Los datos son alarmantes. Más de 35 millones de personas en todo el orbe padecen demencia, siendo la causa más común de ésta el Alzheimer. Cada año se detectan 4,6 millones de nuevos casos de Alzheimer, o lo que es lo mismo, cada siete segundos una persona en el mundo es diagnosticada de dicha condición. En España las cifras del Alzheimer ascienden hasta 1,2 millones de pacientes, con lo que el número de perjudicados por esta patología degenerativa –entre enfermos, familiares- golpea en torno a 6 millones de personas; "es la epidemia del siglo XXI".
Desde la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer y otras Demencias (Ceafa) se muestran categóricos; "Alzheimer. Cuestión de Estado". Este es el lema con el que reivindican este sábado un año más el Día Mundial del Alzheimer. Durante este día Ceafa, que aglutina a más de 300 asociaciones, organiza sus actividades con un doble objetivo; por un lado, pretende hacer una llamada de atención a la sociedad española, para alertar de la necesidad de poner en marcha un verdadero plan de actuación. Por el otro, se intenta lanzar y promover campañas para fomentar la prevención de esta terrible patología.
Desde la asociación se recuerda que el Alzheimer es un problema socio-sanitario que afecta a todo el núcleo familiar, suponiendo una inmensa carga tanto económica, como asistencial. Es por ello, por lo que desde la asociación reivindican un plan de Estado para parar esta dura lacra.
Dicho plan, necesario para paliar las consecuencias de la enfermedad, se centran en dos ámbitos: el económico y el jurídico. En el aspecto monetario, resaltan que en estos momentos los gastos derivados de la atención a los enfermos de Alzheimer asciende ya a 37.000 millones de euros anuales, suma que se elevará con las previsiones de crecimiento de la enfermedad. La investigación y la previsión de costes es capital, nunca mejor dicho, en un plan de choque a nivel nacional. En cuanto al aspecto jurídico, se aboga por una mayor flexibilidad a la hora de acogerse por parte de los familiares cuidadores a excedencias o permisos laborales.
El presidente de Ceapa, Koldo Aulestia, señala que, según datos de la OMS, 14 países cuentan ya con una estrategia nacional contra el Alzheimer-EEUU, Francia, Noruega o Japón entre otros- y 6 países más estarían desarrollando un plan estratégico en la misma línea - Bélgica, Chipre, República Checa, Finlandia, Malta y Portugal-.
Y es que desde la federación internacional de Alzheimer, llamada Alzheimer's Disease International (ADI), alertan que, debido al incremento exponencial de la enfermedad, para el año 2050 habrá más de 100 millones de casos. Por todo ello, Koldo Aulestia recalca que "es transcendental que el Alzheimer sea considerado una prioridad, y que el Gobierno establezca una Política de Estado que garantice la atención adecuada a los afectados".
Por su parte, los expertos aconsejan que la mejor prevención es la detección precoz de los primeros síntomas, con lo que es crucial que las personas adultas se habitúen a chequeos médicos periódicos. Además, la propia ejercitación cotidiana de la memoria, así como el desarrollo intelectual del individuo, constituyen las dos mejores armas para combatir al Alzheimer.
El perfecto desconocido
En la actualidad, es imposible determinar de forma rigurosa los desencadenantes que originan los cambios en el tejido cerebral que producen el Alzheimer. Se sabe que la enfermedad está ligada a la edad, pero por otro lado no son parte del proceso normal del envejecimiento. La herencia genética, lejos de lo que se piensa, no es ni mucho menos un factor crucial. Los genes únicamente contribuirían a aumentar la susceptibilidad de una persona a desarrollar el Alzheimer.
A su vez, se conocen que los factores ambientales ayudan a desarrollar la enfermedad, pero aún no se puede determinar científicamente qué casos, y de qué manera el estrés contribuye al génesis de la demencia.
A pesar de ello, se están realizando grandes avances en la mejora de las condiciones de los enfermos, desarrollando fármacos que consiguen ralentizar el ciclo normal de la enfermedad. Los últimos estudios en la materia, que se encuentran en fase de experimentación con animales, estarían encaminados a conseguir una vacuna para la enfermedad, aunque como recuerdan desde la Sociedad Española de Neurología, conviene tomar con cautela los resultados.
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