Cuando los Gobiernos de todo el mundo fueron sacando a subasta las licencias de telefonía móvil de tercera generación, o 3G, las operadoras de telecomunicaciones se lanzaron a pujar por ellas convencidas de que los mensajes multimedia y las videoconferencias les permitirían recuperar rápidamente estas inversiones multimillonarias.
El problema con el que se encontraron fue que los usuarios nos empeñamos en seguir utilizando nuestros teléfonos fundamentalmente para hablar y que los susodichos mensajes multimedia y videoconferencias nunca llegaron a mover la cantidad de dinero esperada, lo que puso a las operadoras en más de un apuro, y llegó a provocar incluso el cierre de algunas, en especial de aquellas creadas específicamente para explotar este tipo de licencias.
Un problema añadido a esto, en un mercado como el español, en el que si hacemos caso a las cifras que dan las principales operadoras hay más líneas de telefonía móvil que habitantes desde principios del 2006, es que, por mucho que hablemos, simplemente los días no tienen más horas para que el consumo en llamadas de voz, mensajes SMS y mensajes multimedia siga creciendo.
Lo que vino a salvar la situación fue el acceso a Internet a través de la telefonía móvil, que, a pesar de contar todavía con unos precios francamente mejorables, ha sido en estos años el servicio que más crecimiento ha tenido. En este sentido, y para no perder el carro, las operadoras de telefonía están ya realizando pruebas de lo que será la telefonía de cuarta generación, o 4G, aunque este estándar todavía no está definido formalmente por ningún organismo.
En todo caso, parece que la apuesta pasará por ofrecer en cada momento la mayor velocidad de conexión posible utilizando la red de transmisión de datos más barata disponible, ya sea wifi, wimax o la propia red de telefonía móvil, y se habla desde un mínimo de cien megabits por segundo en movilidad, como cuando por ejemplo se esté realizando la conexión desde un tren, a velocidades de hasta un gigabit por segundo para conexiones estacionarias.
Para hacernos una idea, incluso a la menor de estas velocidades se podría descargar una película con calidad DVD adquirida en alguna tienda en línea en unos cinco minutos. Además, el servicio 4G estará organizado de tal forma que pueda garantizar el mantenimiento de una calidad de servicio mínima adecuada para el uso que se le esté dando en cada momento, por lo que al escuchar música, ver un vídeo o la televisión no sufriremos paradas como a veces sucede con las conexiones a Internet que tenemos en casa en la actualidad, por no mencionar ya las que se hacen a través de telefonía 3G, que por lo general son más lentas.
En Japón, donde todo el mercado de las telecomunicaciones va por lo general muy por delante del resto del mundo, NTT DoCoMo ha anunciado planes para comenzar a ofrecer servicio 4G a sus clientes en el 2010. En otros países aún no se han anunciado compromisos firmes, pero se estima que en unos diez años las redes 4G podrían haber sustituido casi por completo a las 3G en un proceso gradual, ya que las nuevas redes son compatibles con los teléfonos y equipos diseñados para las redes anteriores, algo que por ejemplo no sucedió con el paso de las redes 1G, analógicas, a las redes 2G, que ya usaban tecnologías digitales.
Las redes 4G deberían suponer también un paso adelante más en la adopción de un sistema de telefonía móvil verdaderamente universal, algo en lo que se viene avanzando mucho en los últimos años, pero que aún hoy en día no se ha logrado porque hay varias combinaciones incompatibles de tecnologías en uso en la telefonía 2G y 3G por el mundo adelante; aunque sí es cierto que existen modelos multibanda que funcionan en casi cualquier lugar, lo que ya es todo un avance respecto a la situación apenas hace diez años, cuando, por ejemplo, era necesario alquilar un teléfono específico para viajar a Estados Unidos desde Europa, ya que, aunque se usaba el estándar GSM, en los dos lugares los teléfonos utilizaban frecuencias de radio distintas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario