El acuerdo permite al gigante azul quitarse de encima una división improductiva, obteniendo a cambio el suministro garantizado de procesadores durante 10 años por parte de la empresa Globalfoundries, que es quien se queda con dicho negocio.
Durante los próximos 10 años Globalfoundries será el único y exclusivo proveedor de procesadores para IBM. Además podrá acceder a un buen número de patentes registradas como propiedad intelectual a nombre de IBM. Y además recibe 1.500 millones de dólares por quedarse con la división de procesadores que hasta hoy pertenecía a IBM.
Quizá desde fuera cueste comprender dónde reside la ganancia para IBM, que se desprende de 1.500 millones de dólares, se ata a un proveedor por una década, se queda sin sus fábricas de procesadores y además permite que la empresa que se beneficia de todo este acuerdo pueda tener acceso a sus patentes. Todo queda algo más claro si tenemos en cuenta que la división de procesadores de IBM lleva tiempo constituyendo una insostenible fuente de pérdidas económicas. En concreto durante la primera mitad del presente año ha supuesto una pérdida de 400 millones de dólares mientras que el pasado año alcanzó los 700 millones de dólares de pérdidas tan solo la división dedicada a los microprocesadores.
La decisión de desprenderse de esta división responde también al escaso peso que tiene dentro de la totalidad del gigante que es IBM, puesto que hablamos de una sección que apenas representa el 2 % del total de la compañía.
Global Foundries pertenece a una oficina de inversiones del gobierno de Abu Dhabi y su interés principal en quedarse (en tan irrenunciables condiciones) con la división de procesadores de IBM obedece al propósito de hacerse con los servicios de su excelente equipo de ingenieros especializados en diseño y producción de semiconductores, puesto que se trata de un equipo de gran calidad a pesar de que en los últimos tiempos no hayan constituido más que un lastre para IBM.
Las dos plantas de manufactura ubicadas en los estados de Nueva York y Vermont pasarán a manos de Global Foundries, quien se ha comprometido a mantener todos los empleos, a excepción de una pequeña parte que continuarán trabajando para IBM. El compromiso de suministro de componentes durante diez años garantiza los procesadores para los servidores de IBM así como para los dispositivos con los que desarrolla su tecnología de análisis de datos Watson.
A pesar de este acuerdo en IBM sí continuarán manteniendo su control sobre el diseño y la propiedad intelectual de los procesadores que emplea y de hecho tiene previsto invertir 3.000 millones de dólares en investigación y desarrollo de procesadores durante los próximos cinco años.
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