El negocio en internet no se toma vacaciones ni siquiera por Navidad. Un juez federal estadounidense rechazó ayer el grueso de la demanda de la compañía informática Apple contra la web Amazon, a la que acusaba de publicidad falsa por haber dado a su tienda de aplicaciones virtual un nombre similar a la suya. La tienda online de la compañía fundada por Steve Jobs se llama App Store y funciona desde 2008. La de la multinacional de Jeff Bezos se llama Appstore y entró en el mercado en 2011. La tienda de Apple cuenta con algo más de un millón de aplicaciones para iPhone e iPad (con el software iOS); la de Amazon dispone de más de 60.000 aplicaciones que operan con el software Android de Google.
Una juez de Oakland, en el estado de California, ha dado la razón a Amazon en la contienda al considerar que no ha quedado demostrado que el uso del término Appstore confunda a los usuarios sobre si están accediendo a la tienda de Apple o la de Amazon. La justicia, eso sí, aún tiene que resolver sobre si el término escogido por Amazon viola marcas registradas.
Batalla
Esta batalla entre los dos gigantes tecnológicos reviste una gran importancia. En un principio, puede parecer que los negocios de ambas compañías no se solapan tanto como en el caso de Apple y Samsung, protagonistas de numerosas batallas legales. La realidad es la contraria. Es cierto que en un principio Amazon se dedicó a la venta minorista de libros y discos y que Apple era un fabricante de ordenadores primero y de dispositivos móviles después. Pero si en algo han coincidido todos los grandes nombres tecnológicos ha sido en tratar de ocupar progresivamente todos los nichos de mercado, de forma que cada uno de los campos alimentase a los restantes.
Apple y Amazon no son excepciones a la norma, aunque hayan recorrido caminos contrarios: la compañía de Cupertino cimentó su renacimiento a mediados de los 90 sobre la base de los dispositivos y del software. En 2001 se introduciría en el negocio de venta de contenidos de la mano de iTunes apoyado por el éxito del iPod, el reproductor musical digital lanzado ese mismo año. A estas alturas, iTunes no solo vende música: también libros digitales, películas Posteriormente, con la entrada en el negocio de los smartphones de la mano del iPhone y más tarde de las tabletas (iPad) la empresa abriría la tienda de aplicaciones. Y todo, acompañado de software de apoyo como el iCloud, el servicio en la nube presentado en sociedad en otoño de 2011.
En un principio, Amazon era más bien rival de las cadenas de librerías físicas consolidades como Barnes & Noble. Sin embargo, la compañía no tardó en romper barreras gracias al modelo de negocio ideado por Jeff Bezos basado en la llamada economía de la larga cola (the long tail economy, en inglés, es decir, la capacidad de beneficiarse de ínfimos costes marginales para ofrecer una gran cantidad de productos de los que se venden pocas unidades).
Sobre la base de su éxito en el comercio electrónico, la compañía entraría en el negocio de los dispositivos: con un lector de libros (Kindle) que vende a precio de coste para fomentar su compra y la adquisición de productos en la web. Posteriormente lanzaría una tableta (Kindle Fire) después. Los analistas dan por hecho que Bezos va a reforzar su apuesta por el hardware para aumentar la fidelidad de los clientes y extender el control sobre sus servicios de software. Fuentes del mercado consultadas por Wall Street Journal aseguran que Amazon lleva tiempo testando un teléfono con sus socios asiáticos y que su lanzamiento podría producirse este mismo año.
El gigante (casi) omnipresente
Google partía de un punto de partida distinto: ofrecía un producto gratuito (búsquedas) a los usuarios, y esperaba que su negocio principal procediera de venderle el buscador a otras empresas. Hasta que copió e implementó el servicio de publicidad basada en palabras, lo que le ha servido para introducirse tanto en otros servicios como el email o la ofimática para empresas. Al igual que Apple o Amazon ha abierto su propia tienda de aplicaciones (Google Play) apoyada por el éxito de los teléfonos equipados con Android. También ha entrado en el negocio de dispositivos (Nexus, fabricado por LG) o en el del comercio electrónico (Google Store).
Facebook, en el alambre
Facebook tiene un duro trabajo por delante en este 2013. Protagonista de una de las salidas a Bolsa más publicitadas en los últimos ejercicios, ha de convencer a los inversores de que sabe qué ha de hacer para convertir su modelo de negocio en una apuesta rentable y no solo en una fuente de iras para sus usuarios por cuestiones de privacidad.
Las acciones de la compañía fundada por Mark Zuckerberg han caído cerca de un 26% desde su salida a Bolsa en mayo pasado. Sus necesidades primordiales pasan por crecer sus ingresos provenientes de los anuncios y encontrar productos publicitarios capaces de generar ingresos. Lo malo es que, a diferencia de lo que sucede cuando se usa Google, a los usuarios de Facebook no ven con tan bien encontrarse con anuncios.
Por ahora (y pese a los rumores que la relacionan con HTC), Facebook ha descartado públicamente introducirse en el negocio de los dispositivos, a diferencia de sus rivales y prefiere volcarse en desarrollar servicios para todo tipos de aparatos móviles. La apuesta por los móviles agrada a los inversores: la acción ha subido el 60% desde septiembre.
Según una encuesta elaborada por Bloomberg, los ingresos de la compañía crecerán el 30% en 2013 hasta 6.530 millones de dólares (4.983 millones de euros al cambio), frente al crecimiento estimado del 35% el pasado ejercicio y del 88% en 2011.
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