Hasta noviembre, Altamont Landfill era poco más que un montón de basura. Un enorme vertedero frente a San Francisco en el que, desde 1980, se han ido amontonando las más de 15 millones de toneladas de desperdicios producidos por la ciudad de la bahía. Sin embargo, hoy los cientos de camiones de basura que se acercan a diario a sus colinas ya no van a descargar, sino a llenar el depósito. La compañía Waste Management ha convertido Altamont Landfill en la mayor planta de tratamiento de gas metano del mundo.
A través de más de 200 pozos hundidos en las 100 hectáreas de esta minirrefinería, la compañía recoge este gas de efecto invernadero, producido por la descomposición de la basura, para transformarlo en gas natural licuado (GNL). Así se obtiene una fuente de energía con menor impacto ambiental que cualquier combustible fósil, cuyo uso podría servir para reducir las emisiones hasta en un 70%, y que además es entre un 30% y un 60% más barata que la gasolina.
Desde su puesta en marcha, la estación vive un trasiego inusual. A diario, más de 500 camiones de basura, autobuses y vehículos escolares de una veintena de localidades del norte de California se acercan allí para llenar sus depósitos. El proceso es sencillo: después de extraer el metano, se licúa a -161ºC. Kenneth Lewis, director de operaciones de la planta, resume su labor: "Convertimos los basureros en centros de producción energética". La planta puede distribuir 60.000 litros de GNL al día, lo que significa ahorrar 11,3 millones de litros de diésel cada año y "evitar que 30.000 toneladas de CO2 lleguen a la atmósfera", asegura Lewis.Un coche por habitante
El coste de la instalación, 12 millones de euros, ha sido subvencionado en parte dos millones por el estado de California, el más castigado por la contaminación del tráfico. Cerca de 32 millones de vehículos circulan por sus carreteras, casi uno por habitante.
El gobernador Arnold Schwarzenegger pretende reducir las emisiones en California un 25% para 2020. La nueva planta evitará que en los próximos cuatro años lleguen a la atmósfera 1,5 millones de toneladas de CO2. La administración ya negocia la aportación a una planta gemela a 40 kilómetros al sur de Los Ángeles, la ciudad con la mayor flota de autobuses impulsados por GNL del país, unos 2.700.
"El GNL reduce la dependencia de los combustibles fósiles y supone un enorme beneficio ambiental para las comunidades", asegura Duane Woods, vicepresidente de Waste Management. El giro ecológico de la compañía de Houston (Texas), que lleva más de un siglo dedicada a la recogida de residuos, parece haber calado. La Agencia de Protección Ambiental de EEUU estima que casi uno de cada tres vertederos municipales del país cuenta con algún proyecto energético.
No hay comentarios:
Publicar un comentario