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2011/08/10

Estudiantes descubren un hongo que degrada plástico


El viaje de un grupo de estudiantes a la Amazonia tuvo un resultado inesperado y potencialmente revolucionario: el descubrimiento de un hongo que puede descomponer o degradar plástico.
Los alumnos, del departamento de Biología Molecular y Bioquímica de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, realizan como parte de su curso trabajo de campo en la selva amazónica, donde recolectan organismos endofitos: hongos o bacterias que viven al menos parte de su vida en simbiosis en los tejidos de las plantas sin causar enfermedad.

Pria Anand, una de las estudiantes, decidió investigar si los endofitos que había recogido en Ecuador en 2008 registraban actividad biológica en presencia del plástico.
Luego de la graduación de Anand otros estudiantes continuaron la búsqueda. Jeffrey Huang investigó la capacidad de los organismos para romper enlaces químicos.

Jonathan Russell, por su parte, identificó las enzimas más eficientes en la descomposición de poliuretano, un plástico utilizado ampliamente en la elaboración de fibras sintéticas, piezas para aparatos electrónicos y espumas para aislamiento térmico.
Russell observó un día que parte del plástico en uno de los llamados platos de Petri (utilizados para cultivos en el laboratorio) había desaparecido.
Lo que los estudiantes habían descubierto es que el hongo denominado Pestalotiopsis microspora puede degradar plástico. Varias especies de hongos pueden descomponer plástico al menos parcialmente, pero Pestalotiopsis es el único que puede hacerlo sin presencia de oxígeno, algo fundamental para futuras aplicaciones en vertederos.

Paso modesto

"Este descubrimiento muestra que pueden suceder cosas maravillosas cuando alentamos la creatividad de los estudiantes", dijo Kaury Lucera, profesora del departamento de Biología Molecular de la Universidad de Yale.
El uso de toneladas de plástico y las dificultades para reciclarlo son un gran desafío para la ciencia.

Las bolsas de plástico se utilizan muchas veces por sólo unos minutos –el tiempo que lleva llegar del supermercado a la casa- pero pueden tardar cientos de años en descomponerse. Muchas acaban en el mar, donde son ingeridas fatalmente por aves marinas.
Pero transformar un hallazgo del laboratorio en una herramienta de escala industrial puede ser un largo proceso. Russell advierte que el descubrimiento de los estudiantes de Yale no es una solución mágica, sino un paso modesto hacia una meta importante.
Un nuevo grupo de estudiantes está analizando si endofitos recolectados en viajes recientes a la Amazonia pueden ser utilizados para descomponer plásticos aún más difíciles de degradar como el poliestireno.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista Applied and Environmental Microbiology. Las expediciones a la selva fueron financiadas por el Instituto Médico Howard Hughes.                    



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