El anuncio fue confirmado por el presidente estadounidense, Barack Obama, quien puntualizó que la compañía automovilística en quiebra se aliará con la italiana Fiat. Obama indicó que el objetivo de la alianza es que Chrysler pueda salir en un futuro próximo de su caída financiera y convertirse en una empresa de primera clase.
Subrayó que la Fiat asumirá el 20 por ciento de las acciones en Chrysler, que después podrían aumentar hasta un 35 por ciento.
La empresa norteamericana debe unos seis mil 900 millones de dólares a más de 45 bancos en el mundo.
La insolvencia de la menor de las "tres grandes" automotrices estadounidenses supone un peligroso ejemplo de debilidad comercial ante la recesión que azota Estados Unidos, Europa y Asia.
Chrysler sobrevivió los últimos meses gracias a los créditos millonarios que recibió del gobierno y quería nuevas ayudas, pero la Casa Blanca puso como condición que la empresa encontrara un socio hasta finales de abril.
El sector automotor teme que un proceso de insolvencia haga temer a los consumidores y que éstos dejen de comprar automóviles.
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