En momentos en que las ciudades de todo el mundo recurren a la tecnología para hacerse "más inteligentes", muchas están prestando especial atención a Songdo. Construida con tecnologías inteligentes, que son en gran medida parte de su ADN, la ciudad se encuentra al lado de Seúl y es considerada como una de las capitales de alta tecnología del mundo.
Esta ciudad experimental es denominada por algunos como una "ciudad en una caja", debido a su dependencia de la tecnología. Pero, ¿ha sido un éxito total?
La construcción de una ciudad desde cero ofrece oportunidades pero también presenta retos. En Corea del Sur, la primera parte de ese desafío es crear una ciudad aún más inteligente que a lo que los coreanos ya están acostumbrados.
Por ejemplo, el metro de Seúl ya ofrece Wi-Fi de alta velocidad, es fácil enviar correos electrónico o ver videos mientras caminas por la calle, hay paneles electrónicos en las salidas de las estaciones de tren, que dejan al descubierto los tiempos de espera para la conexión entre los colectivos y empresas como Samsung ya están trabajando en la vinculación de los aparatos domésticos al teléfono móvil.
Basura inteligente
En la vanguardia tecnológica, una ciudad completamente nueva ofrece la oportunidad de construir un hardware futurista. Songdo ha sido diseñada con sensores para controlar la temperatura, el uso de energía y el tráfico. Estos sensores pueden -en teoría- avisarle, personalmente, cuando su colectivo está por venir. O informar de cualquier problema a las autoridades locales.
Muchas de estas innovaciones están diseñadas teniendo en cuenta el medio ambiente - con estaciones de recarga para autos eléctricos, por ejemplo, o un sistema de reciclaje de agua que impide que el agua potable se utilice en los inodoros en una oficina.
El sistema de eliminación de residuos también es impresionante. No hay camiones de basura por las calles o grandes contenedores repartidos por los edificios.
En cambio, todos los residuos domésticos son aspirados directamente de las cocinas individuales a través de una vasta red de túneles hasta llegar a un centro de procesamiento, donde la basura se clasifica, se desodoriza y se trata de la forma más respetuosa posible con el medio ambiente. Todo de manera automática.
En el futuro, algunos de estos residuos domésticos se utilizarán para producir energía renovable, pero, al igual que muchas de las innovaciones técnicas de Songdo, esta tecnología todavía no está en pleno funcionamiento.
Y eso es porque la ciudad permanece apenas "medio llena". Menos del 20% del espacio de oficinas comerciales están siendo utilizados y las calles, cafés y centros comerciales aún se sienten bien vacíos. Este es el reto número dos.
A pesar de estar al lado del principal aeropuerto internacional de Corea del Sur, las comunicaciones con la capital son rudimentarias y los incentivos para que las empresas se muden a una nueva ciudad inteligente no siempre superan los costos.
Vida en el parque
Songdo está atrayendo, no obstante, a familias y parejas jóvenes que vivían en Seúl, aunque no necesariamente por la tecnología futurista o por el distrito comercial.
La ciudad ha sido diseñada alrededor de un parque central, y se ha planeado para que cada residente pueda caminar hasta su trabajo en el distrito de negocios. La señora Kwon, traductora, se trasladó a Songdo desde Seúl hace tres años y dice que su viaje diario al trabajo es un paseo de apenas 15 minutos a pie atravesando el parque.
"Después de comer, paseo con mis compañeros de trabajo por el parque. Es un elemento importante en mi vida", confía Kwon y añade: "cuando vivía en Seúl, siempre tenía que conducir para ver a mis amigos, o a los amigos de mi hijo; desde que vivo aquí en Songdo, mi hijo puede ir en bicicleta a casa de sus amigos y yo puedo caminar para pasar el rato con los míos. Además, me ha acercado a mis vecinos".
Aunque los departamentos se están vendiendo bien y hay incluso obras de construcción en zonas de nuevas viviendas, Songdo parece ser mucho menos atractiva para el mercado corporativo.
Algunas empresas emergentes están empezando a surgir espontáneamente entre los bulevares y las vidrieras vacías. Y este es el tercer desafío en la construcción de una ciudad desde cero: ¿cómo crear ese zumbido, esa vitalidad indefinible -esa anarquía creativa- que define a un gran centro urbano?
Como dice Jonathan Thorpe, director de Comunicación de la promotora estadounidense Gale International que construyó Songdo: "Son los ocupantes los que hacen a una ciudad, una ciudad".
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