Buscar

2010/12/06

'Aplis' para todo

En el Etxanobe la sopa de pescado entra por los ojos. Los comensales se vuelven locos con ese plato desde hace unos meses, exactamente desde que el restaurante repartió cuatro iPad por la sala. Con el iPad, el cliente ve fotos y vídeos de los menús y twittea al cocinero sobre la textura de la ensalada de musgo irlandés.
Solo hay dos restaurantes en el mundo con iPad, uno en Australia y otro, adivinen, en Bilbao. El Global Mundo Tapas de Sidney eliminó los camareros, "en el Etxanobe es un complemento", explica Fernando Canales, chef y propietario de este restaurante con una estrella Michelin.
"Frecuentemente con la clientela extranjera acabábamos llevando un portátil a la mesa para explicarle el plato. La imagen era muy cutre", explica Canales. "Dos días después de que saliera el iPad en España entraba en la sala con una aplicación específica de los platos del Etxanobe". A la semana era imprescindible en las mesas. "La reacción del cliente es espectacular".
En la cocina de Etxanobe han entrado las aplis, aplicaciones -apps, de applications, en inglés-, programas informáticos pensados para los teléfonos móviles y que hoy son parte de nuestras vidas, aunque no lo sepamos. La agenda es una apli, el correo, la cámara o el despertador, también. Pero hay más, miles, cientos de miles para cada persona, para cada necesidad. ¿Que se va de trekking?, descargue la apli de la brújula. ¿Viaje a Londres?, un conversor de libras-euros. ¿Fin de semana colgando cuadros?, la apli "nivelador de burbuja" evitará alguna bronca. Todo gratis casi siempre, y al momento, siempre.
"Es un fenómeno que nadie previó", explica Óscar Gutiérrez, de Nokia. "Se inició con el iPhone en 2008. Apple pensó su App Store para sus propios desarrolladores y se encontró con que informáticos externos también quería participar, y que la gente se las bajaba a un ritmo insospechado. Se vio que podía haber un negocio a base de descargarse millones de veces programas muy baratos".
Aquella fiebre es hoy un auténtico ecosistema social y económico. Si en 2008 el negocio de las aplis movía en el mundo 306 millones de euros, este año será diez veces más, según Ralf-Gordon Jahns, que dirige Research2guidance, una de las muchas empresas nacidas alrededor de la actividad del móvil. De ese dinero, 237 millones se generan en España.
A la tienda de Apple (App Store) siguieron las de Google (Android Market), Nokia (Ovi), Blackberry (App World) y Microsoft (Marketplace). Primero tiendas ligadas a empresas de telefonía, luego las de electrodomésticos (Samsung, Sony..) mañana cualquier comercio tendrá su sección de aplis, como ya ha anunciado Amazon.
Con 300.000 aplicaciones solo en la tienda de Apple, es fácil asegurar que hay mucha basura, incluso de pago. Desde el programa tirapedos al que calcula la propina que debes dejar en un restaurante.
Psicólogos, sociólogos y psiquiatras tienen nueva materia tecnológica de estudio, la aplimanía -descarga compulsiva de programas de software-. El año acabará con unas 12.000 millones de descargas, dos por habitante de la Tierra. De ellas, 581 millones en España, es decir 12,6 por español. Si se tiene en cuenta que los españoles con smartphone son 13 millones, el número medio de descargas sube a 45. ¿Increíble?
La sandez de las aplis. Así se llama la ponencia de Ricardo Llavador, publicista de la agencia Remo. "Es un título provocativo para destacar que hay mucha tontería en este mundo. Se repite la historia de los inicios de Internet, cuando todo el mundo quería una web, aunque no supiera para qué".
Según la agencia de marketing móvil Mubiquo, el propietario de un teléfono Android o iPhone se descarga nueve aplis al mes, o sea más de cien al año. Ya es más difícil de precisar la brevedad de su existencia, pero las agencias publicitarias necesitan saberlo. Para ellas no hay arma más potente de contacto con el consumidor que el móvil, siempre en la mano.
El pasado año, la agencia norteamericana Pinch Media rastreó 30 millones de descargas de móviles y las conclusiones de su analítica fueron demoledoras: la tercera parte de las aplis descargadas no duran más de un día, ni siquiera las de pago. Y de cada cien, solo cinco sobreviven a las tres semanas.
¿Carga con su juego de mesa favorito allí donde va? Se acabó, llega Scrabble para iPad por el increíble precio de 3,99 euros; ¿Problemas con los días de la regla? Aquí hay un calendario menstrual por solo 2,99 euros. ¿Lo compró tarde y ya tiene al bebé, pero sigue con su mala memoria y se olvida de darle el biberón? Baby Esp lo remedia por 3,02 euros. ¿Echa de menos el ruido de la cortadora de césped a la hora de la siesta? No hay problema, White Noise le tritura los oídos por 1,51.
Dos años de experiencia es mucho tiempo en Internet. El consumidor ha pasado por diversas etapas: la del subidón, el descubrimiento de un mundo mágico, donde incorporas con el dedo al teléfono, gratis, la gamberrada de turno; la segunda fase pasa por la eliminación de las aplicaciones inútiles y la búsqueda de las imprescindibles para la vida personal. El tercer paso, que se comienza a vislumbrar, es el de las aplis para la profesión, incluso para la empresa, los llamados nichos de mercado.
Universal Doctor implanta en los móviles un glosario médico para que el viajero pueda explicar su dolencia en el país donde se encuentre, por remoto que sea. "Monetizar el ehealth cuesta mucho porque hay que realizar muchas pruebas piloto", cuenta Jordi Serrano, el fundador de la empresa; "pero se ven dos tendencias claras: las aplicaciones de formación del paciente, y las aplicaciones que evitan desplazamientos inncesarios".
Hay 17.000 aplis sanitarias, la mayoría de pago. Si el precio medio de una descarga supera los dos euros, en el caso de las aplis médicas roza los 10. Y aún así no será la principal fuente de ingresos en el futuro, cuando el 76% de su dinero se obtenga por venta de servicios y aparatos.
"Si el móvil es capaz de educar a la población cuándo debe ir o no al hospital, sería un avance fenomenal, para el paciente y para la seguridad social", explica el doctor techie, como Serrano se autodefine. "Ya es posible hacer videoconferencia gratis con tu médico o enviarle la medición de la tensión".
La farmacéutica Safoni-Aventis está a la espera de que el Gobierno norteamericano apruebe el glucómetro para el iPhone. En cinco años 500 millones de personas llevarán en sus móviles alguna aplicación sanitaria.
"Pero en la salud se necesita una estandarización y en ello está el Gobierno norteamericano", explica Serrano. "No puede ser que una aplicación para la epilepsia, que se prueba en Inglaterra, no se entienda según la marca de móvil que tenga el médico o el paciente".
"La plataforma común es imposible, pero sí es posible la estandarización que vendrá por el lenguaje de programación, el HTML5", prevé Javier Arias, de Google. "Lo que ya ocurre en la Web se repetirá con el móvil".
Las aplis se utilizan en torno a 80 minutos diarios, pero la mayoría de ese tiempo se pasa jugando. De las 10 aplis de pago más bajadas en noviembre en la tienda de Windows Phone, las 10 eran juegos. Ninguno de tanto éxito como Angry Birds, los pájaros enfadados. En el último mes, 17 finlandeses se han hecho de oro con él. Niklas Hed, fundador de la empresa Rovio, autora de Angry Birds, probó el juego con su madre. "A ella no le gustan los videojuegos", recordaba Hed, "pero en la pasada Navidad se lo enseñé. Llegaban los invitados y ella seguía enganchada. Me dí cuenta de que teníamos algo bueno".
Son juegos simples, rápidos, pensados para los ratos muertos del transporte público y para jugarlos con dos dedos y no con dos manos.
"Hay casos de alguien que se hace millonario con una aplicación, pero son excepciones", explica Sergio Llorens, fundador de Gigigo. Esta empresa española, con 30 empleados y oficinas en Seúl y Manila, se dedicaba a la venta de tonos y melodías, pero ahora su principal trabajo son los encargos de aplicaciones. En la tienda de Nokia llevan su firma casi un millón de descargas, entre ellas las de Pocoyó. "La realidad es que cuesta igual programar para móvil que para ordenador, todo depende de la complejidad que se quiera. Un juego al estilo Tetris es cuestión de un par de semanas, pero nuestro última aplicación para Volkswagen nos ha llevado meses trabajando tres personas".
El 70% del ingreso es para el programador, el 30% se lo queda la tienda online. Hasta ahora el precio era la única fuente de ingresos, pero los precios van a la baja y esa vía cada vez es menos rentable. Otra fuente de ingresos es la publicidad, inserta en las descargas gratuitas, pero las fórmulas de ingresos con más futuro son las subscripciones (por ejemplo, Spotify) y la venta de servicios y productos.
Las aplis son la cara amable del software, la humanización del informático. Gracias a estas aplis, hemos aprendido a divertirnos con el intrincado mundo de la informática. Por fin la informática, al nivel del tostador casero: se aprieta un botón y funciona, sin ayuda de nadie. Aún hoy, las tiendas de ordenadores se aprovechan del miedo del consumidor a la máquina para ofrecer el servicio de puesta en marcha. Con el móvil sucede algo inaudito: "La gente ha aprendido a buscar su aplicación, a descargársela y a ponerla en marcha. Es la primera vez en la historia de la informática", dice Gutiérrez, de la tienda Ovi de Nokia, que tiene tres millones de descargas diarias.
¿Añora el odioso fotomatón? Pues aquí está Incredibooth, lo mismo pero en su móvil por solo 0,79 euros. No aceptes la mentira de tu novia, ¿eres feo, pero no sabes cuánto? Ugly Meter te escanea la cara y te lo dice exactamente por 0,79 euros. ¿Quieres saber si el sofá de IKEA cabe en tu salón? Compruébalo con tu móvil, ¡y gratis!
Llavador, tras epatar con su ponencia La sandez de las aplis, recoge velas. "Nos encontramos en la tercera revolución tecnológica: la primera fue Internet, la segunda las redes sociales, esta es la tercera. Las aplis han conseguido que se deje de navegar por Internet. No hay necesidad, saltamos de apli en apli a las cosas que necesitamos. Y siempre en la mano".
"Lo que estamos viendo es un antes y un después. Y llevo 17 años en telecos", dice Xavi Martínez, de RIM. "El antes es el puro hardware, puro diseño, tamaño, cosas que entraban por la vista, ahora buscamos la efectividad, que aporte valor. Lo que cuenta es ayudar a la gente de la calle a gestionar de forma más sencilla y eficaz su día a día. Ahí entran las aplicaciones".
Algo enorme está ocurriendo si SAP, dedicado al software contable de grandes empresas, lanza, como ha anunciado, unas aplis para la tableta de Blackberry. "El futuro son las superapps", dice Martínez. "Las que se integren y se entiendan con el resto de aplicaciones del móvil".
Ganada la guerra de la cantidad por Apple y Android, el resto busca su hueco. "No queremos cantidad sino calidad. La gente utiliza de media solo siete aplicaciones", dice Pablo Sánchez de la tienda Marketplace de Microsoft. "Nuestro enfoque son los mercados locales".
Y Arias, de Google, explica este bombardeo exitoso de la informática personal. "El móvil es más rico que el ordenador. Tiene más sensores: acelerómetros, cámaras, micrófonos, GPS...Eso le da muchas más posibilidades al software móvil".
"Estamos en los primeros peldaños de un nuevo ecosistema", dice Kei Shimada, consultor japonés y fundador de Infinita.co.jp. "Hemos pasado de una civilización obligada a comprar paquetes de programas informáticos, aunque solo utilizara un par, a comprar solo lo que se necesita. El que sale ganando es el consumidor, con programas pequeños y baratos. Por primera vez se pone a a su alcance todo lo que necesita y solo lo que necesita".

Aplicaciones básicas, útiles y absurdas

- Redes sociales. Gratis. Aplicaciones directas a Facebook, Twitter o YouTube, sin necesidad de escribir la dirección cada vez.
- Grabador de voz. Gratis. Suple perfectamente al clásico magnetófono de cinta y al digital.
- GPS y Google Maps. Gratis. Localiza el lugar al que se quiere ir y cómo llegar hasta él y en cuánto tiempo.
- Skype. Gratis. Llamar sin pagar a otro móvil con skype, o con tarifas reducidas en el caso de no tener la aplicación el receptor.
- Correo corporativo. Gratis. Sincronización de todas las cuentas de correo en el teléfono.
- Escaneo. Gratis. Barcode Scanner o RedLaser leen códigos de barras y dan información del producto. Yotnot escanea documentos en pdf.
- Shazam. 3,99 euros. Identifica la música que se oye en un ascensor, en la discoteca o en la radio.
También lo hace, otra aplicación, Soundhound, aunque de forma gartuita.
- WhatsApp. Gratis. Intercambio instantáneo de mensajes, como SMS, pero sin tener que pagar nada en absoluto.
- Bump. Gratis. Espectacular, se chocan dos teléfonos móviles y se pasan los contactos, las fotos o lo que se desee en un instante.
- Aldico. Gratis. Una aplicación para descargar textos de la red.
- I'm rich. Soy rico. Sin duda, la más absurda de la historia. Costaba 999,99 dólares y consistía en que la pantalla mostrara un rubí brillante. Apple la retiró al día siguiente de ponerse a la venta, aún así siete personas pagaron por ella, una por error.
- iWiz. 0,99 dólares. Simula que orinas. Tú controlas, duración, fuerza y sonido.
- Pixelmetrist. 2,99 dólares. Detecta si hay algún píxel muerto en la pantalla y lo repara.
- iNap@work. 0,99 dólares. Eliges ruidos del entorno de tu trabajo, como teclear o escribir sobre un papel para simular lo que no haces y darle el pego al jefe.
- Hold on. 0,99. Aprieta el botón todo el tiempo que puedas.
- Angry Birds. El juego de los pájaros enfadados que se dedican a cargarse cerditos, simple y adictivo.
- Moron Test. Juego. El test imbécil, el último éxito. Simple y adictivo, como todos los triunfadores.
- Doodle Jump. Juego. El clásico de saltos de plataforma en plataforma y evitando caer al vacío.
- Bejeweled. Juego. Colocar las perlas preciosas según sus colores.
- Flight Control. Juego. Llevar los aviones en un aeropuerto, sin accidentes.

El Pais

No hay comentarios: