¿Esto es importante? Mucho, porque de pronto el famoso algoritmo de búsqueda de Google, tan secreto como la fórmula de la Coca Cola, empieza a dar prioridad a los contenidos que generan, comparten o sociabilizan, los miembros de los círculos de Google+ del usuario que está utilizando el buscador. Tanto, que aparecen como primeras opciones entre los resultados.
La lógica que esgrime Google para esto es bien sencilla: ante la avalancha de información que existe actualmente en Internet, la probabilidad de que me interesen los mismos resultados que a mis conocidos (o a quienes sigo) es muy alta. Es una forma de filtrar y priorizar basada en el comportamiento social, algo que es totalmente natural a los seres humanos.
Al igual que con todo, esta nueva lógica tiene sus detractores e incrédulos, que ven detrás de esto un intento de monopolizar y dominar todo lo que hacemos en Internet por parte de la compañía de Mountain View. Puede ser, por supuesto, pero también es verdad que Google ya conoce tanto de nuestros hábitos, que si se utiliza para que la recuperación de información sea más cercana a lo que realmente nos interesa, es algo que hemos ganado.
Como sea, no parece que Google vaya a cambiar el comportamiento de su buscador porque haya quienes desconfíen de su transparencia. De hecho, lo más probable es que esto solo sea el comienzo de un movimiento para integrar cada vez más la capa social-digital en todo lo que hacemos online y no conviene mantenerse al margen.
La búsqueda social no es algo nuevo
Aunque ahora es más notorio, hay que recordar que Google ya experimentaba con la búsqueda social en 2009, cuando introdujo “social search”. Se trataba de un experimento para ayudar a encontrar contenido público de tu círculo social de forma rápida y más fácil. Todavía no existía Google+, pero el concepto de círculo social ya se utilizaba.En ese contexto, todo el mundo tiene diferentes sitios donde hacer conexiones sociales con otras personas y donde publicar contenido web, como blogs, status, actualizaciones, tweets y fotos. Google Social Search mostraba diferentes piezas de contenido del círculo social de cada persona en los resultados de búsqueda.
Por aquel entonces, Google tenía tres formas de hacerse una idea de cuál era el círculo social de sus usuarios. La más importante, era crear un perfil en Google y añadir enlaces a otros servicios sociales, tales como Twitter, Quora, FriendFeed, etc. Una vez creado el perfil y añadidos los enlaces hacia estos otros servicios, Google entendía que el usuario daba su conformidad para que el resto del mundo conociese esa información.
El segundo camino para identificar el círculo social era conocer los contactos de Google Chat. Sabiendo quiénes eran, podía utilizarlos para adaptar los resultados de búsqueda.
Y, por último, si el usuario tenía una cuenta en Google Reader, en los resultados aparecían coincidencias relacionadas con los blogs a los que el usuario estaba suscrito.
Con la llegada de Google+, el círculo se cierra del todo y los resultados se vuelven completamente sociales y, desde el punto de vista de Google, mucho más pertinentes para los usuarios.
Empresas, tomad nota
Muchas voces se oyen diciendo que Google+ no va a poder destronar a Facebook como red social. El problema es que quienes piensan así sólo lo ven como una red social más. Si así fuese, es verdad que la competencia sería dura. Pero es que no se trata simplemente de un sitio donde encontrar a viejos amigos y colgar las fotos de las vacaciones. Lo que subyace es bastante más profundo y puede cambiar notablemente la forma de navegar y recuperar información.De hecho, es muy recomendable no perderlo de vista y estar al tanto de los cambios que se van introduciendo desde el Googleplex, en California. Sobre todo si se es una empresa que algún tipo de relación tiene con Internet, ya sea que haga negocios online o simplemente porque algunos contactos comerciales vengan por la red.
Hay cuatro razones principales para esto:
1.- Si no estás en Google+ no eres una sugerencia. Las páginas en Google Plus y los contenidos compartidos en esta red se posicionan mejor y de forma más rápida para los usuarios conectados con sus cuentas, así como los contenidos web en los que se ha hecho +1 (el equivalente al “me gusta” de Facebook), sobre todo por términos referentes a perfiles de personas y de marcas.
2.- La humanización de los resultados y la desconfianza hacia las marcas. Según el informe de eMarketer: “Social commerce on Facebook, Twitter and retail sites”, cuando se trata de compras online, el 79% de los consumidores mira primero las opiniones de sus amigos más. Es más, incluso se valora mejor la información proveniente de personas que ni siquiera son cercanas, frente a los mensajes publicidad o la propia información de las empresas. Por eso Google, a partir de ahora, muestra imágenes, contenidos de autores, vídeos… basados en las conexiones de tu red de contactos y mezclados con resultados orgánicos relevantes. En un mundo con tanta información, la gente normalmente recurre a sus amigos para obtener consejo y son más propensos a recordar y tener presente información de amigos que de una marca. La web social está evolucionando para hacer más fácil obtener información de nuestros referentes acerca de empresas.
3.- El crecimiento impresionante de Google+. Con solo 7 meses de vida, el uno de enero de 2012, ya había conseguido 90 millones de usuarios (lo mismo que toda la población de Alemania y Portugal juntos), a un ritmo de 625.000 registros diarios, con un alto nivel de actividad diaria. Y las previsiones son apabullantes: se esperan 100 millones de usuarios en febrero y 200 millones en agosto, de este año.
4.- Cambia el criterio para identificar contenido de calidad. Esto no es ninguna tontería, porque, entre otras cosas, los cambios en el algoritmo de Google permitirán depurar los resultados de marcas y sitios web que no tienen actividad en el Social Graph, o lo que es lo mismo, no son referenciados, compartidos o visitados a través de enlaces en redes sociales. Hablando en plata, Google puede considerar que un sitio web no es de buena calidad, si ninguno de sus contenidos son sociabilizados. Si nadie habla de ti, será que no eres interesante. Google ya había actualizado su algoritmo de posicionamiento el año pasado integrando diferentes factores como el tiempo promedio en el sitio, porcentajes de rebote, ratio de clic por impresiones, así como el ratio de entradas desde diferentes canales de tráfico. Ahora introduce el factor social.
Si hasta ahora las empresas centraban sus esfuerzos de comunicación en Twitter y Facebook, es momento de que se den la vuelta y miren también hacia la red del gigante de Mountain View. La ola ya ha salido desde allí y puede pasar rápidamente por encima en forma de tsunami a quienes pille desprevenidos. Por ahora parece que el mejor salvavidas es subirse al bote de Google Plus y crear un perfil. Al menos es lo que nos mantendrá a flote hasta que recibamos más noticias y sepamos qué más novedades nos tienen preparadas los chicos de California.
SOMOS SERES SOCIALES, EN LA CALLE Y EN LA RED
Compartir información nos hace la vida más fácil; hablar ayuda a crear lazos sociales más estrechos con otros, y escoger de qué hablamos, nos permite gestionar cómo el resto nos percibe. Hablamos de otra gente, de lo que nos rodea, de cosas que generan sentimientos. Hablamos frecuentemente de experiencias personales, o cotilleamos de quién hace qué con quien. También de marcas, a menudo motivados por lo que vemos en nuestro entorno, y, muchas veces, para llenar un espacio de conversación con otra persona.Según un estudio del Pew Research Center (“The strength of internet ties”), publicado en 2006, casi toda nuestra comunicación se centra en las personas más cercanas a nosotros. El 80 por ciento del tiempo, nos relacionados con un reducido grupo de entre 5 y 10 personas.
Nuestra red social está hecha de todas aquellas personas a las que estamos conectados y toda la gente con los que están conectados ellos. Los amigos, de los amigos de tus amigos, normalmente gente que no conocemos, pueden tener un impacto dramático en nuestro comportamiento y en las decisiones que tomamos.
Tenemos relaciones únicas con cada persona que conocemos, y esas relaciones nos influencia en gran medida cómo nos comportamos con los demás. Cuando no estamos seguros acerca de qué hacer, nos dirigimos a los demás para ayudarnos a tomar una decisión.
Sabemos que tenemos un acceso limitado a la información así como una memoria más bien escasa, así que confiamos en otras personas de nuestro grupo o círculo social porque sabemos que ellos pueden tener más información. Hacemos esto tan a menudo y de forma tan natural, que muchas veces la gente pregunta a otros aún sabiendo que la respuesta es obvia.
Cuando nos vemos delante de muchas opciones, es mucho más difícil tomar decisiones. Y en un mundo con un incremento exponencial de la información, las decisiones serán cada vez más difíciles, porque nuestra capacidad de memorizar seguirá siendo la misma. Así que cada vez más recurriremos a otros para ayudarnos a tomar decisiones. O lo que es lo mismo, nuestro círculo social digital será el gran referente que tendremos para preguntar, confiar y decidir.
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