La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), heredera del antiguo Instituto Nacional de Meteorología, ha adjudicado a la empresa Bull el contrato para el suministro de un nuevo superordenador con una potencia de hasta 168 teraflops, 75 veces más que Cray, el equipo que utiliza actualmente. El sistema estará constituido por 338 nodos y se situará entre los 500 más potentes del mundo y el tercero en España, ya que será capaz de realizar 168 billones de operaciones por segundo
La potencia de esta nueva máquina permitirá que la agencia mejore su predicción meteorológica, tanto en su alcance temporal como en su posición geográfica. Tendrá un alcance inicial de 36 horas y ofrecerá una resolución horizontal de 2,5 kilómetros. Se podrán implementar sistemas de producción numérica del tiempo, tanto deterministas como probabilísticos, por lo que tendrá una mayor fiabilidad en los pronósticos. Sus modelos servirán también para mejorar la predicción de fenómenos severos gracias al aprovechamiento de la información meteorológica disponible, por lo que se podrán emitir avisos con mayor antelación. También podrá ofrecer mejores predicciones en escalas temporales de alcance estacional y permitirá el desarrollo de nuevos productos relacionados con los escenarios regionalizados de cambio climático para el territorio nacional.
Pero el superordenador no servirá tan sólo para ayudar a realizar un pronóstico meteorológico más certero, sino que también responderá a otros cometidos. Por ejemplo, ampliará los actuales trabajos que realiza AEMET en el ámbito del estudio del cambio climático, la predicción del oleaje, el pronóstico marítimo y medioambiental o la vigilancia hidrometeorológica. En este sentido, destaca la mejora de la implementación del modelo de Composición Química de la Atmósfera (MOCAGE), que permitirá varias predicciones diarias sobre la calidad del aire. Además, la versión de alta resolución del modelo dispondrá de un ‘modo accidente’, que proporcionará predicciones en tiempo real sobre el transporte y dispersión en caso de una fuga accidental y puntual de material contaminante, como por ejemplo la nube corrosiva de hace unos días en Igualada (Tarragona), de la que informaba La Vanguardia.
Uno de los principales problemas de este tipo de equipos es el modo de refrigeración. Este superordenador contará con un sistema de refrigeración por agua a temperatura ambiente, con lo que permitirá un ahorro en el consumo energético de entre el 20% y 40% respecto a los sistemas de refrigeración por aire o agua fría. El nuevo equipos dispondrá de un sistema de refrigeración líquida directa que moverá el calor generado por medio de una placa fría en contacto con los procesadores y módulos de memoria.
El contrato adjudicado a Bull también incluye la instalación de redes de alta velocidad y un sistema de almacenamiento de 360 terabytes, así como varios desarrollos ad hoc, soporte a la migración de las aplicaciones desde Unix a Linux y la puesta en marcha de nuevas herramientas software.
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