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2012/06/08

Kaspersky avisa que la ciberguerra 'puede acabar con el mundo que conocemos'


Eugene Kaspersky no deja de sonreír y hacer bromas. Habla de gusanos informáticos como si fueran patatas fritas. Su risueña actitud no es virtual pero contiene un mensaje apocalíptico. Ciber apocalíptico.
El director y cofundador de la compañía rusa que lleva su nombre aún no se ha recuperado del descubrimiento del superespía Flame, el virus que afectó a ordenadores de muchos países de Oriente Próximo, básicamente de Irán (189). "Créame, tengo mucho miedo y preocupación por lo que puede provocar la ciberguerra. Espero que se actúe antes de que sea demasiado tarde", dice Kaspersky a ELMUNDO.ES en la Universidad de Tel Aviv donde ha sido una de las estrellas de la conferencia sobre seguridad y ciberespacio.
La expectación creada por Kaspersky se debe a un ser de 20 MB. "Parece que esta conferencia ha organizado una buena promoción de publicidad", bromea en alusión a la caza del considerado ciberespía más sofisticado de la historia.
En abril, Kaspersky Lab empezó a investigar las informaciones de un supuesto sabotaje del sector petrolífero iraní. Su empresa investigó, entre otras razones, tras ser acusada por Irán de ejecutar este ciberataque a través de su sistema antivirus.
Flame se instaló hace cinco años. La alargada llama quemó todas las defensas posibles y se mantuvo en silencio mientras documentaba todo lo que le interesaba en torno al ordenador. Recogía información, grababa conversaciones, variaba configuración de datos, obtenía números de teléfono, direcciones, etc... No destruía como el virus Stuxnet (que golpeó la central nuclear iraní de Natanz) sino que espiaba. Por ello, quizá más peligroso y difícil de detectar. Grande y rápido. Como buen espía, invisible.
El malware Flame se convirtió por ejemplo en una maldición para 189 ordenadores de Iran, 30 de Siria, 98 de la Autoridad Nacional Palestina e Israel, 32 de Sudán o 5 de Egipto.
La investigación de Kaspersky se amplió de forma significativa dirigiéndose al UIT (Unión Internacional de Telecomunicaciones). Como a veces pasa cuando el destino te lleva a un lugar lejano en busca de alguien y al final te enamoras de otra persona, la exploración se topó con Flame cuando buscaba otro virus (Wiper).
"No revelaré ningún nombre de los expertos que han llevado esta investigación. Tampoco quién está detrás del virus porque nuestra compañía se ocupa de la información técnica y no de descifrar la identidad de los agresores", especifica Kaspersky.
"Cuando vimos a Flame por primera vez, tuvimos mucho miedo ya que enseguida nos dimos cuenta que era un proyecto muy bueno, complejo y serio. Calculo que para crearlo se necesitó menos de 100 millones de dólares", estima. ¿Para qué? "Pues para pagar a ingenieros, expertos, analistas, técnicos, maquinas de café, etc", contesta.
En su día, Irán denunció a Israel y EEUU de ser los padres del Stuxnet para sabotear su plan nuclear y ahora insinúan que también son los responsables de Flame. Alguien pregunta a Kaspersky en la rueda de prensa: "Estando aquí, ¿Israel es parte de la solución o el problema?". Tras unos segundos de silencio, contesta con una evasiva que provoca la carcajada general: "Gracias". ¿España? Le preguntamos. Dice que tiene "hackers de gran nivel" y recuerda que el español es el segundo idioma más utilizado en ciber crimen por detrás del chino y por delante del ruso.
Está convencido que "Flame es un ejemplo que el ciber arma es muy peligroso y puede hacer mucho daño. Ya no lo llamo ciberguerra sino ciberterrorismo. No sabes dónde y cuándo será el próximo ataque y, si no se actúa rápido, las cosas irán peor. Los países no tienen suficientes defensas".
Kaspersky teme "el fin del mundo que conocemos si no hay cooperación internacional contra este peligro". Y lo compara con la película 'La Jungla de Cristal 4' en la que Bruce Willis y un joven hacker luchan para frenar un sofisticado ataque terrorista que neutraliza infraestructuras civiles básicas provocando muertes y caos.
"Vi 15 minutos de la película. Paré para tomar un whisky y fumar un cigarro. Después 15 minutos más de film y otro whisky. Empecé a insultar a quien hizo la película: ´¿No entendéis que estáis dando ideas a los malos?´", relata Kaspersky insinuando que Flame podría haber avivado la Caja de Pandora cibernética.
En la Conferencia de Tel Aviv, el ministro de Defensa, Ehud Barak, reconoció que Israel desarrolla tanto la defensa como el ataque en el ciberespacio. “A diferencia de la guerra convencional, en este tipo de lucha es más importante invertir en la defensa que atacar al enemigo”, comentó sin entrar en detalles sobre la importante unidad del Ejército encargada exclusivamente a este campo en constante evolución.

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