A Nvidia le ha hecho falta muy poco tiempo para ampliar miras respecto a su nueva arquitectura de procesador de 28 nanómetros.
Si la semana pasada salían a la venta GeoForce GTX 680, una GPU pensada para los equipos de escritorio de gamers “que no requiere ruidosos ventiladores o exóticas fuentes de energía”, y GeForce 600M, diseñada para ampliar la autonomía y potenciar el rendimiento de los modernos ultrabooks, ahora la compañía californiana apunta directamente a dos nuevos extremso: dispositivos móviles y centros de datos.
En un correo electrónico dirigido a sus empleados y publicado por AnandTech, el CEO de Nvidia, Jen-Hsun Huang, ha asegurado que lo conocido hasta el momento “sólo es el principio de Kepler”. Gracias a “su arquitectura de gran eficiencia energética, extenderemos estas GPUs a los centros de datos, los ordenadores portátiles ultradelgados y superteléfonos”, asegura el directivo. “Por no hablar de seguir alaegrando a millones de jugadores de todo el mundo”.
Eso sí, las palabras de Huang no son más que una declaración de intenciones. De momento no hay fechas sobre cuándo se prodían ver en acción las primeras generaciones de smartphones u otro tipo de productos informáticos, como tablets PC, basados en Kepler.
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