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2013/04/03

Las pantallas viejas, un grave problema para el reciclado

El año último, dos inspectores de la agencia de residuos peligrosos de California visitaban a una empresa de reciclaje de artefactos electrónicos cerca de Fresno para llevar a cabo una revisión rutinaria de documentos cuando se encontraron con un almacén, del tamaño de una cancha de fútbol, repleto de decenas de miles de viejos monitores de computadora y televisores.

Las cajas de cartón que se desmoronaban, apiladas en filas tambaleantes de casi tres metros de altura y cuatro metros de profundidad, ocupaban tanto espacio que los inspectores necesitaron teléfonos celulares para comunicarse entre ellos. La capa de cristales rotos en el suelo y el polvo cargado de plomo en el aire eran tan densos que los inspectores pronto abandonaron el sitio debido a preocupaciones de seguridad. Semanas más tarde, el dueño de la empresa de reciclaje desapareció, abandonando los residuos, y dejando atrás un riesgo de toxicidad y un costoso trabajo de limpieza para el Estado y el propietario del almacén.

Hasta hace pocos años, los monitores y los televisores rotos, como aquellos apilados en el almacén, se reciclaban de manera rentable. Los embudos grandes y vidriosos dentro de estas máquinas, conocidos como tubos de rayos catódicos (CRT, por su sigla en idioma inglés) eran fundidos y usados para hacer nuevos tubos.
Pero la tecnología de pantalla plana ha tornado obsoletos estos monitores y televisores, diezmando así la demanda del tubo de vidrio reciclado que se utilizaba en ellos y creando lo que los expertos de la industria llaman un "tsunami de cristal", mientras las reservas de este material inútil se acumulan en todo el país.

La situación ha puesto de manifiesto cómo los pequeños cambios en el mercado de repente pueden transformar un producto en una desventaja, y demuestra las dificultades que los reguladores ambientales federales y estatales enfrentan para mantenerse al día con estos cambios rápidos.

"Muchos de los pequeños recicladores están endeudados, y el riesgo de que abandonen sus almacenes es muy real", expresó Jason Linnell, del Electronics Recycling Coordination Clearinghouse , que es una organización que representa a los reguladores estatales del medio ambiente, a los fabricantes de electrónica y a los recicladores. En febrero, el grupo envió una carta a la Agencia de Protección Ambiental (Environmental Protection Agency o EPA, por su acrónimo en idioma inglés) con el propósito de solicitar ayuda inmediata frente a las crecientes pilas de vidrio acumulado, gran parte del cual contiene plomo.

Con tan pocos compradores del vidrio con plomo de los monitores y televisores viejos, los recicladores han recibido pagos de los Estados y de las empresas de electrónica para deshacerse de las viejas máquinas. Una pequeña cantidad de recicladores ha desarrollado una nueva tecnología destinada a limpiar el plomo del tubo de vidrio, pero la mayor parte de estos residuos se almacena, y luego se la envía a los rellenos sanitarios o a las fundiciones, o es eliminada por otros medios que, de acuerdo con la opinión de los expertos, resultan destructivos para el medio ambiente.

En el año 2004, a los recicladores se les pagaba más de 200 dólares por tonelada de vidrio de viejos monitores. Dicho vidrio era luego utilizado en nuevos tubos de rayos catódicos. Las mismas compañías ahora tienen que pagar más de 200 dólares la tonelada para conseguir que alguien se los saque de encima.
Un negocio que deja de ser rentable

Así que en lugar de reciclar los residuos, muchos recicladores han estado acumulando millones de monitores en almacenes, según los funcionarios de la industria y otros expertos. La práctica es a veces ilegal, ya que existen límites federales en cuanto al plazo durante el cual una empresa puede almacenar los tubos, los cuales son peligrosos para el medio ambiente. Cada uno de ellos puede contener más de tres kilos de plomo.

La industria de la chatarra estima que la cantidad de residuos electrónicos se ha más que duplicado en los últimos cinco años.

Hace poco más de una década, había por lo menos 12 plantas en Estados Unidos y 13 más en todo el mundo que tomaban estos viejos televisores y monitores y utilizaban los tubos de rayos catódicos de vidrio para producir tubos nuevos. Pero ahora, sólo hay dos plantas en la India que hacen este trabajo.

En 2009, después de que las emisoras de televisión apagaron sus señales analógicas en el ámbito nacional en favor de la tecnología digital, millones de personas se deshicieron de sus televisores viejos y los reemplazaron con los televisores de pantalla plana, más elegantes. Desde entonces, miles de kilos de viejos televisores y de otros desechos electrónicos han sido descargados de manera clandestina en los rellenos sanitarios de Nevada y Ohio, y en las carreteras de California y de Maine.
La mayoría de los expertos dice que la solución más amplia para el creciente problema de los desechos electrónicos es que las empresas de tecnología diseñen productos que duren más tiempo, que utilicen menos componentes tóxicos y que se reciclen con mayor facilidad. Gran parte de la industria, sin embargo, parece ir en la dirección opuesta.
Los tubos de rayos catódicos han sido reemplazados por las pantallas planas que utilizan luces fluorescentes con mercurio altamente tóxico, dijo Jim Puckett, director del Basel Action Network , un grupo de defensa del medio ambiente. Las pantallas usadas de los televisores y monitores LCD, por ejemplo, no tienen mucho valor de reciclaje, así que muchos recicladores las envían a los rellenos sanitarios.

Las políticas estatales y federales sobre el medio ambiente también se han convertido en víctimas de su propio éxito. Durante la década pasada, los reguladores ambientales han promovido programas de "devolución" para persuadir a la gente de entregar los más de 200 millones de televisores y monitores rotos y viejos que se estima que los estadounidenses han guardado en armarios, garajes y sótanos.

Los mismos programas han solicitado a las empresas que desvíen sus desechos electrónicos de los rellenos sanitarios para evitar que los productos químicos peligrosos en esta basura tóxica lleguen hasta las napas subterráneas. Cada año, más de 290.000 toneladas de desecho de alta tecnología son llevadas lejos de los rellenos sanitarios y hacia los recicladores.

"El problema ahora es que la recolección de estos residuos nunca ha sido mayor, pero la demanda del vidrio que contienen nunca ha sido más baja", dijo Neil Peters-Michaud, el jefe ejecutivo de Cascade Asset Management , una empresa de reciclaje.

Alrededor de casi 300.000 toneladas de vidrio se guardan en almacenes en Estados Unidos, y su reciclaje responsable tendrá un costo de 85 millones a 360 millones de dólares, según un informe publicado en diciembre por TransparentPlanet , una organización dedicada a la investigación relacionada con los residuos electrónicos.

El problema del almacenamiento es especialmente preocupante para las empresas de electrónica y para los funcionarios estatales y federales, ya que podrían tener que afrontar parte del gasto si las reservas fueran abandonadas y declaradas sitios federales bajo el programa Superfund (un programa del gobierno federal el cual se encarga de limpiar, mejorar o restaurar los sitios que contienen desperdicios peligrosos y los cuales están sin control).

Al menos 22 estados tienen leyes que hacen que los fabricantes de electrónica como Sony, Toshiba y Apple sean financieramente responsables de reciclar sus productos viejos. Pero la falta de supervisión de estos programas ha dado lugar a un fraude rampante. En una táctica, conocida en la industria como "transacciones en papel", los recicladores compran papeleo para indicar que recogieron una cierta cantidad de residuos electrónicos que nunca realmente recolectaron.

El gobierno de Obama, más que cualquiera de sus predecesores, ha reforzado la vigilancia respecto de los residuos electrónicos. En 2012, la Administración de Servicios Generales promulgó normas que aconsejan a todas las agencias federales y contratistas deshacerse de los residuos electrónicos en los rellenos sanitarios. El gobierno federal, el cual se encuentra entre los mayores productores del mundo de desechos electrónicos, se deshace de más de 10.000 computadoras a la semana, en promedio.

Las agencias federales no hacen suficiente seguimiento a su basura electrónica, y grandes cantidades de la misma están siendo eliminadas a través de subastas públicas o en línea, según un informe de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno (Government Accountability Office o GAO por acrónimo en idioma inglés) que se dio a conocer el año último. En estas subastas, los residuos se venden a menudo a una primera capa de contratistas que prometen manejarlo adecuadamente, sólo para que la parte más tóxica posteriormente sea vendida a subcontratistas que la mueven a su antojo.

Según la GAO, algunos de estos residuos se vierten ilegalmente en países en desarrollo. El Congreso está pensando en redactar una legislación destinada a prohibir que ciertos tipos de productos electrónicos que no funcionan y no han sido procesados, y los desechos electrónicos, sean exportados a países en vías de desarrollo desde Estados Unidos.

Los recicladores dicen que todavía hay dinero de por medio en el procesamiento de los viejos monitores y televisores si las empresas cobran un precio que refleje de manera más genuina los gastos de la eliminación adecuada del vidrio. Pero las prácticas como el "lavado verde", mediante el cual las empresas pretenden participar en las prácticas de eliminación ambientalmente responsables, obstaculizan dicho progreso.

"Están aprovechando las computadoras, teléfonos celulares e impresoras que se pueden reciclar de manera más rentable porque tienen más metales preciosos", dijo Karrie Gibson, quien es el jefe ejecutivo de Vintage Tech Recyclers . "Después almacenan los tubos de rayos catódicos, o lo descargan en vertederos o en el extranjero".

La gran cantidad de vidrio que se acumula en algunas plantas de reciclaje ha contribuido a los problemas ambientales y de seguridad laboral. En Yuma, Arizona, por ejemplo, Dlubak Glass , que es uno de los recicladores de vidrio de televisores y monitores de computadora más importantes del país, se vio abrumado.

Cuando los reguladores del estado visitaron el lugar en el año 2009, se encontraron con una montaña de vidrio rico en plomo, de varios pisos de altura. El polvo del montículo brillante de vidrio reciclado había contaminado el suelo de los alrededores, incluyendo un huerto cercano, con una cantidad de plomo que era 75 veces mayor que el límite federal, según documentos estatales.

"Lo tenemos todo bajo control ahora", dijo Herb Schall, director de planta en Dlubak.

En septiembre, California aprobó una medida de emergencia que permite a las empresas enviar monitores y televisores a los rellenos sanitarios para residuos peligrosos durante los próximos dos años.

Charlotte Fadipe, portavoz del Departamento de Control de Sustancias Tóxicas , señaló que la investigación de su oficina en el almacén abandonado cerca de Fresno continúa, y los investigadores todavía tratan de localizar a Charles Li, el propietario de la empresa TRI Products.

Durante los últimos cuatro años, TRI ha recibido pagos de más de un millón de dólares por parte del estado para reciclar los residuos electrónicos de las escuelas, los hospitales y las oficinas federales locales, incluyendo a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por su sigla en idioma inglés), el Servicio de Ingresos Internos (IRS, por su sigla en idioma inglés) y la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (Immigration and Customs Enforcement, en idioma inglés), de acuerdo con los documentos del Estado y la empresa.

Después de que un periodista descubriera que estaba a cargo de otra empresa de eliminación de residuos electrónicos, el Li no respondió. Pero cuando fue contactado en línea por otro reciclador, el cual le preguntó si todavía compraba desechos electrónicos, de inmediato respondió que sí, con una salvedad.

"En este momento, podemos recibir desechos de computadoras, servidores, teléfonos, impresoras y demás residuos electrónicos del hogar", escribió. "No puedo recibir un televisor con CRT como residuo electrónico, porque no tenemos equipo para reciclar los tubos".

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