Fuente: Telam.
Google perderá este año 470 millones de dólares, unos 365 millones de euros, por culpa de YouTube, una página web que sólo en Estados Unidos consiguió más de 100 millones de usuarios únicos durante el pasado mes de enero.
La edición on line de El País informa que según los cálculos realizados por la firma Credit Suisse, YouTube no consigue cubrir con sus ingresos publicitarios ni siquiera lo que paga en concepto de royalties (182 millones por 191). Además, hay que sumar los 399 millones que paga por el ancho de banda que consumen los cientos de millones de usuarios que tiene en todo el mundo.
En cualquier caso, el gigante de Internet continúa con su apuesta por el vídeo en Internet y negocia con Sony Pictures para convertir el portal en un canal más de distribución de las películas del estudio. De esta manera, YouTube podría ofrecer un servicio de vídeo bajo demanda, es decir, que los usuarios paguen por visualizar una serie de contenidos premium.
El sello ya firmó acuerdos con otras páginas, como Hulu, por lo que difícilmente podrá ofrecer a YouTube más allá de 15 películas en exclusiva. Además, Sony cuenta con su propia página de vídeos, Crackle.com, donde se pueden ver algunas de sus películas y cuyo futuro es convertirse en el canal on line de Sony.
Quizá, como apuntan en News.com, el error de Google fue ignorar en su día las peticiones de Hollywood para que controlara los contenidos sujetos a derechos de autor que los usuarios subían a YouTube. Las majors tuvieron tiempo para pensar y encontrar sus propios modelos de distribución on line.
La historia, además, podría estar repitiéndose, esta vez con los medios de comunicación, que ven cómo Google ingresa millones y millones de euros gracias a los contenidos que ellos generan.
La defensa de Google parece clara e insisten una vez más: ellos hacen de intermediarios y ofrecen a los productores de contenidos millones de visitas cada mes que, de otra manera, nunca llegarían a sus sites.
Sin embargo, la paciencia parece acabarse en el lado de los generadores de contenidos. Primero fueron los periódicos belgas, quienes consiguieron que sus noticias no aparecieran en Google News; posteriomente, la prensa francesa pidió al gigante de Internet un acuerdo para compartir ingresos publicitarios.
Ahora, el magnate de la comunicación Rupert Murdoch y la agencia Associated Press. El primero arreimetió sin contemplaciones contra el modelo de negocio de Google News; la segunda va más lejos y anunció que emprenderá acciones legales contra quienes utilicen cualquiera de sus informaciones sin pagar el correspondiente precio.
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