La Unión Europea (UE) continúa discutiendo esta semana una crisis que parece no disiparse en la zona del euro, pero esta vez ha incorporado una novedad en su agenda: los temores de que Italia se convierta en la próxima víctima de la turbulencia económica.
Es decir, no sólo se está hablando del segundo rescate griego y de la debilidad de la moneda europea, sino también de la posibilidad de que el gobierno italiano se vea eventualmente imposibilitado de hacer frente a sus compromisos financieros.Después de Grecia, Italia posee la segunda mayor deuda pública en relación con el Producto Interno Bruto (PIB), que equivale a cerca del 120% (la griega es de un 150% del PIB).
Según el analista financiero de la BBC Tim Jenkins, hasta ahora el país ha sido capaz de pagar con comodidad sus préstamos gracias a su peso específico: es la tercera mayor economía de la eurozona.
Sin embargo, la situación parece haber cambiado notoriamente en los últimos días. El viernes, la bolsa italiana cayó un 3,5% y los mayores perdedores fueron los bancos, que son acreedores del gobierno.
Además, los intereses que deben pagar los bonos de deuda italianos treparon a 2,45% por sobre lo que abonan sus equivalentes alemanes -considerados los más seguros-, un porcentaje récord desde la introducción del euro. Esto, según los analistas, ejercerá una presión extra sobre las arcas del Estado.
Durante el fin de semana, a su vez, fondos de inversiones dieron señales de que son menos proclives a prestarle dinero al gobierno de Silvio Berlusconi, lo que podría subir aún más el costo de los créditos.
Como si fuera poco, el diario británico Financial Times dice en su edición de este lunes que fondos de cobertura (hedge funds) están apostando contra la deuda italiana, especulando con la probabilidad de que Roma se vea en dificultades de hacer frente a sus pagos en el corto plazo.
Y para agregar aún presión a Roma, la canciller federal de Alemania, Angela Merkel, dijo que Italia debe mostrarse decisiva a la hora de aplicar su anunciado plan de austeridad y expresó su confianza de que sí lo hará para contribuir a una mayor certidumbre en la eurozona.
Inestabilidad política y percepción
¿Pero qué cambió en los últimos tiempos para que los mercados y los políticos ahora vean sombras en el futuro financiero de Italia?Según Juan Carlos Martínez Lázaro, analista del Instituto de Empresas de Madrid, España, la dudas en torno de la economía italiana se deben fundamentalmente a tres factores: problemas de corte político, de percepción de los mercados y de especulación.
"La crónica inestabilidad en la política de Italia ha alcanzado su punto más alto", le explica Martínez Lázaro a BBC Mundo.
"La coalición ha sufrido una humillante derrota en recientes elecciones municipales, Berlusconi anunció que no buscará una nueva gestión y hay una intensa lucha interna en el gobierno. Todo esto ha puesto en duda la capacidad de Roma de implementar un programa de austeridad riguroso que los inversores consideran necesario y ha causado nerviosismo en los mercados".
Según Martínez Lázaro, se trata también de un problema de percepción, más allá de las dificultades políticas concretas, porque la realidad es que, hasta ahora, los italianos han sido capaces de pagar su deuda.
"Es la típica irracionalidad de los mercados. Los bonos italianos pagan hoy intereses de alto riesgo, pero en ningún momento el país ha tenido dificultades para hacer frente a sus compromisos o captar en los mercados fondos que le permitan financiar su déficit público. No hay un peligro real de insolvencia".
Especulación
Martínez Lázaro y otros analistas coinciden en que al mismo tiempo hay un fuerte componente especulativo en el caso de Italia.
"Mire a los hedge funds: en base a la incertidumbre de la que hablan los mercados están apostando a que se complique la situación de la deuda italiana porque eso podría hacerles ganar mucho dinero en las próximas semanas", dice Martínez Lázaro.
"Creo que éste es uno de los problemas que la UE todavía no ha logrado resolver. Las operaciones especulativas provocan un gran daño a los países, porque alimentan las dudas, lo que termina encareciéndose aún más la financiación para los gobiernos", completa el economista del Instituto de Empresas de Madrid.
En este sentido, hay críticos que sostienen que los capitales especulativos contribuyen a generar una suerte de profecía autocumplida: apuestan al fracaso financiero y terminan alentándolo.
Al respecto, Vicenç Navarro, catedrático de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, le comenta a BBC Mundo: "Es importante para la salud de las economías europeas que el capital financiero sea menos poderoso de lo que es. Hoy su poder es una de las causas de las crisis".
Con todo, los analistas afirman que aún es muy prematuro saber si Italia será la próxima pieza que caiga en el dominó europeo.
Es decir, si enfrentará problemas como los de Grecia, Irlanda y Portugal, que han debido ser rescatados por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar un cesación de pagos o default y contener el impacto que ello pudiera tener en el euro.
"Por un lado, los acreedores del gobierno son fundamentalmente italianos, por lo que no se trata de una deuda externa dispersa en el resto el mundo y resulta más sencillo negociar con ellos", explica Martínez Lázaro.
Por otra parte, añade, habrá que ver los resultados de la prueba de resistencia (stress test) de los bancos europeos, que se publican esta semana. Si las conclusiones son buenas en el caso de Italia, eso podría despejar muchas dudas de los mercados.
Por más que el sector financiero haya convertido a la economía italiana en un nuevo tema de conversación y especulación, varios economistas -entre ellos Martínez Lázaro- hablan de otra cosa: no creen que el gobierno de Roma vaya a tener problemas para hacer frente a su deuda pública.
Para ellos, los mercados terminarán por entrar en razón, aunque les resulta difícil saber cuándo.
BBC Mundo
"Mire a los hedge funds: en base a la incertidumbre de la que hablan los mercados están apostando a que se complique la situación de la deuda italiana porque eso podría hacerles ganar mucho dinero en las próximas semanas", dice Martínez Lázaro.
"Creo que éste es uno de los problemas que la UE todavía no ha logrado resolver. Las operaciones especulativas provocan un gran daño a los países, porque alimentan las dudas, lo que termina encareciéndose aún más la financiación para los gobiernos", completa el economista del Instituto de Empresas de Madrid.
En este sentido, hay críticos que sostienen que los capitales especulativos contribuyen a generar una suerte de profecía autocumplida: apuestan al fracaso financiero y terminan alentándolo.
Al respecto, Vicenç Navarro, catedrático de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, le comenta a BBC Mundo: "Es importante para la salud de las economías europeas que el capital financiero sea menos poderoso de lo que es. Hoy su poder es una de las causas de las crisis".
Con todo, los analistas afirman que aún es muy prematuro saber si Italia será la próxima pieza que caiga en el dominó europeo.
Es decir, si enfrentará problemas como los de Grecia, Irlanda y Portugal, que han debido ser rescatados por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar un cesación de pagos o default y contener el impacto que ello pudiera tener en el euro.
"Por un lado, los acreedores del gobierno son fundamentalmente italianos, por lo que no se trata de una deuda externa dispersa en el resto el mundo y resulta más sencillo negociar con ellos", explica Martínez Lázaro.
Por otra parte, añade, habrá que ver los resultados de la prueba de resistencia (stress test) de los bancos europeos, que se publican esta semana. Si las conclusiones son buenas en el caso de Italia, eso podría despejar muchas dudas de los mercados.
Por más que el sector financiero haya convertido a la economía italiana en un nuevo tema de conversación y especulación, varios economistas -entre ellos Martínez Lázaro- hablan de otra cosa: no creen que el gobierno de Roma vaya a tener problemas para hacer frente a su deuda pública.
Para ellos, los mercados terminarán por entrar en razón, aunque les resulta difícil saber cuándo.
BBC Mundo
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