Llegar al acuerdo que Nokia y Microsoft anunciaron la semana pasada no fue ni sencillo ni un proceso corto: Stephen Elop, CEO de Nokia y ex empleado de Redmond, negoció tanto con Microsoft como con Google hasta el último momento, y se acabó decantando por Redmond por varias razones: fueron los que más dinero y libertad ofrecieron a Nokia, además de mostrar un mayor interés.
Pero este interés no estuvo siempre tan claro, y las negociaciones estuvieron a punto de fracasar el pasado mes de diciembre, cuando desde Nokia tuvieron la sensación de que Microsoft no los trataba como se merecían, teniendo en cuenta que estaban a punto de decantarse por ellos en una decisión clave para el futuro de la compañía.
Fue entonces cuando en Microsoft se empezaron a tomar en serio a los finlandeses: que Nokia acabase con Google habría supuesto la estocada final para Windows Phone, que todavía no ha logrado penetrar de forma seria en el mercado de los sistemas operativos móviles. Nokia sigue siendo el mayor fabricante de teléfonos móviles del mundo, por lo que un acuerdo con ellos sí era necesario.
Una vez llegados a esta conclusión, en Microsoft decidieron que lo mejor era que Steve Ballmer, CEO de la compañía, volase hasta Helsinki como muestra del interés que tenían por llegar a un acuerdo. En este momento, según recoge The Wall Street Journal, fue cuando todo estuvo a punto de caer (de nuevo): una tormenta de nieve impidió a Ballmer aterrizar en Helsinki, y lo tuvo que hacer en Estocolmo. Desde ahí, la opción más rápida para llegar a la capital finlandesa era tomar un vuelo comercial. ¿El peligro? Que Ballmer fuera reconocido y el secretismo del plan desapareciera.
Y, de hecho, el plan no pudo mantenerse en secreto: Steve Ballmer fue llamado por megafonía en el aeropuerto y poco después ya se rumoreaba que el acuerdo Nokia-Microsoft estaba a punto de llegar a buen puerto. Mientras, en Google Vic Gundotra reaccionaba con un tweet algo rencoroso (”Dos pavos no hacen un águila”), y Eric Schmidt le restaba (y le resta) importancia al asunto. Todavía cree que Nokia acabará con Google cuando se dé cuenta de su error.
ITespresso
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