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2012/02/20

¿Por qué engancha Angry Birds?

"¡Los pájaros locos, los pájaros locos, mamá!", ruega Alejandro, tableta en mano, a su madre. "¡Papá, otro candado!", exclama Bruno, completamente excitado, cuando logra pasar de nivel. La fiebre de Angry Birds se extiende planetariamente. No entiende de edad, sexo, país o cultura: su penetración es enorme en todos los estratos, y va a más. Sobre todo ahora que ha llegado a Facebook.
Como 'regalo' a sus usuarios por el Día de los Enamorados, la empresa de Mark Zuckerberg activó la aplicación en esta red social, introduciendo componentes sociales y nuevos niveles, lo que podría llevar al juego a superar los 1.000 millones de usuarios.
Creado por la empresa finlandesa Rovio en 2009, Angry Birds es, según datos de la compañía, la aplicación de pago más descargada de todos los tiempos. En concreto, fue la 'app' para móvil y tabletas más exitosa en 2011, con 700 millones de descargas.
Aunque se ha hecho esperar, el 'merchandising' basado en el videojuego empieza a aflorar en forma de peluches y camisetas, que darán paso más adelante a disfraces, dibujos animados y hasta a una película.

Pero, ¿a qué se debe tal éxito?

Angry Birds es un juego de precisión que consiste en lanzar pájaros contra estructuras cambiantes para destruir a los cerdos que se esconden en ellas y que, previamente, robaron los huevos a las aves. Los pájaros se mueven de diferente forma según su color, y los cerdos se ocultan a veces tras bigotes y sombreros. Y ya está. No hay más misterio.
Entonces, ¿por qué nos gusta tanto matar gorrinos lanzando pajaritos abocados a autodestruirse en la misión? ¿Qué tiene Angry Birds que no tienen otros?
"Su principal característica es la sencillez de manejo y lo cortas que son las pantallas. A diferencia de otros juegos, te permite parar en cualquier momento y retomarlo sin haber perdido ninguna oportunidad", explica Carlos González Tardón, psicólogo especialista en la aplicación de los videojuegos para la transformación social. "Esto, unido a que nació como un videojuego para teléfono móvil, lo hace perfecto para llenar los ratos vacíos de ocio", agrega.

Un Super Mario Bros contemporáneo

David Sanz, director de la revista especializada en videojuegos 'Marca Player', considera que Angry Birds representa "en los tiempos modernos y con la distancia prudencial que este tipo de comparaciones requiere, un hecho parecido a lo que hace ya décadas se vivió con Super Mario Bros".
Desde su punto de vista, ambos juegos se basan en un concepto fácil de disfrutar, con una historia simple (en el caso de Angry Birds directamente casi nula), unos personajes con carisma, y un modo de jugar tan sencillo como adictivo.

"El caso de Super Mario Bros representó la llegada del género de 'Plataformas' al gran público, dando como resultado la aparición de múltiples juegos parecidos, así como decenas de personajes dedicados a saltar, correr y recoger elementos". Además, Angry Birds "es fácil y a la vez complicado, es para todas las edades, divertido y, como Super Mario Bros, funciona, que en estos tiempos que corren es algo fundamental". "El ya manido 'It Works' que olvidan muchas compañías a la hora de lanzar juegos", añade Sanz.
González Tardón también ve coincidencias entre Angry Birds y los juegos clásicos, de hecho "se basa en los videojuegos de cálculo de trayectorias, como Lunar Lander, y en los juegos de disparo de cañones, incluso de Worms, pero en estático". "Los videojuegos llamados casuales se reapropian de las 'jugabilidades' de los 'arcades' clásicos porque buscan lo mismo, partidas cortas y muy satisfactorias".
Sin embargo, el objetivo de los 'arcades' y el de Angry Birds es diferente. En el primer caso se buscaba que jugaran muchas personas echando monedas. En el segundo, "pretenden que no pierdas mucho tiempo y puedas llenar huecos con facilidad", explica.

El reto de abrir 'candados', la clave

"Angry Birds se basa en una dificultad emergente, es decir, el reto no es controlar muchas teclas o una situación compleja, sino lanzar y explotar. Y como está bien construido, al principio te permite ir más a lo loco, reforzando tu sensación de control, para poco a poco ir exigiendo más", explica González Tardón.
También resulta un factor decisivo para el éxito la acción de destruir. "Existe un impulso primario en el ser humano a la hora de disfrutar de la relación causa-consecuencia. En el caso de Angry Birds esto aumenta, ya que una causa menor provoca una consecuencia explosiva, que además es virtual, por lo que no hay consecuencias reales".

Los niños, grandes aficionados

Uno de los secretos del éxito de Angry Birds es su penetración entre los niños. Ya sea porque sus padres les dejan jugar para que estén entretenidos un rato, o como premio por haberse portado bien, lo cierto es que los pequeños representan un porcentaje muy importante de su público.
Esto provoca a su vez que cada vez más padres se preocupen por la afición de sus hijos a Angry Birds. ¿Cuál es la línea que separa la afición de la adicción? La primera señal de alarma es que esta actividad lleve al abandono de otras. "La persona adicta a los videojuegos necesita usarlos, y no poder hacerlo le genera frustración, malestar y ansiedad", explica el psicólogo.
Algunos progenitores encuentran además un punto 'sádico' en el juego: matar cerdos, lanzar bombas, pájaros 'kamikaze'... González Tardón desecha tales temores: "¿Les parecía sádico cuando sus muñecos de los Rebeldes-G.I. Joe-Vaqueros mataban a sus personajes del Imperio-Cobra-Indios? Los videojuegos son una evolución de los juegos y hay que verlo así. A nadie le da pena cuando el rival mata a la reina en el ajedrez, y está matando a una reina".

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