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2011/07/13

Fumadores, sedentarios y con sobrepeso

Aunque sigue siendo la primera causa de muerte, los fallecimientos por enfermedad cardiovascular son inferiores en España que en el norte de Europa. Hasta ahora, se pensaba que la dieta mediterránea nos protegía de los tradicionales factores de riesgo cardiacos, es decir, la hipertensión arterial, el colesterol, la diabetes y la obesidad.
Sin embargo, el primer estudio epidemiológico que ha recogido muestras biológicas de los participantes y que, por lo tanto, se podría considerar la primera radiografía real de la salud española, pone de manifiesto que los factores de riesgo son "un poco más altos que lo que correspondería al bajo riesgo cardiovascular", como apuntó ayer en la presentación del trabajo llamado ENRICA el autor principal, el especialista en Medicina Preventiva de la Universidad Autónoma de Madrid, José Ramón Benegas.
El objetivo de este ambicioso estudio es "relacionar el nivel de salud del que se parte con las consecuencias de estos factores de riesgo", señaló el profesor Fernando Rodríguez-Artalejo, otro de los autores.
De la radiografía de la salud española se derivan dos datos especialmente preocupantes. El primero, el nivel de tabaquismo, lo que más preocupa al Gobierno español, como apuntó en la presentación el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos. De los casi 12.000 adultos estudiados para el ENRICA, un 28% se definió como fumador, de los que sólo un 13% declaró consumir tabaco ocasionalmente. Además, el 25% de la población es exfumadora, un estatus en el que se sigue manteniendo un riesgo más alto de patologías respiratorias y cáncer, aunque disminuye rápidamente el peligro de episodios cardiovasculares.

Sin impacto de la Ley

Según la última Encuesta Nacional de Salud (ENSE), la cifra de fumadores era menor, el 26,4% de la población. En cualquier caso, tal y como destacó Martínez Olmos, a ninguno de los dos estudios le ha dado tiempo a recoger el impacto de la última Ley Antitabaco, que entró en vigor en enero y que pretende reducir su consumo.
El segundo factor de riesgo que más preocupa a los expertos es la obesidad. ENRICA arroja cifras más preocupantes que la última ENSE, que afirmaba que el 40% de los adultos tenía sobrepeso y el 15 % obesidad. El nuevo trabajo, que mide objetivamente el dato, habla de un 23% de obesos y un 39% de personas con sobrepeso.
Esta situación es reflejo de los hábitos alimenticios, que no concuerdan con las recomendaciones de las sociedades médicas. Así, el estudio demostró que un 37% de las calorías que ingieren los españoles proviene de las grasas, cifra que no debería superar el 35%. La grasa saturada (la de origen cárnico) aporta el 12% de las calorías, frente al 7% recomendado, y sólo en el consumo de grasas monoinsaturadas (como la del aceite de oliva) está acorde con el 15% recomendado por losexpertos.
También contribuye a la obesidad el sedentarismo que, según el estudio, tiene niveles muy altos en España. Así, se afirma que los españoles dedican 14 horas semanales a ver la televisión y otras 15 a actividades que implican estar sentado. Sólo el 14% de los españoles puede considerarse activo. Además, comer o cenar viendo la televisión es una práctica habitual en España: dos tercios de la población se alimentan delante del televisor durante cinco o más días a la semana.

Factores de riesgo

ENRICA apunta también a la prevalencia de los factores de riesgo cardiovascular más conocidos, y los datos no son buenos. Así, la mitad de los españoles presenta colesterol elevado, mientras que uno de cada tres tiene la tensión arterial alta y un 7% padece diabetes.
El secretario de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria(SENFYC), Salvador Tranche, ajeno al estudio, advirtió sin embargo de que estos factores de riesgo aislados no suponen, en términos generales, un aumento del riesgo cardiovascular. "En algunos casos, por ejemplo si se tiene el colesterol total por encima de 320 miligramos por decilitro de sangre, sí pueden convertir a un individuo en persona de riesgo, pero no es lo normal; nosotros no nos cansamos de decir que los factores de riesgo hay que mirarlos en su conjunto", apuntó.
De opinión similar es la vicepresidenta de la Sociedad Española de Medicina General (Semergen), Paloma Casado, quien afirmó que, a la hora de valorar un factor de riesgo, hay que tener en cuenta "si existen otros".
Tranche, que valoró muy positivamente el estudio, echa en falta precisamente "saber cuántos de estos factores se presentan asociados", así como conocer "si hay cifras muy elevadas de alguno de ellos". Para este experto, lo más interesante de este trabajo sería volver a estudiar a los mismos pacientes al cabo de los años, para ver la evolución de los mismos según su cambio de hábitos o las políticas de salud pública. "En un estudio similar que hacen en EEUU, el NHANES, lo repiten cada cuatro años, pero tiene un coste elevado".
Precisamente la financiaciación del estudio mereció el agradecimiento de Martínez Olmos. Se trata de una de las primeras veces que un laboratorio farmacéutico, Sanofi, promueve un trabajo de este tipo en colaboración con organismos públicos, como la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya, el Hospital Clínic de Barcelona y la Universidad Autónoma de Madrid.
Según el director general del laboratorio, Jérôme Silvestre, la promoción del estudio al que han aportado alrededor de un millón de euros del total de tres que ha costado no tiene "nada que ver" con la utilización de sus medicamentos y se engloba dentro de la responsabilidad social corporativa de la compañía. La empresa comercializa varios fármacos para la prevención cardiovascular y la diabetes.
El control farmacológico de los principales factores de riesgo fue otro de los parámetros recogidos en el estudio. Así, ENRICA demostró que de los hipertensos que eran conscientes de su factor de riesgo y requerían de medicación, sólo el 46,3% tenía la tensión controlada. Algo similar ocurría con los afectados por el colesterol alto. Del 41,2% que requería medicación, sólo el 52,9% tenían las cifras controladas a pesar de los fármacos.

Sangre, orina e historia dietética

¿Cuál es la principal novedad de este estudio?
El Estudio de Nutrición y Riesgo Cardiovascular en España (‘ENRICA') es el primer trabajo en España que, además de encuestar a un importante número de participantes (11.991 personas), ha obtenido sus muestras biológicas (de sangre y orina) y les ha medido la presión arterial. Además, hace un estudio detallado de la historia dietética y de las conductas alimentarias de los individuos analizados.
¿Para qué sirve este tipo de estudios?
Estas investigaciones obtienen una radiografía de la situación de salud de una sociedad, asociada a unos determinados factores de riesgo. Según los autores y organismos involucrados en ‘ENRICA', lo ideal es hacer nuevos "cortes"; es decir, analizar a los mismos participantes al cabo del tiempo para ver si ha cambiado su salud o sus hábitos de vida.
¿Existen informes similares?
En España, el ‘ENRICA' es el primer estudio multitudinario que evalúa tantas características. Existen otros que han analizado hábitos alimenticios, pero con menos participantes. Sólo existen trabajos similares en EEUU, Reino Unido y en los países nórdicos, los más avanzados en cuanto a registros poblacionales.
¿Qué se utilizaba hasta ahora para analizar la salud en España?
La herramienta más utilizada hasta ahora para ofrecer cifras sobre la salud en España es la Encuesta Nacional de Salud (ENSE), que se realiza periódicamente con entrevistas detalladas a más de 30.000 ciudadanos. La principal diferencia entre la última ENSE (realizada entre 2006 y 2007 y presentada en 2008) y el ‘ENRICA' es que, en las primeras, no se observa personalmente a los entrevistados y, por lo tanto, no se obtienen muestras biológicas y antropomórficas de los mismos. En otras palabras, se confía en la buena fe del entrevistado.
¿Difieren las cifras de ‘ENRICA' de las de la ENSE?
Los datos de la última ENSE hablan de un porcentaje algo menor de fumadores que en el ‘ENRICA' (26,4% frente al 28%). También hay diferencias significativas con respecto al sedentarismo. En la última ENSE, el 60,6% de los encuestados declaró realizar actividad física en su tiempo libre; en ‘ENRICA', sólo el 14% de los españoles puede considerarse activo, según los parámetros definidos de 150 minutos a la semana de actividad física moderada o 60 minutos semanales de actividad física vigorosa.
¿Hay diferencias entre las distintas comunidades autónomas?
Ayer sólo se presentaron los resultados parciales de ‘ENRICA', aunque los autores adelantaron que sí se observan diferencias entre las distintas comunidades autónomas, un dato al que eludieron dar importancia porque "el desafío es global".

Publico

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