La industria internacional del disco ha calificado de "mito" la idea de que los músicos ya no necesiten a las discográficas, con el argumento que Internet puede ayudar para darse a conocer pero no para convertirse en una estrella a gran escala.
Hechos como el éxito de los Arctic Monkeys, que se hicieron conocidos gracias a Internet y los sitios de fans, o la decisión de Radiohead en 2007 de publicar su álbum en Internet, han desencadenado un debate sobre la utilidad de las casas de discos.
La Federación Internacional de la Industria Discográfica (IFPI, por sus siglas en inglés) ha publicado un informe titulado 'Invirtiendo en música (Así hacen las compañías para descubrir, desarrollar y promover el talento)'(PDF), en el que justifica los millones de dólares necesarios en el lanzamiento de un artista a nivel mundial.
"No existe ningún ejemplo real de alguien que haya tenido éxito sólo gracias a Internet", señalaba John Kennedy, director ejecutivo de la IFPI.
"Hasta aquellos artistas que aseguran haber logrado el éxito a través de Internet, como Arctic Monkeys, Lily Allen o Sandi Thom, finalmente han tenido que asociarse con las discográficas tradicionales", añadía.
Empezar en Internet puede permitir a un músico presentarse en "una mejor postura" para negociar un contrato con una discográfica, reconocía Kennedy, pero con 2,5 millones de grupos de hip hop y 1,8 millones de rock inscritos en MySpace, no es fácil hacerse notar.
La IFPI estima que el coste del lanzamiento de un nuevo artista es por lo menos de un millón de dólares -cálculo calificado como "prudente"-, repartido entre el avance, el estudio de grabación, los videclips, la organización de la gira y la promoción del artista.
A nivel mundial, las discográficas mundiales invierten cerca del 30% de sus ingresos en el descubrimiento y promoción de nuevos talentos, lo que equivale a cinco millones de dólares anuales.
Una inversión que, por otra parte, no ofrece de manera forzosa resultados a largo plazo: hace diez años, un nuevo talento de cada diez encontraba cierto éxito. Actualmente, la proporción es de uno de cada cinco, aunque la mayoría de estos no generan ingresos suficientes para equilibrar los gastos de la discográfica, según la IFPI.
El máximo directivo de la asociación de los productores de música españoles, Antonio Guisasola, ha subrayado "la relevancia de un trabajo de esta naturaleza para comprender en profundidad el verdadero papel del sector como generador de riqueza cultural y económica".
A juicio del presidente de Promusicae, "los sellos discográficos propician, con su esfuerzo inversor, un efecto dominó del que se benefician otras muchas industrias, como las radios musicales, los anunciantes o los fabricantes de equipos de audio y aparatos electrónicos". "Por todo ello, es justo reconocer el mérito a quienes con su esfuerzo, audacia y sacrificio permiten desarrollar talentos que de otro modo permanecerían en el anonimato y audiencias que en otras circunstancias no existirían", destaca.
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