Unos pequeños crustáceos marinos que devoran la madera podrían esconder en sus entrañas un nuevo biocombustible, según un estudio publicado en PNAS.
Durante siglos, el Limnoria quadripunctata, con una longitud de uno a cuatro milímetros, ha sido considerado una plaga por sus estragos en los cascos de los barcos y los muelles.
Al contrario que otros organismos que se alimentan de madera, como las termitas, estos animales no parecen necesitar la ayuda de microbios intestinales para digerirla. El nuevo trabajo, realizado por expertos de las universidades de York y Portsmouth, en Reino Unido, ha analizado los genes de su sistema digestivo.
El trabajo ha detectado varios de ellos que producen unas enzimas que, por ahora, no se habían hallado en ningún otro animal. Son sustancias que atacan la madera y la transforman en azúcares, que aportan la energía que necesitan estos crustáceos. Se trata de las enzimas que se habían hallado ya en ciertos hongos que también degradan la madera, así como en los microbios del estómago de las termitas.
Los autores quieren intentar usar estas sustancias para fabricar combustibles líquidos a partir de residuos de madera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario