La policía
metropolitana de Londres ha acusado a algunas empresas tecnológicas que
gestionan redes sociales de "negarse a ayudar" a las fuerzas de
seguridad en sus investigaciones contra el terrorismo.
El responsable de la
unidad antiterrorista de Scotland Yard, Mark Rowley, lamentó que algunas
compañías "minan" sus operaciones al comunicar a los sospechosos que la
policía ha requerido información sobre ellos.
Rowley alertó de que los agentes se encuentran con dificultades cada vez
mayores para tener acceso a las comunicaciones de presuntos terroristas
y afirmó que el "comportamiento inmaduro" de algunas empresas de
comunicaciones "no sería tolerado en otros sectores".
"Algunas empresas están muy dispuestas a cooperar, otras solo
parcialmente, y también están aquellas al otro lado del espectro", dijo
el responsable policial en una conferencia en la sede del Instituto Real
de Servicios Unidos (RUSI, en inglés), un grupo de pensamiento dedicado
a la seguridad y la defensa.
"Algunas de ellas deciden no ayudar. De hecho esa es parte de su
estrategia, ofrecen productos diseñados de una forma específica para no
poder ayudarnos", lamentó Rowley.
"En el mundo real, si alguien quisiera abrir una tienda en el centro de
Londres con un fantástico modelo de negocio con el que lograría un
enorme beneficio, pero con el que facilitaría sus acciones a criminales y
terroristas, no lo tendría permitido", reflexionó el alto mando de
Scotland Yard.
Rowley afirmó que la policía británica recibe cada mes unas 600 alertas
sobre individuos cuya actividad debería ser vigilada y que en los
últimos años se han desmontado seis planes para cometer un atentado.
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