El bitcoin, a casi 20 dólares en la tarde del martes. Hace un par de meses se podía cambiar en Mt. Gox (la mayor casa de cambio de esta moneda virtual), a 5,88 dólares. Aún así no es la cotización más alta (ni más baja) de la historia de esta moneda nacida en Internet hace cinco años. En noviembre de 2011 alcanzó los 29,58 dólares y unos meses antes había caído a los 2,14.
"La caída en las fluctuaciones del bitcoin tiene mucho que ver con los robos en los sitios de cambio de estas monedas virtuales; pero no por una desconfianza de la gente en el bitcoin", explica David Ávila, de la sociedad S21sec, dedicada a la seguridad en el mundo digital.
Bitcoin es una moneda virtual, cifrada y de circulación P2P desarrollada colectivamente a través de una plataforma open source. Constituye una de las primeras implantaciones del concepto de criptomoneda. Iniciado en 2009 por el enigmático Satoshi Nakamoto, el objetivo del proyecto es crear un sistema monetario descentralizado y seguro, independiente de gobiernos, bancos o empresas de procesamiento de pagos.
"El bitcoin escapa al control de cualquier gobierno y entidad. Eso, por sí mismo, ya es un problema para los poderes establecidos", explica Ávila. "Además, todas las operaciones, al carecer de control oficial, están exentas de impuestos. Así que esto atrae a mucha gente. Buena y mala".
El bitcoin no es una gracia de cibernéticos; no es una moneda para los videojuegos de Facebook. La red de blogs WordPress acepta el pago por bitcoins, pero también empresas físicas, como de alquiler de limusinas o vendedores de pizzas.La fundación Wikimedia, propietaria de Wikipedia, sin embargo no aceptó esta moneda virtual en su última campaña de donaciones, por lo que emitió un comunicado de explicación de este rechazo.
El pasado año el Banco Central Europeo emitió un informe sobre el negativo impacto del bitcoin para la reputación de los bancos centrales. Desde que emitió el informe en octubre, la cotización de la moneda virtual ha subido un 55% respecto al dólar.
"Es lógica la preocupación de las autoridades monetarias, porque escapa a su control", explica Ávila. "Nació como un sistema P2P para que su rastreo fuera lo más complicado posible. Te permite ser totalmente anónimo, con lo cual es una moneda refugio para actividades delictivas como el tráfico de armas y de drogas".
Esta criptomoneda, al ser de naturaleza descentralizada, no depende de la confianza en ningún emisor central. Esto hace imposible para cualquier autoridad manipular su valor y aumentar su cantidad arbitrariamente para generar inflación.
"Solo va a haber 21 millones de bitcoins al final del complicadísimo modelo matemático establecido. Nadie puede hacer moneda", explica Ávila. "El gasto en electricidad y tarifas de Internet para emitir costaría más que la misma moneda. No sale rentable, lo único es robar identidades en Internet, los botnets, y poner a trabajar a esa red, pero es complicado".
Debido a la estructura del propio algoritmo, cada bloque generado incrementa la dificultad para generar bloques nuevos. Esto convierte a bitcoin es un sistema deflacionario, ya que cuantas más monedas se hayan creado más lento será el proceso de generación de otras nuevas.
El concepto central sobre el que gira todo el sistema es la transacción en la red P2P, la transferencia de monedas a otro usuario. Pero antes hay que conseguirlas.
Una de las casas de procesador de pagos, Bitbay, ha recogido recientemente 510.000 dólares en una segunda ronda de financiación. Desde noviembre más de 2.000 empresas han utilizado sus servicios, un crecimiento semestral del 50%.
El bitcoin "es una clara amenaza competitiva", ha declarado a la agencia Bloomberg Steve Hanke, profesor de la universidad Johns Hopkins, que ayudó a crear nuevos sistemas monetarios en Argentina y Bulgaria.
El autor de la moneda ha desaparecido de la red y de la calle desde 2010. No se conoce nada de él, con razón. En Estados Unidos no hay mayor delito que crear una moneda que compita con el dólar. Es una violación de las leyes federales y su autor se enfrentaría a un delito de conspiración contra el estado.
Si la popularidad del bitcoin aumenta, la única solución de los bancos centrales sería la eliminación masiva de monedas. En caso de que el archivo de la moneda wallet.dat sea borrado, esas monedas desaparecen definitivamente. Ya que solo existirán 21 millones de bitcoins (aunque se puede subdividir casi infinitamente), permite plantear un escenario de eliminación masiva de archivos wallet, ya sea mediante un virus, o mediante la destrucción de un servicio de almacenamiento de wallets que tuviese gran aceptación.
Ávila no lo ve tan claro. "Al ser una moneda P2P, no está centralizada. No se puede eliminar, a no ser que se eliminaran todos los servidores de Internet. Además, el servicio en sí es legal y mucha gente lo emplea legalmente, bien para pagar clases de inglés o para el hospedaje de páginas web y en muchos servicios principalmente de Internet".
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