Este mismo año, un logo europeo acreditará a las farmacias que vendan medicamentos sin receta por Internet. En España, solo podrán comercializar estos fármacos y solicitar el sello las boticas con sede física y que tengan un sistema para asesorar al paciente. El Gobierno comienza a regular así un sector con poco mercado aún, pero que ha suscitado una gran preocupación por la proliferación de fármacos falsificados y de webs de venta de productos.
Lo hace seis años después de la aprobación de la Ley del Medicamento, que ya indicaba que solo pueden vender “por medios telemáticos” estos preparados las oficinas de farmacia autorizadas y con intervención del farmacéutico. Sin embargo, la norma en ese punto estaba pendiente de desarrollo, que se inicia ahora que España debe trasponer dos directivas europeas sobre farmacia.
La medida, que unificará el panorama europeo, ha suscitado grandes críticas en países como Francia, donde la venta por Internet de fármacos sin receta no estaba permitida. En España, los farmacéuticos llevaban años pidiendo más control.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), que depende del Ministerio de Sanidad, coordinará a las autonomías —que tienen la competencia en la materia— para determinar los requisitos que deben cumplir las farmacias para obtener el sello. Aún no se ha determinado qué sistema de asesoramiento al paciente se les exigirá, cómo deben solicitar el sello, ni si todas las farmacias acreditadas para la venta de fármacos sin receta —analgésicos, antidiarreicos, algún antiinflamatorio...— online deben estar en un listado público, como pide la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac).
Belén Escribano, responsable de Inspección y Control de la AEMPS, apunta que solo podrán solicitarlo las farmacias legalmente establecidas en España. En este país, solo son legales las boticas que tienen una sede física y en las que haya un farmacéutico. Esto, unido a la futura regulación que lo determinará específicamente, supone una barrera para la apertura de farmacias solo online.
Vicente Baixauli, vicepresidente de Sefac, critica la tardanza del Gobierno para regular la venta por Internet. “Ahora mismo ya hay farmacias que venden online fármacos sin receta. Sin embargo, nada garantiza al comprador que lo que adquiere es lo que realmente necesita, y que cuenta con las garantías de seguridad. El vacío legal actual perjudica al usuario; y eso no puede repetirse”, dice. Para él, la regulación debe incluir no solo el sello europeo —que, según Escribano, permitirá a los usuarios identificar a los sitios web “de fiar”— también y de manera estricta mecanismos para que el farmacéutico pueda asesorar al comprador. “Los farmacéuticos, en el caso de los fármacos sin receta, actuamos como filtro. Preguntamos a las personas qué uso quieren darle al producto, les aconsejamos y les informamos de los efectos que pueden tener y las interacciones de esos medicamentos con otros que están tomando. ¿Cómo se garantizará eso si la venta se hace por Internet? ¿Quién nos garantiza que el usuario no está mintiendo?”, dice.
Ese es uno de los puntos más criticados también por los boticarios franceses, que creen que esta medida está llamada a fomentar la automedicación. “Se incitará al paciente, además, a comprar en cantidad para evitar los gastos de envío”, incide Isabel Adenot, presidenta del Consejo Nacional de la Orden de los Farmacéuticos de Francia en una nota.
En ese país, la mayoría de las boticas disponen, con la autorización de los compradores, de un historial farmacéutico de los usuarios. Un dossier que el profesional puede consultar, pero que no estará disponible si la compra se hace online algo que, critican, puede causar problemas añadidos de confidencialidad de los datos de los enfermos. “La autorización de la venta online puede ser jurídicamente inevitable, pero es sanitariamente inoportuna y peligrosa para la salud pública”, indican.
Y es que, aunque la regulación permite solo la venta de fármacos sin receta, estos productos no son inocuos. ¿Qué ocurrirá, por ejemplo, con los fármacos para adelgazar que, aunque se pueden comprar sin receta no están en absoluto indicados para todas las edades o pesos? En una farmacia normal, en ese punto el farmacéutico actuaría como barrera. ¿Y en una farmacia online? “Para que haya un uso racional tiene que haber una regulación, e Internet no puede ser un mecanismo para poder saltárselo”, añade Baixauli.
Los textos europeos que ahora adopta España y la regulación del sector pretenden, además de unificar, luchar contra el creciente mercado de la falsificación de medicamentos, que se ha hecho fuerte en Internet. Solo en 2011, las autoridades detectaron y se incautaron de 3.936 de estos productos, un 93% más que el año anterior. Además, se investigaron 125 webs y se abrieron 73 expedientes.
“Se trata de luchar con todos los mecanismos contra la comercialización de medicamentos falsificados y no hay duda de que Internet puede ser una puerta para ellos”, dice Escribano. En España, la tupida red de farmacias que hay y el bajo precio de estos fármacos sin receta —que se incrementaría con los gastos de envío— no favorecen el despegue de las farmacias online. Los usuarios que acuden a estas vías buscan sobre todo, según un informe del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos, la confidencialidad, el anonimato. Algunos aprovechan la falta de controles para acceder sin acreditación y que dispensan medicamentos de prescripción.
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