El Snapdragon 810 es el nuevo chip de Qualcomm diseñado para convertirse en el núcleo de los móviles de gama alta de este año. Construido con tecnología de 20 nanómetros, incluye ocho núcleos de 64 bits en configuración big.LITTLE, que permite que cuatro de esos núcleos, los Cortex-A53 a 1,6 GHz, sean los que trabajen en condiciones normales consumiendo menos y los otros cuatro, los Cortex-A57 a 2 GHz, entren en funcionamiento cuando alguna aplicación más exigente lo necesite. Además, permite grabación y reproducción de vídeo 4K y soporta la conexión LTE Cat.9, que permite alcanzar una velocidad de bajada de 450 Mb/s y de subida de 50 Mb/s.
Los primeros que llegarán al mercado equipados con el microprocesador serán el LG G Flex 2 y Xiaomi Mi Note Pro. Sin embargo, parece que el chip tiene un problema grave, y es que se calienta demasiado, algo que algunos analistas ya identifican como la causa de que en ocasiones el móvil de LG falle. Lo lógico es que Qualcomm intente modificar el diseño para aliviar estos problemas, pero si lo hace se encontraría con un problema: una demanda de la propia LG.
La compañía surcoreana no quiere que Qualcomm arregle su Snapdragon 810 porque beneficiaría a la competencia, ya que ellos ya han integrado un chip en su teléfono, que estaría en inferioridad de condiciones frente a la competencia. Sobre todo si esa competencia es Samsung, su gran rival, que tenía planeado integrarlo en el 30% de todos los Galaxy S6 que lancen este año, pero que podría pensárselo si Qualcomm no soluciona estos problemas y aprovechar para integrar su propio procesador Exynos 7420 en toda la producción de su nuevo móvil insignia.
De hecho, Qualcomm ha anunciado ya que uno de sus grandes clientes ha descartado su procesador, y todo apunta a que se trata de Samsung. La compañía habría recortado ya sus previsiones de facturación y beneficios en vista de la debacle. No obstante, algunos rumores señalan que podría ser HTC la que ha decidido pasarse a Mediatek para el próximo HTC One. En cualquier caso, parece que las prisas por pasarse a los 64 bits, impulsadas en última instancia por el Apple A7, el primer microprocesador para móviles de 64 bits, le están jugando una mala pasada a Qualcomm, que ha renunciado a sus propios diseños Krait para poder disponer de esta característica y ahora ve cómo su producto estrella le está dando más dolores de cabeza que satisfacciones.
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