¿Cuándo sabes que llevas demasiado tiempo en Finlandia? Cuando te congelas en una sauna a 80 grados y te asfixias en una calle a menos 20. El país nórdico es propenso a la parodia nacional y multiplica los chistes sobre sus nieves (casi) perpetuas, sus auroras boreales, su sauna... y su Nokia.
Pero si hay un mantra repetido sobre la pequeña nación -algo más de cinco millones de habitantes- es el que la coloca como mejor alumna de Europa. Literalmente. Sus estudiantes ganan por goleada los resultados del informe PISA dejando al resto de socios europeos a la altura del betún.
El resultado de la inversión educativa es una de las fuerzas laborales más cualificadas del mundo. El secreto... los maestros y un aprendizaje bizco, con un ojo en la tradición y otro en la tecnología.
Frente a los precarios y estresados profesores europeos -Gran Bretaña, por ejemplo, les acaba de permitir el uso de la fuerza contra alumnos violentos o rebeldes recalcitrantes-, los finlandeses han sido "tradicionalmente considerados linternas de la sociedad".
Ser profesor en Finlandia, es una profesión de prestigio. La carrera que muchos padres sueñan para sus hijos, allí donde otros europeos programan a los suyos para ser astronautas o tiburones de las finanzas. "Los maestros quieren ser maestros. Están considerados como gente importante socialmente", explica Reetta. "Además, tienen libertad para enseñar, espacio para desarrollar sus programas pedagógicos".
Programas que en esta escuela del futuro han enterrado ya el e-learning antes de que países como España lo hayan implantado. "El e-learning está muerto. Los niños ahora son nativos digitales, que usan aparatos como las pantallas táctiles de manera instintiva", señala Kirsti Lonka, profesora de Psicología Educacional. Pero la generación iPad necesita "un aprendizaje fusión que combine los espacios reales y virtuales".
Lo confirma Jaana, la profesora de lengua que lee en voz alta en el Jakomaki. "Yo trato de mezclar las dos cosas, tradición y ordenadores, y hablar con ellos para pensar en conjunto".
El aprendizaje vertical ha pasado a mejor vida. Ahora en clase se aprende del maestro y de los compañeros. "Los alumnos no se sientan y absorben, hay que llevar la educación fuera de las aulas, a la vida cotidiana", dice Reetta. "La información se propaga muy rápidamente entre ellos a través de webs y mensajes. Por ejemplo, si un alumno aprende a usar Google earth el resto de su clase no tardará mucho en hacerlo", asegura. "Contrariamente a lo que siempre nos han dicho, la multitarea es algo bueno".
En Finlandia los móviles han empezado a usarse para fomentar la comunicación entre padres e hijos. Es más fácil, dice la psicóloga, pedir perdón con un mensaje que cara a cara.
El método finlandés está centrado en el alumno, e ignora los exámenes, por lo que el tiempo que habitualmente se pierde en la preparación de las pruebas se dedica simplemente a aprender.
Y algo tendrá el método en cuanto a motivación cuando la tasa de abandono escolar en la primaria es del 2%, muy lejos del 25% de otros vecinos como Dinamarca. "Y la mayoría vuelven después de un año", sonríe Jarkko Hautamäki, profesor de la Universidad de Helsinki.
Pero si hay un mantra repetido sobre la pequeña nación -algo más de cinco millones de habitantes- es el que la coloca como mejor alumna de Europa. Literalmente. Sus estudiantes ganan por goleada los resultados del informe PISA dejando al resto de socios europeos a la altura del betún.
El resultado de la inversión educativa es una de las fuerzas laborales más cualificadas del mundo. El secreto... los maestros y un aprendizaje bizco, con un ojo en la tradición y otro en la tecnología.
Frente a los precarios y estresados profesores europeos -Gran Bretaña, por ejemplo, les acaba de permitir el uso de la fuerza contra alumnos violentos o rebeldes recalcitrantes-, los finlandeses han sido "tradicionalmente considerados linternas de la sociedad".
Una profesión de prestigio
Lo cuenta Reetta Hyvarinen, investigadora de la Universidad de Helsinki, en una clase del colegio Jakomaki. Pionero en el diseño de la escuela del futuro, que 'sorpresa' no es un lugar repleto de ordenadores, sino un espacio que combina zonas de juego, computadoras y hasta una profesora leyendo en voz alta a un grupo de niños, como en un cuadro costumbrista.Ser profesor en Finlandia, es una profesión de prestigio. La carrera que muchos padres sueñan para sus hijos, allí donde otros europeos programan a los suyos para ser astronautas o tiburones de las finanzas. "Los maestros quieren ser maestros. Están considerados como gente importante socialmente", explica Reetta. "Además, tienen libertad para enseñar, espacio para desarrollar sus programas pedagógicos".
Programas que en esta escuela del futuro han enterrado ya el e-learning antes de que países como España lo hayan implantado. "El e-learning está muerto. Los niños ahora son nativos digitales, que usan aparatos como las pantallas táctiles de manera instintiva", señala Kirsti Lonka, profesora de Psicología Educacional. Pero la generación iPad necesita "un aprendizaje fusión que combine los espacios reales y virtuales".
Lo confirma Jaana, la profesora de lengua que lee en voz alta en el Jakomaki. "Yo trato de mezclar las dos cosas, tradición y ordenadores, y hablar con ellos para pensar en conjunto".
El aprendizaje vertical ha pasado a mejor vida. Ahora en clase se aprende del maestro y de los compañeros. "Los alumnos no se sientan y absorben, hay que llevar la educación fuera de las aulas, a la vida cotidiana", dice Reetta. "La información se propaga muy rápidamente entre ellos a través de webs y mensajes. Por ejemplo, si un alumno aprende a usar Google earth el resto de su clase no tardará mucho en hacerlo", asegura. "Contrariamente a lo que siempre nos han dicho, la multitarea es algo bueno".
Un método centrado en el alumno
Y en clase, los móviles son incluso bienvenidos para algunas cosas. "El profesor, por ejemplo, puede preguntar algo para que se le conteste por SMS", dice Kirsti Lonka. "Luego puede anunciar el porcentaje de respuestas correctas sin necesidad de avergonzar a ningún alumno en concreto".En Finlandia los móviles han empezado a usarse para fomentar la comunicación entre padres e hijos. Es más fácil, dice la psicóloga, pedir perdón con un mensaje que cara a cara.
El método finlandés está centrado en el alumno, e ignora los exámenes, por lo que el tiempo que habitualmente se pierde en la preparación de las pruebas se dedica simplemente a aprender.
Y algo tendrá el método en cuanto a motivación cuando la tasa de abandono escolar en la primaria es del 2%, muy lejos del 25% de otros vecinos como Dinamarca. "Y la mayoría vuelven después de un año", sonríe Jarkko Hautamäki, profesor de la Universidad de Helsinki.
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