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2012/02/15

Obama dirige su artillería a los ricos

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lanzó su propuesta para el presupuesto de 2013 que contempla medidas para crear más empleos, facilitar la educación superior de la clase media al tiempo en que propone incrementar los impuestos a los más ricos para generar ingresos y reducir la deuda del país.
"Queremos que todos tengan una oportunidad justa pero también que las reglas sean las mismas para todos", declaró el mandatario ante una audiencia de estudiantes en una universidad comunitaria de Virginia al proponer un incremento de US$1,5 billones en nuevos impuestos, efectivos cuando caduquen los recortes impositivos que su antecesor, George W. Bush, otorgó a los más ricos y a las grandes empresas.

La oposición republicana criticó el presupuesto de Obama por no incluir suficientes recortes a programas de asistencia que consumen gran parte de las arcas del estado y acusaron al presidente de hacer política con el documento.
La probabilidad de que el presupuesto -tal como está presentado- sea aprobado en ambas cámaras del Congreso es casi nula, consideran los analistas. Pero el debate que se genere en torno a este servirá de munición para ambos partidos durante este año electoral.

Más impuestos a los ricos

La idea fundamental en la propuesta del presidente es que los estadounidenses más adinerados deben pagar más impuestos y que buena parte de ese recaudo se invierta en la creación de más empleos, la manufactura y mejoras en el sistema educativo.

"Es un presupuesto dirigido directamente al corazón de la clase media", manifestó a BBC Mundo Michael Linden, director de política impositiva y presupuestaria del Centre for American Progress, una institución de centro izquierda en Washington.
El analista señala que los US$5.000 millones para contratar y retener a los mejores educadores, otros dineros para fondos de estudio superior y créditos para pensiones estudiantiles son temas que resuenan con la clase media.
Lo mismo sucede, continúa Linden, con el concepto de que los más ricos no están soportando una carga justa, que sus ingresos aumentan y sus impuestos caen dramáticamente mientras que la clase trabajadora tiene sus sueldos estancados.
El plan del presidente prevé permitir el vencimiento del recorte a los impuestos de la época de George W. Bush que afectarían a las familias cuyos ingresos sean superiores a US$250.000.
Obama también impondría una regulación bautizada con el nombre del multimillonario Warren Buffett para aplicar un impuesto de por lo menos 30% a las rentas superiores a US$1.000.000 anuales.
También eliminaría los subsidios a las empresas de hidrocarburos y, durante la próxima década, gravaría US$61.000 millones a las instituciones financieras para recuperar lo invertido en el rescate financiero.

Visiones enfrentadas

La visión de Barack Obama no podría contrastar más con lo que los republicanos predican: más recortes al gasto del gobierno, reformas de fondo a los programas de asistencia social y no más nuevos impuestos.
Israel Ortega, editor de la página en español de la fundación Heritage, una institución conservadora en Washington, opina que el presidente se ha volcado más a la izquierda de lo esperado.
"Lo que propone el presidente es gastar más con la esperanza de cambiar resultados", comentó a la BBC.
Ortega arguye que los programas como el seguro social y medicare y medicaid (de cuidado de salud para los más pobres y ancianos) abarcan 30% del presupuesto nacional y deben ser reformados.
"El país no está endeudado por las guerras como dice Obama, el problema yace con estos programas que hay que modificar", expresó.
No se supone que el presupuesto de Barack Obama será promulgado tal cual fue presentado, simplemente inicia un proceso en el que ambas cámaras del congreso incorporan parte del plan ejecutivo y formulan sus propias propuestas.
Es un vaivén de negociaciones que durará buena parte del año, generando debates que en esta temporada electoral tendrán mucha repercución.

¿Populismo?

Los republicanos, que dominan la Cámara de Representantes, han acusado al presidente de querer generar una guerra de clases y tildaron el presupuesto de documento político con tintes populistas.
"Lo sobresaliente es que el presupuesto del presidente define casi las mismas líneas de batalla que existían el año pasado", indicó John Makin, economista y experto en presupuestos del American Enterprise Intitute, un centro de tendencia derechista en Washington.
"Justificado o no es populista, pues se refiere al incremento de los impuestos a los ricos y aplicar otras medidas para gastar en programas sociales", afirmó a BBC Mundo.
Makin sostiene que el dinero recaudado después de los impuestos a los ricos será menor del que prevé el presidente y que el momento de invertir directamente en la economía debió haber sucedido en 2009 cuando se aplicaron medidas que considera "mal diseñadas y derrochadoras".
Pero Ethan Pollack, analista del Instituto de Política Económica de Washington, que aboga por la inclusión de las clases trabajadoras de bajos y medianos recursos, dice que el mensaje del presidente es positivo porque se enfoca en la creación de empleo y eso resonará con el pueblo.
"Llamar el presupuesto de Obama un 'documento político' implica que el presidente no cree lo que está diciendo, que no le importa. Eso es incorrecto", aseguró. "Su presupuesto refleja un análisis económico, no un análisis político".
Pollack sostiene que cualquier presupuesto que fuese presentado sería tildado de político por los republicanos y recalca que las medidas reflejadas en las propuestas de Obama no son nuevas sino una serie de medidas por las que aboga desde que asumió el poder.
"Las medidas de creación de empleo e inversión en la recuperación contrastarán muy fuertemente con los recortes que proponen los republicanos", vaticinó el analista. "Una recuperación no se puede lograr a punta de recortes".

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