Cada vez hay más redes sociales y ya no sorprende oír hablar de una comunidad de bigotones internautas, de 'cerebritos' o de aficionados al punto de cruz. Pero ¿una red social, o más bien 'antisocial', de insultadores con ánimo de lucro? Desgraciadamente sí.
La web polaca swinia.pl ('cerdo', en polaco) invitaba a sus usuarios a registrarse y publicar fotos de alguien que les cayese mal.
A partir de ahí, la imagen pasaba a convertirse en blanco de todo tipo de insultos, las fotos eran modificadas con saña y los usuarios registrados podían incluso lanzar 'escupitajos virtuales' al objeto de sus iras.
Lo curioso es que tan virulentas demostraciones de odio provenían casi siempre de internautas anónimos que no conocían a la persona colocada en la palestra de la web, pero que aun así competían por encontrar el insulto más ofensivo o 'ingenioso'.
Un diario polaco hizo una prueba publicando una foto anónima que en cuestión de minutos cosechó más de cincuenta insultos de lo más personales...
Si alguien descubría que estaba siendo víctima de esta comunidad de 'cerdos insultadores', podía solicitar a los administradores de la web que retirasen su foto a cambio de un SMS que costaba 24 euros, una parte de los cuales iba a parar a los bolsillos de quien había colgado la imagen.
Las denuncias que desde hace meses había interpuestas contra esta página no habían conseguido gran cosa hasta ahora, e incluso Anonymous mencionó en un vídeo la necesidad de acabar con este sitio, que contaba con miles de visitas diarias.
Tomasz Ejtminowicz, un experto en cuestiones de seguridad en Internet, se ha dedicado insistentemente a difundir instrucciones sobre cómo denunciar más efectivamente este tipo de abusos.
Y es que muchos usuarios se quejaban de la pasividad o incapacidad de las autoridades, como una chica que afirmaba que la policía se había negado a registrar su denuncia.
Finalmente, la página web ha sido cerrada por la presión social y mediática, pero nada garantiza que los responsables de swinia.pl no vayan a volver a la carga con un engendro parecido. En Polonia causó gran conmoción el reciente caso de Martin, un joven de dieciséis años que, avergonzado por los vídeos que un amigo suyo publicó en la red, se suicidó ahorcándose con la cortina de su habitación en la localidad de Strzegom.
La web polaca swinia.pl ('cerdo', en polaco) invitaba a sus usuarios a registrarse y publicar fotos de alguien que les cayese mal.
A partir de ahí, la imagen pasaba a convertirse en blanco de todo tipo de insultos, las fotos eran modificadas con saña y los usuarios registrados podían incluso lanzar 'escupitajos virtuales' al objeto de sus iras.
Lo curioso es que tan virulentas demostraciones de odio provenían casi siempre de internautas anónimos que no conocían a la persona colocada en la palestra de la web, pero que aun así competían por encontrar el insulto más ofensivo o 'ingenioso'.
Un diario polaco hizo una prueba publicando una foto anónima que en cuestión de minutos cosechó más de cincuenta insultos de lo más personales...
Si alguien descubría que estaba siendo víctima de esta comunidad de 'cerdos insultadores', podía solicitar a los administradores de la web que retirasen su foto a cambio de un SMS que costaba 24 euros, una parte de los cuales iba a parar a los bolsillos de quien había colgado la imagen.
Las denuncias que desde hace meses había interpuestas contra esta página no habían conseguido gran cosa hasta ahora, e incluso Anonymous mencionó en un vídeo la necesidad de acabar con este sitio, que contaba con miles de visitas diarias.
Movilización de los afectados
Ha tenido que ser una comunidad de damnificados por swinia.pl, dedicada a informar sobre cómo reaccionar ante estos ataques, quien finalmente haya logrado acabar con esta 'red antisocial'.Tomasz Ejtminowicz, un experto en cuestiones de seguridad en Internet, se ha dedicado insistentemente a difundir instrucciones sobre cómo denunciar más efectivamente este tipo de abusos.
Y es que muchos usuarios se quejaban de la pasividad o incapacidad de las autoridades, como una chica que afirmaba que la policía se había negado a registrar su denuncia.
Finalmente, la página web ha sido cerrada por la presión social y mediática, pero nada garantiza que los responsables de swinia.pl no vayan a volver a la carga con un engendro parecido. En Polonia causó gran conmoción el reciente caso de Martin, un joven de dieciséis años que, avergonzado por los vídeos que un amigo suyo publicó en la red, se suicidó ahorcándose con la cortina de su habitación en la localidad de Strzegom.
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