Pasar 50 minutos con un teléfono móvil pegado a la oreja es suficiente para cambiar la actividad de las células cerebrales en la parte del cerebro más cercana a la antena.
Lo que no está claro es si eso puede ser nocivo, dijeron científicos de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés).
El estudio no resolverá las recurrentes preocupaciones sobre un vínculo entre los móviles y los tumores cerebrales.
"Lo que demostramos son incrementos en el metabolismo de la glucosa (una señal de actividad cerebral) en el cerebro en gente que estaba expuesta al móvil en la zona más cercana a la antena", dijo Nora Volkow del NIH, cuyo estudio fue publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA).
El estudio pretendía examinar cómo reacciona el cerebro a los campos electromagnéticos causados por las señales telefónicas inalámbricas.
Volkow se declaró sorprendida por el hecho de que la débil radiación electromagnética de los teléfonos móviles pudiera afectar a la actividad cerebral, pero dijo que los hallazgos no arrojaban ninguna luz sobre si los móviles causan cáncer.
"Este estudio no indica de ninguna forma eso. Lo que hace el estudio es demostrar que el cerebro humano es sensible a la radiación electromagnética de las exposiciones al móvil", agregó, citada por la agencia Reuters.
El uso de los dispositivos se ha incrementado drásticamente desde que se introdujeron en la década del '80, y hoy hay unos 5.000 millones de teléfonos móviles en uso en todo el mundo.
Algunos estudios incularon la exposición a los móviles a un mayor riesgo de cánceres cerebrales, pero un gran estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud fue poco concluyente.
El equipo de Volkow estudió a 47 personas que fueron sometidas a un escáner cerebral mientras tenían un móvil encendido durante 50 minutos y a otro mientras el teléfono estaba apagado.
Aunque no hubo un cambio general descubrieron un incremento de un 7 por ciento en el metabolismo cerebral de la región más cercana a la antena del móvil cuando el teléfono estaba encendido.
Los expertos dijeron que los resultados eran interesantes, pero instaron a interpretarlos con cautela.
"Aunque se desconoce el significado biológico, si es que hay alguno, del incremento del metabolismo de la glucosa por la exposición intensa al móvil, los resultados justifican más investigaciones", escribieron Henry Lai de la Universidad de Washington, Seattle, y Lennart Hardell del Hospital Universitario en Orebro, Suecia, en un comentario en JAMA.
"Aún hay mucho por hacer para investigar más y entender estos efectos", escribieron.
John Walls, un portavoz de un grupo de la industria móvil, CTIA-The Wireless Association, dijo que las pruebas científicas habían indicado hasta ahora de forma abrumadora que los dispositivos inalámbricos, dentro de los límites establecidos por la Comisión Federal de Comunicaciones, no plantean ningún riesgo para la salud ni causan ningún efecto adverso en la salud.
Volkow dijo que sus hallazgos sugerían la necesidad de realizar más estudios para ver si los móviles tenían un efecto negativo en las células cerebrales.
Mientras tanto, Volkow no quiere arriesgarse. Ahora utiliza un auricular en lugar de colocarse el móvil junto a la oreja.
"No digo que haya ningún riesgo, pero en caso de que lo haya, ¿por qué no?", se preguntó.
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