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2012/03/09

La programación de computadoras es "el latín del siglo XXI"

Del mismo modo que en su día el latín sirvió a los romanos para unificar culturas, comerciar y conectar a las gentes de su vasto imperio, la programación es hoy el lenguaje universal que nos permite conectar con el imperio de la tecnología.
La informática promete tener un papel cada vez mayor en nuestras vidas.

Y para "hablar" con todos estos sistemas inteligentes el mundo tendrá que manejar su idioma, o al menos eso afirman los dirigentes que señalan la importancia de la los esfuerzos por enseñar programación a grupos cada vez mayores de gente.

El año de la programación

Un ejemplo es el del alcalde de la ciudad de Nueva York, Michael Bloomberg, quien anunció a principios de año que iba apuntarse a una clase de programación por internet.

En realidad se trataba de una forma de llamar la atención de los estadounidenses hacia la campaña "Año de la programación" impulsada por el gobierno de ese país.
La Casa Blanca apoya entre otras cosas las actividades de la llamada Codeacademy, que ofrece cursos de programación gratuita a través de internet.
Del otro lado del Atlántico, en Reino Unido, tampoco escasean iniciativas de este tipo. Sobre todo desde que el pasado mes de octubre el informe Next Gen advirtiera que aunque el país tiene un gran potencial en el sector de los videojuegos y efectos especiales, la formación en programación en las escuelas todavía brilla por su ausencia, haciendo peligrar un futuro prometedor.
De hecho el co-autor del informe, Alex Hope, señalaba que la programación debía ser considerada como el "nuevo latín".
Y es que en el escenario actual, ya no basta con aquellos adolescentes que aprendían a programar encerrados en los garajes de sus casas. Para satisfacer a un mercado hambriento, ésta debe fomentarse desde la más tierna infancia.

El Raspberry Pi

Al menos eso creen los educadores que en la última semana han alabado las proezas de la Raspberry Pi, anunciada como la computadora más barata del mundo.
Con un costo de US$35, esta computadora tiene el tamaño de una tarjeta de crédito y ha sido diseñada, entre otras cosas, para que los niños aprendan a programar.

La demanda de este aparato ha sido tan grande, que la página de internet que las suministra desde la ciudad de Leeds quedó inutilizable temporalmente por la gran cantidad de tráfico.
Paralelamente, el departamento de educación británico anunciaba cambios en el protocolo escolar, destacando que el Raspberry Pi jugará un papel importante en estos planes.
La computadora de origen británico funciona con el sistema operativo libre Linux, puede conectarse a un monitor de computadora tradicional o un televisor, y tambien se le puede conectar teclado, ratón y tiene entrada ethernet para conectarse a internet.
"El objetivo es incrementar la cantidad de niños estudiando carreras universitarias en el ámbito de la ciencia computacional, así como aumentar la cantidad de cosas que saben hacer antes de llegar", explicó a la BBC Eben Upton de la fundación Raspberry Pi.
Según él, a diferencia de las computadoras manufacturadas en los años 80, las actuales disfrazan la programación bajo una barrera de sofisticación difícil de traspasar, y los más jóvenes temen así experimentar por miedo a romper o alterar el costoso aparato.
Pero con el Raspberry Pi el costo no sería un problema.

De país agrícola a exportador de tecnología

En América Latina, Costa Rica es un país que ya desde los años 80 apostó por introducir la programación en las escuelas con tal acierto que ya está recolectando los frutos.

Este país, tradicional productor de banano y café, es ahora un importante exportador de alta tecnología.
La tecnología supuso el 41% de las exportaciones totales de 2009 y su nivel de desarrollo en este sentido ha atraído las operaciones de compañías como Hewlett Packard, Fujitsu e IBM.
El secreto es que el país lleva 25 años considerando a la programación como una herramienta estratégica para promover las destrezas intelectuales del alumnado costarricense, tal y como explicó a BBC Mundo Leda Muñoz, directora ejecutiva de la Fundación Omar Dengo (FOD).
Esta organización privada sin ánimo de lucro lleva todo ese tiempo trabajando con el ministerio de Educación de ese país para introducir modelos educativos innovadores apoyados con tecnologías digitales en las escuelas públicas.

"Casi 500.000 estudiantes de todo el país trabajan semanalmente durante dos periodos lectivos en ejercicios de programación como el diseño y elaboración de juegos, desde los primeros años escolares, en un enfoque más bien lúdico", afirma Muñoz.
"El lenguaje de programación inicial fue Logo, luego Micromundos, y posteriormente Scratch y Alice, que permiten el desarrollo de proyectos multimedia tales como videojuegos".
Según añadió, la programación estimula los procesos cognitivos complejos de los estudiantes, permitiéndoles solucionar problemas, desarrollar un pensamiento lógico, principios de orden, agrupación, relaciones de causa y efecto, así como su creatividad.
Por este motivo, asegura, el país ha pasado de ser eminentemente agrícola a ser un líder mundial en exportaciones de tecnologías.

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