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2012/03/19

¿Se está quedando Obama sin gasolina?

Cuando Barack Obama era apenas candidato a la presidencia de Estados Unidos en el 2008, la gasolina alcanzó un precio récord de US4,11 por galón. Obama no dudó en tildar al entonces presidente George W. Bush de "irresponsable" y de crear una situación "vergonzosa" para las familias trabajadoras del país.
Hoy en día, frente a una nueva escalada de precios, Obama es el blanco de las críticas.

En las últimas semanas se ha visto un aumento significativo en los dólares que hay que sacar a la hora de llenar el tanque, y se anticipa que el costo promedio nacional, que ya alcanza US$3,8 por galón, siga subiendo.
A la par de la escalada de los precios está la retórica de los precandidatos republicanos que no han dejado pasar la oportunidad para atacar al presidente sobre un tema que afecta a más de 210 millones de conductores. Mitt Romney, quien lleva la delantera en las primarias, dijo que las políticas ambientalistas de Obama contribuían a este incremento al restringir la exploración de nuevas reservas petroleras.
Rick Santorum, quien va de segundo, declaró como "horrible" la gestión de Obama y predijo más convulsión económica. Newt Gingrich por su parte, lanzó una nueva promesa de campaña: reducir el precio de la gasolina a US$2,50 por galón. Gingrich agregó que él sí apoya la energía alternativa, pero que si el presidente pensaba que iba a solucionar la crisis actual con combustible a base de "algas" era "pura fantasía".

Varita

Obama no perdió tiempo en responder a las críticas.
"Cada vez que suben los precios, sobre todo en un año electoral, los políticos sacan su plan de 3 puntos para poner la gasolina a 2 dólares. Parece que este año toca de $2,50. ¿Por qué no mejor a US$2,40 o US$2,10? Y van a una gasolinera y se aseguran de que haya cámaras y actúan como si tuvieran una varita mágica para dar gasolina barata por la eternidad si salen electos", dijo Obama en un evento público.

El presidente defendió sus programas de energía solar, eólica y de biocombustibles como la "estrategia para el futuro", y acusó a sus detractores de vivir en el pasado e incluso de aferrarse a la antigua creencia de que "la tierra es plana".
Pero mientras los políticos debaten el tema y se echan la culpa, los medios especulan acerca del impacto del precio de la gasolina sobre la imagen
 del presidente y sus probabilidades de reelección.
Según un sondeo del Washington Post y ABC News, más del 60% de la 
población está descontenta con el presidente a la hora de llenar el
 tanque. La mayoría afirma que el alto costo del combustible está 
afectando negativamente su economía familiar y el 54% de los encuestados opinan que el
 presidente "puede hacer mucho" para controlar el precio.
Chris Cillizza y Aaron Blake, columnistas del Washington Post, señalan que el tema clave 
para los votantes en este ciclo sigue siendo la economía. Pero que 
mientras los analistas se fijan en la tasa de desempleo como 
indicativo principal, en la "mente colectiva", el precio de la 
gasolina juega un papel fundamental. Incluso los que tienen trabajo, tienen que gastar en transporte.

¿Sostenible?

Paul Brandus, editor del West Wing Report, opina que a la hora de
 elecciones presidenciales "el precio de la gasolina no es tan 
importante como uno piensa", y presenta como ejemplo la derrota de
 George H. Bush, quien perdió su reelección en 1992 cuando el
 combustible estaba más barato que en décadas anteriores, mientras
 que su hijo, George W. Bush ganó un segundo mandato en el 2004 a pesar de una 
fuerte alza bajo su gestión. 


Brandus estima que lo más importante es la percepción de los votantes
 acerca de la dirección de la economía y si sienten que está 
mejorando, es buen agüero para el presidente de turno.
Según Elizabeth López, analista de política energética, por más conveniente que suene, el precio de la gasolina no lo determinan el presidente ni los candidatos y tiene mucho más que ver con los conflictos en Medio Oriente y la demanda de países como China.
Un factor es que el petróleo de fácil acceso se está agotando y cada vez es más cara la explotación de este recurso.
"Apostarle a las nuevas tecnologías no es la causa del alto precio de la gasolina, es la solución. Las energías alternativas llevan a la diversificación de la economía y fomentan un desarrollo más razonable a largo plazo", le dijo López a BBC Mundo.
"Simplemente el petróleo no es sostenible, y si Estados Unidos quiere seguir siendo líder mundial tiene que apostarle a la economía del 2025", señaló.
Pero antes del 2025 está la elección del 2012, y lo que vean los ciudadanos en el tanque, no hoy, sino el 6 de noviembre, seguramente se reflejará en su voto.                    

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