¿Cuantas conexiones neuronales o uniones por las que las células están comunicadas se modifican durante el sueño?, fue la pregunta de partida de los investigadores de la Washington University School of Medicine de Saint Louis, que trabajaron sobre la mosca de fruta.
Los neurólogos creen que la creación de nuevas sinapsis (conexiones neuronales) es una forma fundamental con la que el cerebro codifica los recuerdos y el aprendizaje, pero éstas no pueden mantenerse indefinidamente y es ahí donde el factor sueño aparece.
Hay razones por las que el cerebro no pude ir añadiendo de manera indefinida nuevas sinapsis, señala en la revista el jefe del equipo de investigación, Paul Shaw.
El científico indicó que es posible seguir la creación de nuevas sinapsis en el cerebro de la mosca de la fruta durante un momento de aprendizaje y mostrar cómo el sueño disminuye el número de conexiones.
Sin embargo, los científicos no saben aún cómo se eliminan las sinapsis entre neuronas pero, según una teoría, sólo las conexiones menos importantes se reducen mientras que se mantiene las que guardan recuerdos importantes.
El sueño de la mosca de la fruta es similar, en muchos aspectos, al de los seres humanos, por lo que Shaw usó estos insectos como modelo para responder a algunos interrogantes sobre el sueño y la memoria.
El sueño es un promotor reconocido del aprendizaje, pero hace tres años el equipo de Shaw le dio la vuelta a esta concepción y reveló que "el aprendizaje aumenta la necesidad de dormir" en la mosca de la fruta.
El equipo ya publicó en "Science", en 2006, un artículo sobre que en dos escenarios diferentes, cada uno de los cuales daban al cerebro de las moscas de la fruta un trabajo, aumentaba la necesidad de dormir.
Ahora, los científicos han repetido esas pruebas pero con moscas genéticamente modificadas para que fuera posible seguir el desarrollo de nuevas sinapsis.
"La mayor sorpresa fue que de las 200.000 células cerebrales de las moscas sólo 16 fueron necesarias para la formación de nuevos recuerdos", según uno de los autores del estudio Jeffrey Donlea.
Cuando las moscas dormían el número de nuevas sinapsis formadas durante las pruebas disminuían, pero cuando los investigadores privaron a los insectos del sueño ese descenso no se produjo.
Donlea identificó tres genes fundamentales para los vínculos entre el aprendizaje y el aumento de la necesidad de dormir, pero en las moscas a las que les faltaba uno de ellos no creció esa necesidad.
Uno de esos tres genes de la mosca es equivalente al gen humano conocido por SRF, que los científicos ya habían vinculado a la "plasticidad", termino usado para el cambio en el cerebro, que incluye el aprendizaje, los recuerdos y su capacidad de renovar sus conexiones para adaptarse a heridas o necesidades de cambio.
Este nuevo estudio señala que el gen SRF podría ofrecer una "importante ventaja a los científicos" que estudian la plasticidad, pues a diferencia de otros genes vinculados a la plasticidad, éste no está relacionado con la supervivencia de la célula.
Shaw indicó que en estos momentos hay mucha gente que está preocupada por su trabajo y por la economía y algunos están perdiendo el sueño
Sin embargo, el estudio sugiere que "lo mejor que se puede hacer para estar seguro de mantenerse vigilante y aumentar las posibilidades de conservar el trabajo es que dormir lo suficiente sea una prioridad".
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