener a raya la expansión de estos insectos fuera de su hábitat y que explica su talento para la conquista.
Una de las especies secuenciadas es la hormiga argentina (Linepithema humile), considerada por algunos expertos como el insecto más invasivo del mundo. La especie ha conquistado todos los continentes excepto la Antártida y forma megacolonias que se extienden a lo largo de miles de kilómetros. La secuenciación de su genoma se publica hoy en PNAS junto a los de la hormiga de fuego (Solenopsis invicta), otra invasora originaria de Suramérica que se ha extendido por EEUU, Asia y Oceanía, y las hormigas rojas cosechadoras (Pogonomyrmex barbatus), cuyas poblaciones en el suroeste de EEUU están descendiendo debido al avance de las otras dos especies.
En su Suramérica natal, las poblaciones de hormiga argentina pelean entre sí por el territorio. No sucede lo mismo fuera de su hábitat, pues todas las poblaciones que ahora se extienden desde EEUU a Japón pasando por Italia, Francia y España, no se atacan las unas a las otras, debido a su cercanía genética. A su paso, la especie barre la presencia de otras hormigas, poniendo en serio peligro las especies autóctonas. Su genoma revela ahora que la especie tiene 367 genes para oler y 116 para el gusto, una gran ventaja comparada con otros insectos sociales como la abeja (174 y 10, respectivamente), según el trabajo, liderado por Neil Tsu-tsui, de la Universidad de California en Berkeley (EEUU). Los autores de los tres genomas apuntan que la casta de las hormigas (si serán reinas fértiles u obreras estériles) está gobernada por cambios químicos en su ADN que activan o desactivan determinados genes y que podrían ser claves para controlar su expansión si se logra controlarlos para reducir el número de reinas.

Publico

2011/01/10

Las hormigas también se jubilan

Un grupo de investigadores que estudian los hábitos de las hormigas cortadoras de hojas descubrieron que, a medida que estos insectos envejecen y sus mandíbulas se deterioran, se retiran del trabajo más duro.
Es decir, las hormigas también se jubilan.
Científicos de la Universidad de Oregon, en Estados Unidos, encontraron que cuando las hormigas más viejas dejan de cortar hojas asumen tareas más relacionadas con el transporte, lo que para los investigadores demostraría que los individuos pueden jugar un papel importante incluso cuando sus atributos físicos comienzan a declinar.
Los especímenes estudiados son los "granjeros" del mundo de los insectos.
Cada miembro de la factoría de las hormigas es capaz de cortar y transportar cargas que equivalen a 50 veces el tamaño y peso de su propio cuerpo.
Las hormigas forman entonces una procesión en miniatura que lleva la cosecha a casa, donde las hojas son utilizadas como superficie para cultivar hongos que alimentan a la colonia.
Pero cuando las mandíbulas se deterioran por causa de la edad, este impresionante trabajo de equipo se ralentiza.
Los investigadores descubrieron que las hormigas más viejas tienen dificultades para sujetar y cortar hojas.

Insectos sociales

Sin embargo, una observación más detallada reveló que aquellas hormigas cuyas mandíbulas se encontraban completamente desgastadas cambiaban de trabajo en la cadena de montaje: dejaban la tarea de cortar hojas a sus compañeras más jóvenes, mientras que ellas asumían la función de arrastrar la hoja en su largo camino al hormiguero.
"El deterioro de sus mandíbulas era tan grande que la hormiga cortadora hubiera tenido que utilizar más del doble de la energía y del tiempo en cortar hojas que un ejemplar que acababa de salir de la crisálida, cuando es totalmente joven y tiene mandíbulas perfectas y afiladas", le explica a la BBC el profesor Robert Schofield, uno de los científicos que realizó el estudio.
"De modo que las hormigas con las mandíbulas más deterioradas y aquellas que las tenían totalmente desgastadas, el diez por ciento del total, transportaban en lugar de cortar".
"Esto muestra la ventaja de ser un insecto social frente a un insecto solitario, porque una hormiga que no pudiese usar más con sus mandíbulas y fuera solitaria habría muerto", añade Schofield.
La investigación sugiere que, en estas sociedades altamente organizadas, los individuos pueden adaptarse y seguir siendo útiles incluso cuando sus atributos físicos comienzan a decaer.

BBC Mundo

2010/11/24

Hormigas guerreras no son tan malas como las pintan

Las hormigas guerreras tienen reputación de destruir todo lo que se les pone por delante cuando marchan a través de la selva.
Pero el estudio más amplio realizado hasta el momento halló que estos insectos son creadores de mundo enteros y no sólo destructores.
Científicos descubrieron que más de 300 especies, desde pájaros hasta ácaros, dependen en parte de una especie de hormigas guerreras para su supervivencia.
Esto significa que estos diminutos animales apoyan un mayor número de otras formas de vida que cualquier otra especies conocidas.
Esta revelación sobre las hormigas guerreras es la culminación de más de 50 años de investigación sobre su conducta dirigida por el naturalista Carl Rettenmeyer y su esposa Marian de la Universidad de Connecticut en Estados Unidos.

Eciton burchellii

Junto con colegas biólogos, crearon una amplia lista de animales que se sabe fueron hallados en compañía de la especie de hormigas guerreras Eciton burchellii.
Esta es una de las dos especies de hormigas guerreras que envían un numeroso grupo de rastreo a la superficie, y es la única que crea campamentos temporales sobre el terreno en montones de arbustos o dentro de troncos.
Alrededor de medio millón de hormigas trabajadoras pertenecen a una colonia. Cada una de esas colonias se establece por un periodo de 20 días, lo que da tiempo para que las pupas y los huevos de hormiga se desarrollen.
Una vez que los huevos han sido incubados y las larvas se conviertes en adultas, la colonia se vuelve nómada.
Durante este periodo, las hormigas guerreras de la colonia efectúan incursiones, instalando campamentos por la noche.
Y aunque es sabido que el ejército de hormigas mata y come numerosos insectos durante sus incursiones, se tiene menos conocimiento sobre la cantidad de animales que dependen de estos insectos para su supervivencia.

Centenares de "especies asociadas"

Carl Rettenmeyer, quien murió en abril de 2009 y su mujer empezaron a coleccionar estas "especies asociadas" en 1952.
El equipo de investigación, quien continuó el trabajo de Rettenmeyer tras su muerte, reunió datos de 1.200 colonias de hormigas E.burchellii, añadiendo muestras de 345 colonias estudiadas por otros científicos.
Lo que descubrieron es increíble: 557 especies distintas fueron registradas asociándose con esta especie de hormiga guerrera.
De todas ellas, se sabe que más de 300 dependen de las hormigas de alguna manera para su supervivencia.
"Creo que es sólo la punta del iceberg," dijo al periodista Matt Walker de la BBC la bióloga Stefanie Bergoff, quien trabajó con los Rettenmeyers.
Por lo menos 29 especies de aves se alimentan de artrópodos que son desalojados por las hormigas.
Al menos 239 especies de mariposas han sido vistas o cazadas en hormigueros, alimentándose de estiércol de pájaros que han sido atraídos por las hormigas.
Pequeñas avispas vuelan alrededor de las colonias de hormigas buscando arañas que huyen de sus ataques.
Miles de califóridos, sarcofágidos o moscardas de la carne y otras especies de moscas también acompañan cada redada de hormigas.
Para muchas los objetivos son los insectos muertos por las hormigas, depositando sus huevos en el interior de sus carcasas.
Tales especies acuden a cada incursión de las hormigas, pero muchas otras, como avispas, escarabajos y avispas, se dedican a recoger desperdicios dejados por las hormigas, como patas de insectos que son incomibles para éstas y sus larvas.
Decenas o centenares de criaturas similares también dependen de los campamentos de la E. burchellii.

Todavía sin descubrir

Muchas de estas especies son difíciles de capturar y estudiar.
Por eso, dicen los investigadores, es muy probable, que todavía estén para identificar otras muchas especies que dependen delas hormigas guerreras.
"Si se estudia realmente bien, creo que el número de especies asociadas de la E. burchellii podría doblarse," dijo Bergoff.
"Es una especie de paradoja que la E. burchellii, que mata a tantas especies, tiene ese otro papel para un número más elevado de asociados," añadió.

BBC Mundo

2010/11/10

Las hormigas esclavistas los prefieren fuertes

A la hora de buscar la servidumbre, las hormigas esclavistas prefieren a los fuertes sobre los débiles, dicen los investigadores.
Estos insectos fueron observados eligiendo atacar a otras colonias de hormigas grandes y mejor defendidas en lugar de las más pequeñas y débiles.
Los científicos sugieren que su inteligencia les permite identificar fuertes defensas como un signo de una población más numerosa.
Al llevar a cabo menos redadas en blancos fuertemente defendidos, las hormigas esclavistas en realidad limitan los riesgos y se van con la mayor cantidad de crisálidas para esclavizar.

Organización colonial

Las hormigas esclavistas como las Protomognathus americanus son conocidas por demostrar un inusual comportamiento de colonia.
Tienen una reina que produce descendencia pero no realiza las tareas cotidianas de alimentación o cuidado de las crías.
En cambio, cuentan con hormigas exploradoras encargadas de identificar en las inmediaciones aquellas colonias de hormigas de otras especies que son propicias para el ataque.
Las hormigas esclavistas entonces se roban las crisálidas de la colonia que atacan y se las llevan a sus propias territorios.
Las hormigas cautivas se impregnan con el olor de la colonia esclavista y crecen para hacer todas las tareas ordinarias.

De la teoría a la práctica

En estudios publicados en "Comportamiento Animal", investigadores de la Universidad Ludwig Maximilian de Munich (Alemania) teorizaron que las hormigas esclavistas eligen "objetivos fáciles" ya que ofrecen menos riesgos.
Sin embargo, en el estudio de Sebastián Pohl las hormigas actuaron de la manera contraria: los grupos de asalto eran más propensos a atacar las colonias más fuertes.
"Tuvimos que observar la decisión de las esclavistas con mayor detalle y tuvimos que considerar más aspectos del comportamiento de asalto", explicó el investigador.
Pohl y sus colegas identificaron que las "redadas de esclavos" presentaban un riesgo considerable para las Protomognathus americanus.
En pequeñas colonias esclavistas compuestas por una reina, de dos a cinco trabajadoras y de 30 a 60 esclavas, las hormigas exploradoras eran muy valiosas.
Es esencial que las exploradoras tomen decisiones correctas sobre los blancos apropiados para las redadas sin ser descubiertas ni atacadas.
"La pérdida de un simple trabajador podría ser sinónimo de la pérdida de la mitad de los miembros de la colonia", le dijo Pohl a la BBC.
Un número más pequeño de exploraciones y las subsecuentes redadas presentan un riesgo más bajo para las esclavistas.
De cualquier manera, la colonia necesita nuevos esclavos para ser capaz de sobrevivir en la siguiente estación.

Tácticas de asalto

Los investigadores sugieren que las hormigas exploradoras asocian fuertes colonias con gran cantidad de crisálidas para esclavizar.
La táctica de menos redadas en blancos más fuertes ofrece la mejor relación costo beneficio.
Las Protomognathus americanun tiene un tamaño de 2 a 3 milímetros y viven en bosques caducifolios del nordeste de Estados Unidos y en las regiones adyacentes con Canadá.
Debido a su tamaño, una colonia completa puede vivir en el hueco de una bellota.

BBC Mundo

2010/06/30

La sociedad de las hormigas inspira estudios de redes robóticas

Fuente: Canarias7.

Los estudios en torno a la organización y funcionamiento de las hormigas están inspirando en la actualidad el diseño de redes avanzadas de interactuación de robots, según ha dicho a Efe la investigadora Deborah Gordon, que trabaja en este campo

Deborah Gordon, investigadora jefe del Laboratorio Gordon de Stanford, ha expuesto hoy sus ideas sobre este asunto en el Congreso de Robótica "Robotics: Science and Systems", que se desarrolla en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza.

En declaraciones a Efe, Gordon ha explicado que su trabajo se centra en "comprender" no sólo el funcionamiento y organización de las comunidades de hormigas, sino los sistemas de que se sirven para llevar a cabo su labor, "sin un jefe y sin un control central".

La científica, que ha impartido su conferencia bajo el título "Modelos globales de energía para comprensión de escenas", ha manifestado que las formas de interactuación de las hormigas pueden proporcionar fórmulas aplicables en el diseño de redes robóticas.

"Las hormigas -ha comentado- funcionan con redes de interacción muy simples, y nosotros también tenemos nuestras propias redes como Internet, y, por lo tanto, quizás podamos aprender de las hormigas cómo puede funcionar una red de forma eficaz y cómo una sociedad entera puede regularse a partir de reglas muy simples"

El Congreso de Robótica finalizará el día 30 con una conferencia del profesor Pieter Abbeel, de la Universidad de Berkeley, sobre los robots que aprenden sus maneras de comportamiento mediante la imitación de los seres humanos.

Unos 300 investigadores participan en esta cita científica, en la que se realizan demostraciones con algunos de los robots humanoides más avanzados del mundo, alguno de ellos controlado con la mente humana.

El congreso, organizado por el Grupo de Robótica del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón de la Universidad de Zaragoza, ha conseguido reunir a científicos procedentes de universidades y centros de investigación tan prestigiosas como MIT, Stanford y Oxford, y compañías como la NASA, Google o Microsoft.

2009/09/30

Un antivirus basado en las hormigas

Fuente: El Mundo.

Tal vez a partir de ahora veamos a los insectos con otros ojos. Un equipo de investigadores de la universidad de Wake Forest, en Carolina del Norte, se ha puesto a la tarea de estudiar los enjambres de hormigas cuando están 'enfadadas' porque la imitación de su comportamiento podría traer una nueva aproximación en el desarrollo de software antivirus.

En situaciones de peligro, las hormigas rodean al enemigo antes de atacar. Una vez que está cercado, todas se vuelcan a una sobre él. Asi que ¿por qué no 'inventar' hordas de "hormigas digitales" capaces de encontrar y destruir los virus y gusanos informáticos?.

Los expertos creen que copiar esa conducta (denominada 'inteligencia de enjambre') puede tener aplicaciones muy prácticas en el campo de la seguridad informática. Sería como si un gran número de insectos virtuales patrullasen el equipo. Cada una de las 3.000 'hormigas digitales' estarían preparadas para rastrear una amenaza diferente. Una vez encuentren una, el resto de las hormigas acudirían y ayudarían a eliminar el virus antes de que tenga tiempo de hacer ningún daño, informa The Guardian

"Hay muchas ideas que pueden tomarse sólo observando la naturaleza" dijo Alex Parfitt, científico relacionado con el tema. "No tenemos que copiar el sistema biológico de sus habitantes, sino únicamente fijarnos y copiar aquellas partes que nos interesan"

No es la primera vez que los insectos han servido de inspiración para desarrollar la tecnología que hoy nos rodea. De hecho, existe una disciplina denominada biomimética para designar al estudio y desarrollo de las tecnologías basadas en la naturaleza.

El estudio del comportamiento de las hormigas ya había sido utilizado para la construcción de redes telemáticas. Anteriormente se habían observado sus técnicas para buscar comida, ya que rastrean todos los caminos posibles y dejan un rastro sobre el correcto que sirve de cebo para las demás". Tecnológicamente hablando, consiguen marcar la ruta más óptima para acceder de un nodo a otro. Ahora le ha llegado el turno de buscar su utilidad para la seguridad informática.