El denominado “efecto memoria”, ese fenómeno que reduce la capacidad de las baterías tras conectar el dispositivo a la red eléctrica sin que éste esté descargado del todo, derivando en cargas incompletas, parecía ser un problema exclusivo de las baterías de níquel cadmio (NiCd) y de las de níquel e hidruro metálico (NiMH).
Mientras, las de iones de litio parecían estar a salvo del proceso químico que reduce progresivamente la capacidad de los aparatos eléctricos para almacenar y suministrar energía.
Esto es, hasta ahora. Y es que un equipo de científicos del Instituto Paul Scherrer (PSI) y de los laboratorios Toyota Central R&D en Japón ha descubierto que las baterías de iones de litio también sufren las consecuencias de este fenómeno.
Según su estudio, el efecto de memoria en esta clase de baterías se debe concretamente al fosfato de hierro y litio utilizado como electrodo positivo. En él, el voltaje se mantiene prácticamente sin cambios durante un amplio intervalo del estado de carga, lo que implica que incluso la más mínima de las anomalías en dicho estado es malinterpretada como un cambio importante en el estado de carga.
Éste es el primer estudio que contempla la posibilidad de un efecto memoria en las baterías de iones de litio, ya que hasta el momento se había asumido por sistema su inexistencia.
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