Paradójicamente gran parte de los trabajadores que se irán a la calle por el cierre no trabajaban en el diario cuando se produjeron las escuchas. Algunos medios especulan con que podrían pasar a trabajar en The Sun, el otro tabloide de Murdoch en Gran Bretaña.
Con este gesto hacia la galería Murdoch intenta calmar la indignación del público, pero también evitar que el Gobierno le vete la compra del 100% de la plataforma de televisión por satélite BSkyB, de la que ya posee el 39%. El Gobierno ha decidido que pospondrá la decisión hasta septiembre; pero el líder de la oposición, el laborista Ed Miliband, se ha mostrado muy crítico, a tenor de las nuevas informaciones sobre las escuchas.
El escándalo que entorpece los planes empresariales de Murdoch estalló a finales de 2005, pero que ha vivido su momento más álgido esta semana cuando The Guardian reveló que los pinchazos telefónicos, además de a conocidas personalidades de la cultura, la política y la realeza, afectaba a familiares de personas asesinadas, como las víctimas de los atentados del 7-J en Londres, y militares muertos en Irak y Afganistán. Aunque la noticia que ha terminado por revolver los estómagos de los británicos ha sido el descubrimiento de que durante la desaparición de la niña Milly Dowler, en marzo de 2002, el periódico pinchó el teléfono móvil de la niña y borró algunos mensajes, cuando el buzón de voz se llenó, para permitir la entrada de nuevos mensajes que pudieran seguir proporcionándoles información. La niña fue hallada sin vida tiempo después (había sido asesinada), y entre los mensajes borrados estaban los de sus padres, que le hacían llamamientos desesperados y que creyeron, falsamente, que la niña seguía con vida porque consultaba su móvil.
Las pistas y los personajes
La primera vez que es empezó a hablar de escuchas ilegales fue en noviembre de 2005, cuando News of the World publicó una noticia sobre una lesión de rodilla del príncipe Guillermo que solo conocía su círculo más íntimo. Meses después aparecieron publicadas palabras textuales de un mensaje de voz del príncipe Enrique. Así es empezó a hablar de que algunos periodistas recurrían supuestamente a los pinchazos telefónicos para conseguir exclusivas sobre la familiar real, pero también sobre personajes famosos y políticos.Scotland Yard abrió una investigación y detuvo a un investigador privado, Glenn Mulcaire y al periodista responsable de las informaciones sobre la familia real, Clive Goodman. Ambos fueron condenados y en 2007 pasaron, respectivamente, seis y cuatro meses en prisión. Precisamente Goodman ha vuelto a ser detenido este viernes por su implicación en el caso, acusado de corrupción.
El que era entonces director del periódico, Andy Coulson, dimitió por los hechos y asumió la responsabilidad ante una comisión especial, pero negó conocer que se realizaran estas prácticas delictivas. Coulson, que se convirtió en el jefe de prensa del primer ministro David Cameron, se vio obligado a dimitir en enero de este año ante la magnitud que había tomado el caso y este mismo viernes ha sido detenido por la Policía.
Poco después de la dimisión de Coulson como jefe de prensa, la actriz Sienna Miller demandó al diario por las grabaciones de las que había sido objeto mientras era novia del también actor Jude Law. Miller fue indemnizada por el diario, que reconoció las escuchas. A partir de ahí, con Scotland Yard en plena investigación, trasciende que la lista de afectados puede ser de hasta 4.000 personas, algunas tan relevantes como el exprimer ministro Gordon Brown, o el diputado Simon Hughes.
El otro gran personaje de esta trama es Rebekah Brooks una llamativa pelirroja que dirigió News of the World entre 2000 y 2003, cuando se produjo el pinchazo del móvil de la niña asesinada, y que actualmente es consejera delegada de News International, donde por ciento también es consejero el expresidente José María Aznar. Rebekah que ha reconocido la práctica habitual de pagar a policías y detectives a cambio de información, se ha negado hasta ahora a dimitir de su puesto en el grupo; pero este viernes David Cameron, ha dicho que Rupert Murdoch y su hijo, James Murdoch (al frente de la división europea de News International) "deberían haber aceptado la dimisión de Brooks".
20minutos
No hay comentarios:
Publicar un comentario