Los cráteres más sombríos de la Luna esconden 600 millones de toneladas de agua helada, según nuevos cálculos de la NASA. La reserva similar en capacidad a la cuenca hidrográfica del Cantábrico se encuentra en el polo norte del satélite y es inmensa comparada con la que ya halló la agencia en el polo opuesto, de unos 90 litros.
El hielo está en más de 40 cráteres de hasta 15 kilómetros de diámetro y podría abastecer de agua, combustible y oxígeno a futuras misiones espaciales "durante muchos años", explicó a este diario Paul Spudis, investigador del Instituto Lunar y Planetario de Houston (EEUU).
Spudis es el investigador principal del radar Mini-SAR de la NASA, que rastreó los polos lunares a bordo del satélite indio Chandrayaan-1.
El agua detectada por el Mini-SAR es idéntica a la de la Tierra, aunque su estado es muy diferente. Los cráteres en los que se acumula, llamados trampas frías, están a unos 250º C bajo cero y no ven nunca el Sol, detalló Spudis. "Estamos descubriendo que la Luna es mucho más complicada de lo que creíamos", resumió el investigador, que publicará sus datos en Geophysical Research Letters.
En noviembre, el líder de otra misión de la NASA se mostraba "impresionado" después de que una sonda hallase "unos 12 cubos de agua de ocho litros cada uno" en el polo sur del asteroide. El nuevo estudio multiplica esas reservas por varios millones, pero no es una sorpresa total. Diez años antes, el Lunar Prospector de la NASA ya aventuró que los polos podrían contener cientos de toneladas de hielo, recordó Spudis. Los nuevos cálculos, recogidos por el radar entre febrero y abril del año pasado, no sólo concretan la cantidad que hay en el polo norte, sino que añaden que la capa de hielo que cubre las trampas frías tiene entre dos y tres metros de grosor.
H2O en movimiento
Las mediciones acumuladas hasta ahora demuestran que, en la Luna, "el agua se crea, viaja, se deposita y se conserva", explicó Spudis. Aún es un misterio cómo ha llegado a los polos. Una posibilidad es que se forme de la unión entre el oxígeno que hay mezclado en el polvo lunar con el hidrógeno que arrastran los vientos solares. Una vez compuesta, el agua habría saltado de molécula a molécula hasta los cráteres, donde permanece estable para siempre, señaló Spudis. La otra posibilidad es que llegase a bordo de asteroides que chocaron contra la luna y formaron sus cráteres.
Sea cual sea su origen, la reserva de hielo podría aportar "agua, oxígeno para respirar e hidrógeno para alimentar cohetes" rumbo a otros planetas, apuntó Spudis. Tras la cancelación del programa de la NASA para pisar la Luna en 2020, los primeros en aprovechar esas reservas podrían ser astronautas chinos o japoneses, ya que ambos países quieren construir bases lunares en 2030.
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