El Gobierno estadounidense ha anunciado que antes de que finalice 2012 va a cerrar 373 centros de datos (el número aumentará a 800 en 2015), pues son ineficientes. Según han explicado, los organismos gubernamentales no han seguido la tendencia del sector privado de disminuir el tamaño y el número de las instalaciones en las que se instalan los dispositivos que almacenan la información.
Según Jeffrey Zients, director adjunto de administración de la Oficina de administración y presupuesto, el Gobierno federal multiplicó por cuatro el número de centros de datos que opera entre 1998 y 2010. Sin embargo, estos centros sólo utilizan, de media, el 27% de su potencia.
A esto hay que sumar los costes energéticos, de mantenimiento, controles medioambientales y de seguridad que suponen este tipo de centros, que pueden llegar a consumir 200 veces más electricidad que una oficina estándar.
Esta situación, explicó Zients, ya sería "inaceptable" en cualquier momento, pero en estos "momentos de exigencias presupuestarias" es mucho más importante tomar medidas contra el derroche.
Además, el cambio a un modelo más moderno de centros de datos reforzará la seguridad. Por ello, este año se cerrarán 195 de los 373 centros de datos que se espera clausurar antes del final de 2012 (81 de ellos ya no están en funcionamiento).
El objetivo es llegar a los 800 en 2015, una medida que ahorraría 3.000 millones de dólares. El paso a la nube, que ya se está llevando a cabo, puede ahorrar unos 5.000 millones de dólares anuales, según aseguró Vivek Kundra, director técnico del gobierno federal a The New York Times.
Sin embargo, esta medida de ahorro también supondrá la pérdida de decenas de miles de trabajos. Según explica este medio, el Gobierno estadounidense es el principal comprador de tecnología de la información del mundo, con un gasto de unos 80.000 millones de dólares anuales.
El Mundo
Según Jeffrey Zients, director adjunto de administración de la Oficina de administración y presupuesto, el Gobierno federal multiplicó por cuatro el número de centros de datos que opera entre 1998 y 2010. Sin embargo, estos centros sólo utilizan, de media, el 27% de su potencia.
A esto hay que sumar los costes energéticos, de mantenimiento, controles medioambientales y de seguridad que suponen este tipo de centros, que pueden llegar a consumir 200 veces más electricidad que una oficina estándar.
Esta situación, explicó Zients, ya sería "inaceptable" en cualquier momento, pero en estos "momentos de exigencias presupuestarias" es mucho más importante tomar medidas contra el derroche.
Además, el cambio a un modelo más moderno de centros de datos reforzará la seguridad. Por ello, este año se cerrarán 195 de los 373 centros de datos que se espera clausurar antes del final de 2012 (81 de ellos ya no están en funcionamiento).
El objetivo es llegar a los 800 en 2015, una medida que ahorraría 3.000 millones de dólares. El paso a la nube, que ya se está llevando a cabo, puede ahorrar unos 5.000 millones de dólares anuales, según aseguró Vivek Kundra, director técnico del gobierno federal a The New York Times.
Sin embargo, esta medida de ahorro también supondrá la pérdida de decenas de miles de trabajos. Según explica este medio, el Gobierno estadounidense es el principal comprador de tecnología de la información del mundo, con un gasto de unos 80.000 millones de dólares anuales.
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