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2011/07/04

Frenazo al GPS de coche

A los consumidores ya no les seducen los navegadores GPS portátiles. Hace dos años eran lo último, el regalo de moda. Incluso se utilizaba el nombre de un fabricante para referirse a ellos: no se regalaban navegadores, se regalaban TomTom. Hoy los teléfonos inteligentes, las aplicaciones y las tabletas se están merendando al tradicional GPS del automóvil.

Si en 2009 se vendieron 40 millones de unidades en todo el mundo, este año serán apenas 30, un 25% menos, según ABI Research. Migajas comparado con los casi 500 millones de móviles inteligentes que se prevé vender en 2011.
TomTom y Garmin, los principales fabricantes de navegadores GPS, no pasan por su mejor momento. El primero, con sede en Holanda, acaba de anunciar una caída de ingresos de casi un 20% este año. Sus acciones se han desplomado un 54% desde enero. Al norteamericano Garmin no le va mejor y se ha visto obligado a recortar precios de forma agresiva.
Porque este es uno de los obstáculos: el precio. Pocos consumidores están dispuestos a pagar entre 120 y 160 euros por un navegador que apenas van a utilizar. Google y Nokia ofrecen mapas gratis en sus móviles y existen decenas de aplicaciones por 20 o 30 euros. El bolsillo manda.
"Los teléfonos inteligentes explican una buena parte del problema de los navegadores y serán cada vez más relevantes. Pero también ha influido la lentitud de los fabricantes para innovar", dice Patrick Connolly, analista de ABI Research.
Según esta firma, más del 50% de los europeos que posee un GPS portátil en el coche lo utiliza una vez a la semana o menos. Es decir, casi nada. TomTom, Garmin y la taiwanesa MiTac, fabricante de la marca Mio, tampoco han sabido convencer con servicios atractivos para que el desembolso compense. El resultado es que el consumidor se conforma con el móvil.
"La gente ha cambiado sus hábitos de compra, la crisis ha afectado más de lo que esperábamos y los precios han caído", explica Nuno Gomes, vicepresidente de TomTom en España y Portugal. Reconoce que los teléfonos de alta gama se están llevando parte del negocio, pero no cree que esté todo dicho. "Aún no sabemos qué ocurrirá, por eso apostamos por los navegadores portátiles, los integrados en el coche y el móvil. Nuestra aplicación en el iPhone es la más descargada en su categoría".
En el celular, sin embargo, la competencia es brutal. La aplicación más básica de TomTom en la tienda de Apple cuesta 50 euros, pero por 20 la firma Sygic propone una alternativa decente, por 10, el programa Navv saca de un apuro y Google y Nokia ofrecen casi lo mismo gratuitamente. Además, decenas de proyectos están surgiendo en torno a los mapas y la oferta de datos de tráfico en tiempo real, hasta ahora una de las supuestas ventajas de los grandes fabricantes. El proyecto de software libre OpenStreetMap, una especie de Wikipedia de mapas, ya es utilizado por varias aplicaciones de navegación GPS. Y Waze, un programa gratuito, añade una capa social en la que los miembros avisan en tiempo real de los problemas de tráfico: atascos, obras, desviaciones, accidentes, etcétera.
El cambio no tiene vuelta atrás. En Estados Unidos se venía gestando desde el año 2009. Allí, más del 50% de los que utilizan mapas de navegación en el coche lo hacen ya con su teléfono inteligente. En Europa, un 20%, según ABI Research. En total, 65 millones de consumidores en todo el mundo se han bajado aplicaciones de navegación o contratado los servicios que ofrecen las operadoras.
Eso sí, el móvil como GPS en el coche tiene sus inconvenientes: la pantalla es pequeña, la batería se agota rápidamente y si la señal 3G es débil, aparecen problemas. De ahí que todavía no esté claro qué ocurrirá en el futuro. "Los navegadores portátiles seguirán cayendo, eso es seguro, un 50% en los próximos cinco años", asegura Connolly.

Todo en uno

No sería el primer aparato que matara el móvil. Ya lo ha hecho con las agendas, despertadores, grabadoras, cámaras fotográficas baratas... El todo en uno y gratis funciona. Pero la fórmula también podría funcionar para los productores de GPS de coche. Se trata de llegar a acuerdos con los fabricantes de automóviles para que incorporaran de origen este accesorio, como ya lo hacen con los MP3, por ejemplo. "Los navegadores que vienen integrados en el salpicadero del coche crecerán mucho", asegura Patrick Connolly, analista de ABI Research.
Ante la disyuntiva de renovarse o morir, TomTom, Garmin y otros se han lanzado a cerrar acuerdos con las empresas automovilísticas para convencerles de la integración en los vehículos. También han creado nuevos negocios, como la alianza entre TomTom y Nike para vender un reloj con GPS integrado, e introducirlo en India y China, países donde el auge de los teléfonos inteligentes está comenzado a explotar. La clave es diversificar, cubrirse las espaldas para no desaparecer. En palabras de Gomes: "Cualquier escenario es posible, por eso tenemos que estar en todas las plataformas".

El Pais

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