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2012/02/13

Europa estrena su cohete 'low cost'

Europa estrenará mañana el Vega, un pequeño gran cohete con el que la Agencia Espacial Europea (ESA) planea poner en órbita satélites pequeños. El lanzamiento está previsto entre las 11.00 y las 13.00 h., hora peninsular española, desde el cosmódromo de Kurú, en la Guayana Francesa. El despegue marcará el final de un largo proceso de diseño que comenzó a finales de los noventa tomando como base cohetes militares de EEUU y en el que los países de la ESA pretenden gastar más de mil millones de euros.
El vuelo inaugural tiene como principal objetivo poner a prueba el cohete, capaz de llevar al espacio misiones pequeñas de hasta 2.500 toneladas de carga. La razón de ser de este cohete es la independencia. Hasta ahora, España y los otros 17 países de la ESA tenían que usar cohetes ajenos, en especial los rusos Rokot. Estos misiles reconvertidos a fines pacíficos no eran rentables desde el punto de vista económico, ya que el dinero pagado por cada lanzamiento no revertía en los socios europeos. Con el Vega, la ESA completa su flota de transportes espaciales, que ya comprendía el Ariane 5, el más pesado, y una versión renovada del cohete ruso Soyuz, que se encarga, por ejemplo, de poner en órbita los satélites del sistema de posicionamiento Galileo, el GPS europeo que comenzará a funcionar en 2015.

El nuevo utilitario europeo aportará a satélites públicos y privados un billete al espacio de bajo coste. "Lanzar en el Vega será cinco veces más barato que con Ariane", explicó a este diario Julio Monreal, expertoen cohetes de la ESA. "El precio de esta primera misión es de 40 millones de euros, pero nuestro objetivo es bajarlo hasta 30 o incluso 20 millones por vuelo. Esto supondrá un precio de unos 15.000 euros por kilo, que incluso podremos rebajar a clientes institucionales", detalló.
Los primeros pasajeros del Vega no pagarán billete. En su morro, el cohete lleva nueve satélites científicos, entre ellos el Xatcobeo, el primer picosatélite español. Ninguna de las misiones ha tenido que pagar por el transporte, al tratarse en este caso de un vuelo experimental y que entraña potencialmente más riesgos que el de otros vehículos ya validados.
El Xatcobeo es un cubo de diez centímetros de lado y un kilo de peso. En sus entrañas lleva varios experimentos que han sido diseñados por 60 estudiantes de ingeniería en la Universidad de Vigo y que ha sido financiado con más de un millón de euros por el extinto Ministerio de Ciencia e Innovación y por la Xunta de Galicia.
Junto a él viajan otros seis picosatélites de idéntico tamaño desarrollados por otros tantos países europeos. Hungría y Rumanía pondrán su primer satélite en el espacio gracias a esta tecnología durante el vuelo inaugural del Vega.
Estos cubos espaciales siguen un estándar de fabricación llamado CubeSat, inventado por el ingeniero español Jordi Puig-Suari, que trabaja en la Universidad Politécnica Estatal de California (Cal Poly). Estos artefactos de bolsillo asequibles y manejables hacen que el espacio sea más fácil de alcanzar para científicos en formación y para empresas. "Esta tecnología está muy desarrollada en Asia y EEUU y hasta hay institutos de este país que han lanzado su propio picosatélite", explicó César Martínez, uno de los coordinadores del Xatcobeo, durante una presentación de la ESA en Madrid sobre el nuevo lanzamiento del Vega.
A pesar de que un español los inventó, el país está aún "en pañales" en el desarrollo de estos satélites, explicó Martínez, que trabaja en el Instituto Nacional de Tecnología Aeroespacial, dependiente del Ministerio de Defensa, y que ha desarrollado el Xatcobeo junto al equipo de la Universidad de Vigo. A pesar del retraso español, la Univesidad Politécnica de Madrid, la de Barcelona, la Politécnica de Catalunya y la Miguel Hernández de Elche, entre otras, ya están desarrollando picosatélites, destacó Martínez. El INTA lanzará pronto su propio satélite de bolsillo, el OPTOS.

Einstein a prueba

El principal experimento que llevará el primer Vega al espacio es una bola de 400 kilos. Con ella se realizará un experimento gravitatotio que pondrá a prueba a Albert Einstein y su teoría de la relatividad. En ella, el físico alemán describió cómo la gravedad que ejercen los planetas es capaz de deformar el espacio y el tiempo a su alrededor, generando una curvatura capaz hasta de doblar los rayos de luz. El experimento LARES, de la Agencia Espacial Italiana, pondrá a prueba este efecto de la forma más sencilla: una bola de tungsteno de 36 centímetros de diámetro y ni un solo circuito eléctrico. Está cubierta de lentes que, como si fuera una bola de discoteca, recibirán y reflejarán rayos láser envia-dos desde tierra que detectarán así cambios en su órbita y velocidad provocados por la gravedad con un margen de error del 1%. Experimentos anteriores habían demostrado que Einstein tenía la razón, pero su margen de error era del 10%. Junto al LARES y los siete satélites de bolsillo, el Vega pondrá en órbita el ALMASat-1, también italiano.
Italia manda tanto en esta misión porque es la que más paga. Este país ha costeado más del 50% del desarrollo del Vega. Le sigue Francia, con el 20%, y España, que ha aportado el 5% de los costes. El desarrollo del Vega ha dado al país 37 millones de euros en contratos para empresas españolas, según datos del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial.
Si se perpetúa, el Vega aportará una fuente de contratos e ingresos constante. La ESA quiere que se lancen dos cohetes al año. Los cinco primeros ya están aprobados y cuentan con una financiación de 400 millones de euros. En estos lanzamientos, Europa enviará al espacio varias misiones científicas y tecnológicas. Entre las más próximas está el IXV, una nave prototipo no tripulada con la que la ESA estudia la reentrada en la atmósfera, explicó Monreal. El IXV podría ser el germen de un futuro transbordador espacial tripulado made in Europe.
Otro Vega pondrá en órbita la misión LISA Pathfinder de la ESA, que buscará ondas gravitacionales producidas por agujeros negros y cuya existencia también aportaría una demostración más de la teoría de la relatividad de Einstein, que ya predijo estos fenómenos. En 2014 o 2015, un Vega pondrá en órbita los satélites de observación de la Tierra Sentinel 1 y 2, cuyas cámaras de alta resolución permitirán analizar , por ejemplo, el estado de los hielos polares o la vigilancia de los océanos en busca de vertidos.

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