Un nuevo informe destaca la urgencia de acelerar el desarrollo de la agricultura en los países más pobres para que en las próximas décadas el mundo tenga cubiertas sus necesidades de alimentos.
Cuando la población mundial se incrementa hasta alcanzar los 9.000 millones para mediados de siglo, es necesario expandir las áreas de cultivos, dice el estudio. Aunque el cambio climático puede suponer una amenaza para lograr estos propósitos.En estos momentos, el número de personas que padecen hambre de manera crónica supera los 1.000 millones.
El informe será presentado durante una conferencia global sobre agricultura y desarrollo que se inicia la próxima semana en Francia.
La Primera Conferencia Global sobre Investigacion Agrícola para el Desarrollo (GCARD, por sus siglas en inglés) unirá a científicos, políticos, activistas humanitarios, empresarios y grupos de cabildeo en el empeño de encontrar una vía para solucionar la crisis alimentaria.
Revolución
"Tenemos un gran problema", dijo en Londres Gordon Conway, del Centro para la Política Ambiental, conferencista clave del evento."Existen más de 1.000 millones de hambrientos y encima tenemos que alimentar a una población mundial creciente, por lo que se hará necesario duplicar la producción de alimentos para 2050", explicó.
La Revolución Verde de las décadas de los años 50 y 60 implicó vastos incrementos de áreas de cultivos como maíz y arroz en regiones como Asia y América Latina.
Pero África quedó fuera e incluso en Asia el proceso se estancó.
El uso de fertilizantes en los cultivos de cereales en Asia se multiplicó por 40 en medio siglo, pero las cosechas se multiplicaron por cuatro.
"En Asia, la Revolución Verde creó un sentido de autocomplacencia, de que el problema estaba resuelto, el cual duró hasta la crisis de 2007", manifestó Uma Lele, la ex funcionaria del Banco Mundial que coordinó el informe.
Según ella, no hay medida simple o única que permita el incremento necesario de cultivos en los países más pobres y asegure que sean sostenibles.
Asegurarse de que los agricultores tengan acceso a buenas fuentes de información sobre métodos de cultivos es un buen comienzo, aclaró, pero esto requeriría de diferentes mecanismos en cada país.
El desarrollo
Gordon Conway señaló otro problema: "Donde vayas en África puedes comprar Coca Cola o Pepsi Cola, pero no puedes comprar un paquete de semillas con facilidad".Organizaciones de ayuda ya han comenzado a trabajar unidas para transformar esa situación, de acuerdo con Conway. Y cuando los cultivadores de maíz tengan acceso a mejores técnicas, sus cosechas rendirán cinco veces más.
La dificultad radica en que hay más posibilidades de que los donantes occidentales aporten recursos a proyectos educativos o de salud que a proyectos agrícolas, como expresa Conway.
Y es vital que haya inversiones en proyectos de investigación agrícola, de acuerdo con Una Lele.
"Si no invertimos en investigación ahora, en diez años nos veremos en problemas porque el desarrollo no ocurre de la noche a la mañana".
Para Conway, la batalla contra el hambre se gana utilizando la tecnología al máximo y a todo nivel, lo mismo en la hibridación convencional que en la ingeniería genética de los cultivos.
El llamado Arroz Dorado transgénico, enriquecido con vitamina A, se encuentra en fases de prueba precomerciales tras años de discusiones sobre las patentes, recordó Conway, mientras que científicos chinos han desarrollado unas 30 variedades genéticamente modificadas que están casi listas para salir al mercado.
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