Un polémico juego gratuito y 'online' en el que el jugador asume el papel de vagabundo alcohólico por los barrios y calles de Berlín se ha convertido en un éxito arrasador en Internet en Alemania, donde no faltan las críticas ante el mal gusto de la oferta lúdica.
'Pennergame.de', el juego del vagabundo, es el título de la web que oferta lo que sus creadores llaman "sátira social". El novato comienza una vida de perros en la capital alemana en la que, pese a todo y por propio esfuerzo, puede llegar a convertirse incluso en Canciller Federal y arrebatar el sillón a Angela Merkel.
"Sin trabajo, sin dinero y abandonado por tu esposa. Ahora eres un solitario vagabundo y un absoluto pipiolo en Berlín", reza el recibimiento de la web a los nuevos inscritos en el original juego de supervivencia urbana.
Para sobrevivir en el Berlín virtual el jugador deberá convertirse en un maestro del gorronear en barrios nobles como Zehlendorf, recoger botellas retornables por las calles de Kreuzberg o convertirse en músico callejero en la fina zona comercial de Wilmersdorf.
Más de 300.000 personas se han apuntado a la experiencia de vagar virtualmente sin rumbo ni techo por las calles de la capital alemana en la primera semana de funcionamiento del juego, según declara Marius Follert, uno de sus creadores, en el rotativo "Berliner Zeitung".
La demanda inicial fue tan abrumadora, que a las tres horas de comenzar a funcionar, sus responsables debieron duplicar la capacidad de sus servidores.
Quienes se inscriben en el juego obtienen un perfil personal de vagabundo en el que se va registrando el dinero que consigue acumular, su nivel de aseo y hasta sus índices de alcoholismo, así como sus progresos para subir en la escala social.
Sin embargo, las posibilidades de consumo virtual de alcohol son limitadas y no funcionan entre las 06.00 y las 22.00 horas y se exige de los jugadores que traten de formarse para progresar socialmente, aunque las instrucciones del juego aseguran que "debido al consumo prolongado de alcohol seguro que has perdido más de una célula cerebral".
Al igual que en muchos casos en la vida real, los jugadores deben elegir una mascota animal que les acompañe, un simple pececito al comienzo que, sin embargo, puede llegar a convertirse en un elefante o jirafa dependiendo de los avances logrados.
Para lograr esto último es posible también coordinarse con otros jugadores para formar bandas de vagabundos que rivalizan e incluso luchan por defender sus territorios en los barrios de la capital alemana.
'Pennergame.de' comenzó hace dos años con una oferta de vagabundeo por Hamburgo y, entre tanto, ofrece juegos similares en Londres o Varsovia, pero sus creadores, dos veinteañeros propietarios de la empresa Farbluft Entertainment GmbH, reconocen que el éxito les abruma desde que funciona la versión berlinesa.
Sin embargo, organizaciones de vagabundos y personas sin techo como la berlinesa "Motz & Co." consideran el juego de muy mal gusto, toda vez que en la capital alemana viven unas 10.000 personas que no tienen hogar.
"Es un juego cínico y asqueroso", afirma en el diario "Berliner Zeitung" Jürgen Gehrmann, portavoz de "Motz & Co.", aunque las críticas parecen no hacer mella en la polémica oferta lúdica por internet con un creciente número de adictos.
'Pennergame.de', el juego del vagabundo, es el título de la web que oferta lo que sus creadores llaman "sátira social". El novato comienza una vida de perros en la capital alemana en la que, pese a todo y por propio esfuerzo, puede llegar a convertirse incluso en Canciller Federal y arrebatar el sillón a Angela Merkel.
"Sin trabajo, sin dinero y abandonado por tu esposa. Ahora eres un solitario vagabundo y un absoluto pipiolo en Berlín", reza el recibimiento de la web a los nuevos inscritos en el original juego de supervivencia urbana.
Para sobrevivir en el Berlín virtual el jugador deberá convertirse en un maestro del gorronear en barrios nobles como Zehlendorf, recoger botellas retornables por las calles de Kreuzberg o convertirse en músico callejero en la fina zona comercial de Wilmersdorf.
Más de 300.000 personas se han apuntado a la experiencia de vagar virtualmente sin rumbo ni techo por las calles de la capital alemana en la primera semana de funcionamiento del juego, según declara Marius Follert, uno de sus creadores, en el rotativo "Berliner Zeitung".
La demanda inicial fue tan abrumadora, que a las tres horas de comenzar a funcionar, sus responsables debieron duplicar la capacidad de sus servidores.
Quienes se inscriben en el juego obtienen un perfil personal de vagabundo en el que se va registrando el dinero que consigue acumular, su nivel de aseo y hasta sus índices de alcoholismo, así como sus progresos para subir en la escala social.
Sin embargo, las posibilidades de consumo virtual de alcohol son limitadas y no funcionan entre las 06.00 y las 22.00 horas y se exige de los jugadores que traten de formarse para progresar socialmente, aunque las instrucciones del juego aseguran que "debido al consumo prolongado de alcohol seguro que has perdido más de una célula cerebral".
Al igual que en muchos casos en la vida real, los jugadores deben elegir una mascota animal que les acompañe, un simple pececito al comienzo que, sin embargo, puede llegar a convertirse en un elefante o jirafa dependiendo de los avances logrados.
Para lograr esto último es posible también coordinarse con otros jugadores para formar bandas de vagabundos que rivalizan e incluso luchan por defender sus territorios en los barrios de la capital alemana.
'Pennergame.de' comenzó hace dos años con una oferta de vagabundeo por Hamburgo y, entre tanto, ofrece juegos similares en Londres o Varsovia, pero sus creadores, dos veinteañeros propietarios de la empresa Farbluft Entertainment GmbH, reconocen que el éxito les abruma desde que funciona la versión berlinesa.
Sin embargo, organizaciones de vagabundos y personas sin techo como la berlinesa "Motz & Co." consideran el juego de muy mal gusto, toda vez que en la capital alemana viven unas 10.000 personas que no tienen hogar.
"Es un juego cínico y asqueroso", afirma en el diario "Berliner Zeitung" Jürgen Gehrmann, portavoz de "Motz & Co.", aunque las críticas parecen no hacer mella en la polémica oferta lúdica por internet con un creciente número de adictos.
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