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2015/10/20

Microsoft, Twitter, Snapchat… comienzan los despidos masivos entre las grandes del sector tecnológico

De los rumores comenzamos a pasar a los hechos. Grandes empresas del sector tecnológico comienzan a reestructurar sus plantillas. Cada una esgrime sus propias razones para hacerlo pero no deja de ser casual que coincida con un momento en el que se rumorea la posibilidad del estallido de una burbuja tecnológica.

Días atrás te contábamos aquí en The Inquirer las diversas voces alertando de la inminencia de una burbuja tecnológica que no hace mucho se alzaban en diversos encuentros, charlas, seminarios… celebrados en Silicon Valley. Ahora comienza a concretarse ese movimiento soterrado que sólo implicaba voces en despidos de trabajadores que hasta fechas recientes han estado trabajando para redes sociales como Twitter o Snapchat o para gigantes como Microsoft. Lo que no deja de contrastar con las cifras millonarias que, procedentes de sucesivas rondas de financiación, están llegando a otras empresas del sector.
Los analistas más avispados (o pesimistas, tampoco tendrían que ser necesariamente términos excluyentes) avisan sobre una posible estrategia del tipo “soltar lastre” con el que algunas empresas estarían elaborando un redimensionamiento para afrontar con más garantías el estallido de una posible burbuja tecnológica. Y ahí está el dilema porque precisamente estos ajustes de plantillas podrían significar precisamente que las empresas que los atraviesan lo hacen por una disciplina orientada a sanear su funcionamiento.
Otros analistas ven estos movimientos exclusivamente en clave de “preparación para los tiempos duros” avisando de que en los próximos meses serán más las empresas pujantes del sector que optarán por similares políticas de ajuste.
Hewlett Packard y Microsoft ya llevan meses despidiendo a miles de empleados como parte de la complicada marcha por la que llevan meses sorteando dificultades, mientras que otras como Groupon han hecho una mayor “limpieza”.
Ahí es donde algunos ponen el acento, en cómo estos reajustes ya están empezando a cundir también entre empresas con estructuras mucho menores, a priori más dinámicas y con un menor número de empleados, por lo que los recortes de plantilla son aún más notables.
Podría ser buen ejemplo el de Twitter, que según te informábamos recientemente aquí en The Inquirer, ha despedido a poco más de 300 empleados pero ello supone el 8 % de su plantilla. En este caso la razón, bien sabida, tiene que ver con las dificultades que experimentan desde hace ya algún año, para monetizar adecuadamente su modelo de negocio así como para ampliar su número de usuarios, que experimenta un crecimiento excesivamente plano.

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