Las acciones de Intel se desplomaron ayer después de que el fabricante de microprocesadores anunciase que deberá incrementar sus inversiones de capital hasta 13.000 millones de dólares, aproximadamente 3.000 millones más de los esperados por los analistas. Al menos 2.000 millones de este dinero se destinará a expandir una planta dedicada a la investigación.
Con todo, el gran problema de la multinacional sigue siendo su escasa presencia en el creciente (y de forma exponencial) mercado de los dispositivos móviles. Por eso, su consejero delegado, Paul Otellini -que espera abandonar Intel la próxima primavera- ha destacado hoy que el año pasado se hicieron "tremendos progresos" con la entrada en el pujante mercado de las tabletas y teléfonos inteligentes.
En los últimos meses, la empresa de Santa Clara viene repitiendo cada vez que puede que seguirá fortaleciéndose en el sector de los ultrabooks (ordenadores portátiles de pequeño formato) y de la telefonía móvil, así como en una gama de tabletas que se espera que llegue pronto al mercado.
Pero para eso queda tiempo. Y los ingresos en el cuarto trimestre alcanzaron los 13.500 millones de dólares (10.085 millones de euros), comparado con los 13.900 millones del año anterior. La cifra está en línea con lo esperado por los analistas.
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