Cuando Julian Assange despierta en últimas fechas, se asoma desde el interior de una mansión georgiana de tres pisos, desde la cual se domina la vista de un lago artificial. Bajo un manto de nieve, la propiedad Ellingham Hall, de 263 hectáreas, a poco más de un kilómetro y medio del camino público más cercano, es tan apacible como muchos otros lugares en el oriente de Inglaterra.
Pero Assange, el fundador de WikiLeaks que enfrenta acusaciones de conducta indebida de tipo sexual en Suecia, se pasea con una pulsera electrónica en el tobillo, y debe ir de forma diaria y obligatoria a la estación de policía, en el cercano poblado de Beccles. Ahí, firma un registro y conversa "agradablemente" con los oficiales, según dice, y regresa a su toque de queda en la propiedad.
Es lo que Assange, australiano de 39 años de edad, ha descrito lacónicamente como "mi arresto domiciliario de alta tecnología" en algunas entrevistas desde que llegó la semana pasada de la Suprema Corte de Londres, donde le concedieron una fianza por 370.000 dólares, buena parte de la cual fue suministrada por celebridades y amigos ricos, incluido Vaughan Smith, el propietario de Ellingham Hall.
Desde su reducto rural, Assange ha asumido una ofensiva mediática, siguiendo con sus reclamos en el sentido que es una víctima de una campaña de desprestigio encabezada por Estados Unidos, que está considerando una persecución penal por las filtraciones de casi 750.000 documentos confidenciales.
En una entrevista con el diario Times de Londres, se comparó con el reverendo Martin Luther King, diciendo que cuando lo encarcelaron en la prisión Wandsworth de Londres, un custodio negro le entregó una tarjeta que decía: "Solamente tengo dos héroes en el mundo, el Dr. King y usted". Después, Assange agregó: "Eso representa al 50 por ciento de la gente".
En la entrevista, comparó igualmente el deshonor dirigido a WikiLeaks por la administración Obama y otros detractores con la "persecución" a la que se sometió a judíos estadounidenses en los años 50. "Yo no soy el pueblo judío", aclaró Assange, pero insinuó que el hilo conductor era que partidarios de WikiLeaks y judíos estadounidenses eran "personas que creían en la libertad de expresión y la transparencia".
Assange también negó contactos previos con Bradley Manning , el soldado raso del ejército estadounidense que fue encarcelado bajo cargos de haber filtrado a WikiLeaks miles de documentos confidenciales del gobierno.
"Nunca oí el nombre de Bradley Manning antes de que apareciera en los medios", dijo en una entrevista transmitida en la cadena MSNBC.
Si bien se han dado varias persecuciones de empleados gubernamentales bajo la Ley de Espionaje por filtrar información confidencial, nunca ha existido un enjuiciamiento exitoso de un periodista por haber recibido y publicado ese tipo de información. Sin embargo, los fiscales han estado estudiando conversaciones en línea en las cuales, se informó, Manning habla sobre contactos con Assange para ver si dejan entrever que el líder de WikiLeaks solicitó o motivó las filtraciones.
Assange notó que comunicarse con funcionarios gubernamentales para pedirles información era una práctica estándar del periodismo. Penalizar ese tipo de contacto amenazaría la libertad de prensa, notó.
"Si quieren forzar el límite en a cuanto a que cuando un diario habla con alguien en el gobierno acerca de buscar aspectos relacionados con potenciales abusos, que eso es una conspiración para cometer espionaje, terminarán acabando con todo el buen periodismo sobre el gobierno que se hace en Estados Unidos", destacó Assange.
En la entrevista con el Times de Londres, Assange también habló de su "sentimiento de haber sido traicionado" con respecto a las dos mujeres en Suecia, quienes han dicho que él las obligó a tener relaciones sexuales sin usar condón, y en un caso mientras la mujer, con base en su versión, estaba dormida.
Los diarios The Guardian y The New York Times obtuvieron copias de un documento policial de 68 páginas en el que se detallaban las acusaciones en contra de Assange, filtraciones que, destacó, "fueron claramente diseñadas para socavar" los requisitos de su fianza.
"Alguien en la autoridad claramente se proponía mantener a Julian en la cárcel", dijo sobre sí mismo. Assange dijo que las acusaciones habían puesto en riesgo lo que WikiLeaks había logrado.
"Hemos cambiado la forma de gobernar, ciertamente hemos cambiado a muchas figuras políticas dentro de gobiernos, hemos ocasionado nuevos esfuerzos de reforma legal, provocado investigaciones policiales sobre los abusos que exponemos, investigaciones de Naciones Unidas, investigaciones aquí en el Reino Unido, específicamente relacionadas con nuestra revelación de las circunstancias de las muertes de 109.000 personas en Irak", dijo. "También estamos cambiando la percepción de Occidente", agregó.
Assange ha ofrecido versiones encontradas sobre el manejo de su caso en Suecia. Inmediatamente después de que se emitiera una orden inicial para su arresto en agosto , dijo que "no tenía ni idea" de quiénes eran sus acusadores. Sin embargo, luego reconoció que se acostó con ambas mujeres a lo largo de un periodo de cuatro días antes de que se emitiera la orden de aprehensión.
Por su parte, ha dicho que esperó durante varias semanas luego para que lo entrevistara la policía en Suecia, pero las autoridades escandinavas han dicho que fue Assange quien demoró la reunión con ellos.
En una entrevista con la BBC, dijo que él no veía razón de regresar a Suecia para responder a los alegatos. Cuando le preguntaron por qué no cumpliría con el proceso legal de un país con un respetado sistema de jurisprudencia, describió a Suecia como "más bien un poco una república bananera" de lo que sugería su reputación, y dijo que su trabajo en WikiLeaks era demasiado importante para responder a "fiscales al azar por todo el mundo que sólo quieren tener una breve charla".
La Nacion
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