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2011/07/25

"Los ordenadores se comportarán mejor que las personas"

Siempre quiso ser científico, aunque de pequeño le interesaba el espacio. Después, Chris Welty descubrió que en la tierra también hay cosas que parecen de otro mundo y se especializó en la representación del conocimiento en máquinas y, sobre todo, en lenguaje natural. Es miembro del equipo que creó a Watson, el ordenador de IBM que en febrero ganó en el concurso televisivo estadounidense de preguntas y respuestas Jeopardy! En Barcelona ha participado en el Congreso Internacional de Inteligencia Artificial.

Pregunta. ¿Cómo logra responder Watson a preguntas complejas?
Respuesta. Watson básicamente tiene mucha información, de enciclopedias, diccionarios... Lo que hace es tomar las preguntas y trata de relacionarlas con sus datos. Para la gente, la parte más difícil es la respuesta, pero para la máquina, lo difícil es entender la pregunta.
P. ¿Cómo se consigue esa comprensión?
R. No lo hace en una dirección, es muy diferente de una persona. Tiene un centenar de algoritmos, de mecanismos independientes para entender cómo una parte de la información responde a una pregunta, y después intenta identificar cuáles de esos algoritmos son correctos. Contar con tantos diferentes incrementa las posibilidades de obtener la respuesta correcta.
P. ¿El ordenador se creó específicamente para el concurso?
R. Se creó para manejar información. Cuando lo preparamos para Jeopardy! recopilamos información que pensamos que era útil para ese programa, pero si se cambia el contenido, se obtienen respuestas a temas diferentes. Ahora estamos construyendo un sistema para diagnóstico médico, para crear una especie de enciclopedia médica. Ante un problema crítico, incluso los mejores médicos no pueden tener todas las novedades que van apareciendo. La adaptación de Watson a este ámbito va dirigida a ayudarles a mantenerse al día más rápidamente.
P. ¿Cuándo estará listo?
R. El próximo año tendremos resultados de los experimentos. Es un servicio que podría utilizarse pronto y sería accesible, porque podrían compartirlo cuatro o cinco hospitales. Además, hay otras aplicaciones posibles, como el derecho o la ingeniería.
P. ¿Llegará un momento en que no será necesario estudiar, porque habrá máquinas que lo hagan por nosotros?
R. Puedes tener las respuestas, pero siempre tendrás que preguntar y hacer las preguntas correctas. Watson no sabe nada a no ser que una persona introduzca la información, una enciclopedia, por ejemplo; así que alguien tiene que escribirla.
P. ¿Rechaza que la máquina pueda superar al hombre, como plantea la ciencia ficción?
R. Dentro de ese género hay que pensar en películas como Star Trek; en la nave Enterprise había un ordenador que respondía a las preguntas que le hacían las personas en voz alta: "¿Cuánto queda para llegar a tal planeta?". Eso es lo que tenemos.
P. De todos los avances en inteligencia artificial en general, ¿cuál destaca?
R. Por un lado, la habilidad para entender el discurso humano y los idiomas, para lo que se necesitan dos programas diferentes, relacionados, obviamente. Eso cambiará en cómo las personas interactúan con las máquinas. En cinco años estaremos hablando con ellas.
P. Como experto en ontología, ¿no hay riesgos éticos o jurídicos en inteligencia artificial?
R. Para sistemas como Watson, que no toman decisiones, la responsabilidad ética queda en las personas. Sí creo que pronto veremos ordenadores tomando decisiones, entonces necesitarán algunas normas, pero soy muy optimista y creo que los ordenadores se comportarán mejor que las personas, porque se les podrán unas reglas básicas que seguir.

Triunfo apabullante

IBM diseñó el ordenador Watson para participar en el concurso Jeopardy! La victoria de la computadora fue apabullante: logró 77.147 dólares (53.724 euros), más del doble que Ken Jennings y Brad Rutter, los participantes con récord de ganancias.
El triunfo de Watson -llamado así en homenaje al fundador de IBM- estuvo basado en su rapidez para pulsar el botón y reclamar el turno de respuesta. Lo hacía en milésimas de segundo, multiplicando sus posibilidades de contestar, pese a algunos fallos garrafales, como que Toronto era una ciudad de Estados Unidos.
Pero Watson no solo tenía acceso a bases de datos equivalentes a 200 millones de páginas de información, sino que sus 90 servidores le hacían aprender sobre la marcha de sus errores.

El Pais

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